Imaginaos a la sociedad como una gigantesca institución. Aunque nos controla, y nos dice «¡A la cama a dormir!», en ella tenemos algún margen de libertad, para decidir cuándo encender un cigarrillo, tomar un café, sentarte a descansar, encender la tele… Hay espacio para menearse un poco. Ahora imagina esa sociedad, dividida en pequeñas instituciones. Estaría la familia, la empresa, el Seguir leyendo Formas de acomodarse a la dominación