Ahora que estamos en agosto y no pasa nada, salvo que se derriten los glaciares, violencia de género, asesinato en Ecuador, líos para la investidura con peleas venecianas, guerra en Ucrania con una ofensiva que dura ya meses, golpe en Níger, Israel destruyendo Palestina… Vamos, lo de siempre… Puede ser una buena idea hablar de teoría. Por ejemplo, a cuenta del barco prisión y de las muertes en la frontera con devoluciones de niños que se pasan por el arco de triunfo la Declaración de Derechos Humanos.
Cuando se habla de libertad… ¿De qué hablamos? Se puede centrar la libertad en tres cuestiones. La primera es ser libre para poderte marchar. Es decir, que si estás incómodo en algún sitio, puedas trasladarte a otro. Esto es fundamental, porque si se degrada la posibilidad de moverte de sitio, se fastidia otro tema fundamental: que puedas negarte a obedecer órdenes. Es decir, viene alguien y te ordena que hagas no sé qué, y tú no cumples. Si resulta que tienes el movimiento limitado, te va a resultar mucho más complicado desobedecer. Y entonces se fastidia la tercera posibilidad, que es la de imaginar y crear posibilidades organizativas diferentes. Si falla el movimiento, cae todo lo demás. Posiblemente así se fundó el patriarcado, el Estado…
Eso en cuanto a la libertad. ¿Qué es lo que la cercena? El poder y la dominación, que para mí son lo mismo. Alguien puede impedirte moverte del sitio de tres maneras. La más sencilla es la violencia, demasiado evidente y antiestética. Luego hay que contar montones de mentiras sobre por qué toda esa gente muere en el mar, que si mafias, que si intereses políticos de países sin civilizar… Por eso están el segundo procedimiento de dominación, que es el del conocimiento. Si tú haces leyes que no las entiende ni el que las ha escrito, y obligas a tener ordenador y capacidades esotéricas para poder rellenar una solicitud con mil requisitos, probablemente consigas que gente que no tiene conocimiento del tema acabe en un barco prisión navegando por ahí, como en Vacaciones en el Mar. Violencia, terrorismo burocrático, y hay una tercera secuela en la del poder-dominación, que es la de la personalidad del líder. Gente que puede ordenar cualquier barbaridad porque a sus adeptos se les cae la baba, y podrían salir a la Puerta del Sol pegando tiros y les seguirían votando.
Libertad de movimientos, seguridad de que serás bien recibido, libertad para no obedecer órdenes, posibilidad de hacerlo sin que te rompan la crisma, libertad para imaginar y crear organizaciones en las que seamos amables y nos cuidemos –para variar–, tener a raya a mandatarios, son las que nos permitirán hacer de este mundo algo un poco mejor. Que se degraden las libertades, solo tiene un resultado: que se incremente el poder y la dominación a través de la violencia, de la burocracia, y de sus especialistas políticos, económicos, religiosos, militares… Resumen: si tomas el poder, tendrás que gestionar la frontera, las devoluciones de menores en la frontera, las muertes en la frontera, los intereses nacionales en la frontera, y una cantidad horrible de desahucios y machangadas de lo más diverso en la frontera. Todo en la frontera. Esa es la trampa para ratitas bonitas y chiquitas, sencilla, tosca y brutal, en la que nos andan metiendo. Fin. Que hace calor.