Los expertos de la ONU advierten que el cambio climático es «una amenaza para el bienestar humano y la salud del planeta» y que la «ventana de oportunidad» que la humanidad tiene para asegurarse «un futuro habitable y sostenible para todos» se «cierra rápidamente».
La civilización de los actuales Homo Sapiens es la culminación de un largo y prodigioso proceso cósmico comenzado muy probablemente hace 13.800 millones de años con el Big Bang. Un proceso que posibilitó la formación del espacio-tiempo, que hemos llamado Universo, y de todo lo que hay en él, además de la aparición de la vida, hace unos 3.5 mil millones de años, sobre uno de los cien a mil billones de planetas existentes en el Universo.
Un planeta que hemos llamado Tierra y que, por girar alrededor del Sol (una de las 300 trillones de estrellas que se estima pueden haber en el Universo) a una distancia de 150.000.000 kilómetros (unas 100 veces el diámetro del sol) y disponer de los seis elementos fundamentales para la vida -carbono, hidrógeno, nitrógeno, oxígeno, fósforo y azufre- y de una atmósfera con una capa de ozono que filtra la dañina radiación ultravioleta proveniente del Sol, la hizo posible y que ella pudiera evolucionar hasta la diversidad de lo que es hoy en sus cinco formas llamadas reinos: vegetal, animal, hongos, protista, monera.
Una evolución de lo viviente, en grupos de organismos específicos llamados especies, que, en el caso de la del Homo Sapiens formada hace unos 120/100 mil años con el comienzo del desarrollo tecnológico, le ha permitido desarrollar la conciencia de sí misma con el lenguaje y ser capaz de inventar herramientas (como las de los alfabetos y la escritura) para potenciar el pensamiento y enriquecer la expresión sensorial. Herramientas con las que a través de la literatura, el arte y la ciencia ha podido realizar lo que la cultura es hoy y poder dejar como testimonio las obras que constituyen el prodigioso patrimonio mundial actual de la Humanidad: las Grandes pirámides de Guiza, el yacimiento de Chichén Itzá, el Santuario histórico de Machu Picchu (Perú), las Líneas y geoglifos de Nazca y Pampas de Jumana (Perú), la Isla de Pascua, la Ciudad prehispánica de Teotihuacán (México), la Ciudad histórica de Ayutthaya, el Coliseo, el Taj Mahal, el Mada’in Saleh en Arabia Saudita, las Islas Galápagos (Ecuador), La Iliada de Homero, La Divina Comedia de Dante Alighieri, Hamlet de Shakespeare, El Quijote, de Miguel de Cervantes o, como testimonio de la maravillosa Naturaleza, el Parque Nacional Yosemite, el Parque Nacional Los Glaciares (Argentina), el Parque Nacional Rapa Nui (Chile), el Parque nacional Serengueti, etc.
Pero que, por masacrar a millones de nuestros semejantes en guerras y genocidios, nuestra civilización no solo es la más asesina de todos los tiempos, sino que, además de este delirio criminal, ya ha exterminado lo esencial de los insectos, de los animales salvajes y de los árboles en nuestro planeta.
Delirio bélico y exterminio biológico que, además de ser una falta de lógica y una bancarrota ética, nos obligan a preguntarnos por qué los seres humanos al devenir adultos pueden ser tan inconscientes de desear matarse unos a otros y de destruir los ecosistemas que hicieron y hacen posible la vida sobre el planeta Tierra.
De ahí la urgencia de salir de esta inconsciencia colectiva para no ser cómplices de un crimen tan absurdo y estúpido contra la inteligencia humana y la dignidad de las personas.
Octavio Alberola
https://redeslibertarias.com/2024/09/12/la-tierra-nuestro-planeta-puede-desaparecer/
