Los procesos de escisión y la forma de superarlos

Un antropólogo, un tal Gregory Bateson, en la década de los treinta del siglo pasado empleó el término «schismogenesis» (1), de schismo (escisión) y génesis (origen), para definir la tendencia que se observa en personas que sostienen discusiones con puntos de vista diversos, de ir radicalizando sus diferencias a medida de que se acaloran antes de acabar a hostias. Así lo que empezaba siendo una apacible discusión tomando el té para hablar –por ejemplo– sobre la divinidad de Cristo, se convierte en una pugna tremenda, que acaba en diferencias irreconciliables entre grupos cristianos, que emplean el potro de tortura y la hoguera para acabar con la controversia.

Por lo visto Bateson estudió procesos sicológicos, es decir, cosas que se urden en la chola de los individuos. Por ejemplo –decía–, los niños aprenden a ser niños en la medida de que van viendo los comportamientos de las niñas y les cogen manía, y lo mismo pasa con las niñas a medida que observan los abominables comportamientos de sus vecinitos de calle. Y también puede aplicarse a sociedades, y de este modelos catalanes que quieren ser catalanes se esforzarían por parecerse lo menos posible a los españoles que quieren ser españoles, y viceversa. La idea es que las culturas se oponen y se definen en el contraste. A los catalanes les convendría que los españoles sean filofascistas, y a los españoles que los catalanes sean filoetarras. Para diferenciarse en algo más que en el idioma, en los bailes, en la feria y en la butifarra.

Todos hemos experimentado estas cosas en el mundillo libertario. Por ejemplo con el rollo de reformistas/revolucionarios. Si se miran ambos grupos, tanto unos como otros hacen cosas… Digamos que parecidas. Pero si se leen sus escritos, soflamas y declaraciones de principios, uno pensaría que los revolucionarios están a diario poniéndose con la ropa hecha jirones ante escuadrones de antidisturbios gritándoles «¡aquí!, ¡disparad aquí!, ¡a mis genitales!», y que los reformistas se pasan la vida firmando convenios colectivos victoriosos que rompen el techo salarial elevando la inflación. Y en realidad, ni tanto ni tan calvo. Ahí vamos, todos avanzando como podemos.

Pienso que eso de las divisiones esquizofrénicas se puede superar si hay ganas. Estos días se ha podido comprobar cómo el Movimiento Feminista (mil años de gloria), que andaba a la greña por un quítame allá estas pajas, de golpe se ha unido para mostrar al señor Rubiales como a un machista de manual. Conste que yo de fútbol no tengo ni idea, que a ese hombre es que ni le pongo el nombre, solo veo a un tío calvo, y que del partido del mundial lo único que vi fue el gol de la sevillana en diferido (muy bonito, con visión estratégica y trabajo en equipo). La cosa es que gracias al buen hacer de base de montones de variopintos colectivos de mujeres durante décadas, sin partidos que busquen la conquista del poder, sin dirigentes carismáticos, sin sueldos astronómicos…, consiguen estar de acuerdo en lo básico y hacen caer a figuras que las denuncias de presuntas corruptelas por fiestas, comisiones y abusos de poder, es que ni le despeinaban… ¿De ahí la cocorota lisa? Tomad nota.

Acratosuario rex


———————-NOTA
(1) El concepto es interesante para especular sobre la causa de los enfrentamientos progresivos. En Wikipedia hay un artículo https://en.wikipedia.org/wiki/Schismogenesis#:~:text=In%20his%201936%20book%20Naven,175). Podéis emplear el traductor que es lo que hago yo. En la revista Man de 1935, volumen  35 https://www.jstor.org/stable/i329780 viene un artículo al respecto de Bateson. Bateson es citado también en el libro de Graeber y Wengrow «El Amanecer de Todo», disponible en la web de anarquismo en pdf, https://www.facebook.com/groups/715794228432776/search/?q=Graeber

Un pensamiento sobre “Los procesos de escisión y la forma de superarlos”

  1. Va a haber un volcán, ya lo hay.

    Será otra catástrofe. Se caerán las alianzas. Vendrá la escisión.

    To te ti. Tatito to.

    Do.

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