Celebradas las elecciones vascas y gallegas, se comprueba cómo los problemas de esas zonas son diferentes y peculiares. No hay dificultades para formar Gobierno, parece ser. Mientras que la OCDE manifiesta su consternación por la falta de un Gobierno estable en España, las autonomías muestran su fortaleza convocando elecciones de las buenas, de las que permiten gobernar.
Claro, que eso de que la falta de Gobierno en España es muy mala, a mí no me acaba de convencer. En primer lugar, que yo sepa, el Estado sigue recaudando el IVA, la campaña de Hacienda sigue su curso, los presupuestos se prorrogan y todo parece similar a antes, es decir, una mierda. Por otro lado, la crisis tiene ya más de cuarenta años de edad. Llevamos en crisis toda la vida, con altibajos, pero la verdad, yo de la época próspera es que ni me enteré. Cuando dijeron en 2008 que había una crisis, yo me pregunté… ¿Qué? Y todos esos años anteriores al Gobierno en Funciones, hemos tenido gobiernos estables, que nos han dado reformas laborales, recortes de pensiones y desempleos, despido abaratado, subvenciones empresariales, y crisis a raudales… Me pregunto cuál es la ventaja del Gobierno estable para el personal de base, que sufre recortes, mermas e inmundicia alimenticia. ¿Cuál es la jodida ventaja? Por favor, nos la expliquen.
Además, el Gobierno en Funciones sigue dando órdenes y metiendo de contrabando y en secreto disposiciones espantosas en materia militar, energética, económica… ¿Que cuáles son? Bueno…, es que como son secretas…
La cuestión es, que en Galicia, País Vasco y Cataluña, hay mayorías que permiten gobernar a la derecha. Con algunos sobresaltos, pero gobiernan. Y la pregunta es… ¿No debería disolverse España o algo? España podría disolverse y seguir llamándose España sin necesidad de tener un Gobierno. Y de ese tema de gobernar (cuya base es recaudar tributos, IVA, tasas, multas) podrían ocuparse las autonomías (que parece no tienen ese problema de no gobierno), y las secretarias de los ministros. Que esas, saben la tira. Al final la OCDE estaría feliz, los sindicatos respirarían aliviados, la patronal haría una fiesta, y la derecha seguiría mandando. Todo seguiría igual, pero sin Gobierno.
Que no se diga, que carecemos de alternativas.