Lysander Spooner (1808-1887)

randy-Other_Spooner_Hi_ResEncontramos en Lysander Spooner, activo representante del anarquismo individualista en Estados Unidos, a un brillante pensador, temprano y lúcido crítico de la democracia representativa y de los males producto de la excesiva industrialización: los problemas sicológicos para el ser humano y los efectos nefastos para su personalidad por cuestiones como la explotación, el amortiguamiento de los sentimientos sociales, la monotonía de la vida material y espiritual, así como por la más preocupante como es la desaparición del instinto de libertad

Lysander Spooner, nacido en Massachusetts en 1808 y fallecido en la misma ciudad en 1887, jurista de formación y de profesión, está considerado como un anarquista de la rama individualista. Muy pronto, Spooner se declararía un feroz adversario de los monopolios y de toda limitación de la libertad individual. Benjamin Tucker, que le conoció personalmente, le describió «como un hombre de intelecto, un hombre de corazón y un hombre de voluntad; como hombre de intelecto su pensamiento era atrevido, claro penetrante, incisivo, lógico, ordenado, cuidadoso, convincente y aplastante, y expuesto en un estilo de singular vigor, pureza e individualidad que no necesitaba emplear ningún recurso retórico para encantar al lector inteligente; como hombre de corazón sabía odiar bien y amar mucho; odiar el sufrimiento, el dolor, la penuria, la injusticia, la crueldad, la opresión, la esclavitud, la hipocresía y la falsedad, y amar la dicha, la alegría, la prosperidad, la justicia, la bondad, la igualdad, la libertad, la sinceridad y la verdad; como hombre de voluntad era firme, tenaz, incansable, obstinado, ardiente, desdeñoso y seguro; y todas estas virtudes de la inteligencia, del corazón y de la voluntad eran cubiertas por una modestia de conducta, una sencillez de vida, y una majestad radiante de aspecto que, combinado con el porte venerable de sus últimos años, le daban la apariencia de un patriarca o un filósofo antiguo que anduviese por nuestras calles agitadas, e hicieron de él un personaje que daba gusto encontrar y que era hermoso contemplar».

La primera lucha de Spooner se produjo en su juventud, contra una prescripción injusta en el Estado de Massachusetts; en 1845 llevó a cabo ya una violenta confrontación contra el monopolio de correos del gobierno. Lo que combatía es la intervención del gobierno en la vida de las personas, no solo por imponer unas elevadas tarifas, sino por limitar la libertad garantizada en la Constitución. Como hombre de acción, y no solo de teoría crítica, Spooner instaló un correo privado para demostrar que una tarifa de 5 centavos era suficiente para llevar a su destino la correspondencia; aunque su empresa prosperó notablemente, la persecución gubernamental le obligó a cerrar, lo que no impidió obligar al gobierno a reducir las tarifas. Gran conocedor de la constitución, Sponner fue un activo combatiente en contra de la esclavitud publicando en 1845 un libro, The Unconstitutionality of Slavery, que Rudolf Rocker consideraba uno de los mejores jamás escritos sobre el tema.
En otra gran obra, Trial by Jury, demostró sus grandes conocimientos jurídicos poniendo en evidencia el sistema del Estado como protector de los derechos del pueblo. Spooner consideraba que la ley solo era la expresión de ciertas costumbres sociales convertidas en el pueblo en una moral no escrita; así, la convivencia social es la base de cierta condición del derecho con un fundamento en el sentimiento natural de justicia de los seres humanos, por lo que su naturaleza es claramente moral. De esta manera, puede entenderse que el derecho consuetudinario es la primera consecuencia de la conciencia jurídica humana, niveladora de las relaciones humanas mucho antes que las leyes jurídicas del Estado; la evolución social es defendida por Spooner en base a la conciencia ética de las personas, en condiciones naturales de igualdad, orientada según sus necesidades naturales. Lo que hacen los gobiernos es formular en párrafos legales ese derecho consuetudinario, creando una situación estática y arrogándose como protectores de esa condición; así, se interrumpe de manera violenta, gracias a la ley jurídica, la evolución orgánica de la sociedad y se impone una visión propia del pasado convertida en juez del porvenir. El Estado, aunque se erija en protector de los derechos del pueblo, debido a su estructura intrínseca, es siempre creador de privilegios sociales, que protegerá y preservará, por lo que puede definirse como una «conspiración de los privilegiados contra el pueblo».

Según la visión de Spooner, todo gobierno es absolutista desde un punto de vista teórico, ya que puede ejecutar sus propias leyes sin pedir la aprobación del pueblo; se trata de una de las críticas más elevadas que se han llevado a cabo contra el denominado sistema representativo. En su obra mencionada, Trial by Jury, este autor demostró que hasta la mejor de las constituciones se vuelve inútil, por lo que se acaba adoptando como remedio la elección de órganos ejecutivos, los cuales se vuelven absolutos una vez elegidos: «Ningún déspota fue más enteramente irresponsable que los legisladores republicanos durante el periodo para el que han sido elegidos. No pueden ser removidos de su cargo, ni llamados a dar cuenta de sus actos mientras están en funciones, ni castigados después de haberlo abandonado, cualquiera que pueda haber sido su tiranía». Spooner consideraba que el pueblo debía encontrar instituciones propias, que garantizaran de verdad la defensa de los derechos populares, de las cuales el jurado independiente debía ser de las primeras como punto de apoyo; sin ello, todo el que quiera resistirse a una ley injusta carece de defensa legal y está condenado antes de que se pronuncie el fallo contra él. Derechos como el de resistencia, garantizado por la Constitución, no significa nada en la práctica; por no hablar del derecho a la revolución, del que se habla incluso en la Declaración de Independencia, que no existe bajo ningún gobierno y solo se produce cuando éste es derribado. Hablamos, obviamente, de derechos que no pueden ejercitarse, «una hermosa apariencia que deslumbra a la vista». Incluso el derecho de sufragio, sagrado en la democracia representativa, aunque signifique el cambio de legisladores, no ofrece ninguna garantía de derogar las leyes opresivas e incluso abre la puerta a nuevas leyes que lo son igualmente.

Lo que este autor señalaba, con increíble atrevimiento y con gran lucidez, es que la situación existente en su país no se distinguía esencialmente de la tiranía de los siglos pasados; los representantes del poder público, aunque elegidos democráticamente, aspiraban de forma constante a limitar los derechos del pueblo y a perpetuar la pobreza de los trabajadores. Spooner exhortó al presidente de los Estados Unidos a acabar con esa situación; en caso contrario, no sería menos tirano que otros en la historia. Tal y como dijo Rocker: «Solo un jurisconsulto conocer de todos los detalles de las funciones de los órganos gubernativos, podía producir una crítica tan demoledora de nuestras modernas instituciones políticas y sociales». No puede negarse validez al pensamiento de este hombre cuando señalaba, a diferencia de otros autores socialistas, que el gran enemigo de la emancipación humana era el continuo crecimiento de los monopolios industriales y financieros consecuencia también de la decadencia de las instituciones sociales libres.
También señaló Spooner, como una de las primera críticas a la cuestión, que la excesiva industrialización suponía también un problema sicológico para el ser humano; el desarrollo de la persona sufría efectos nefastos por problemas como la explotación, el amortiguamiento de los sentimientos sociales, la monotonía de la vida material y espiritual, así como por el más preocupante: la desaparición del instinto de libertad. Spooner no aportaba una solución socialista a la organización social, su ideal era una comunidad de pequeños propietarios, que regulasen las cuestiones económicas y sociales por la garantía del producto de su trabajo, por un libre sistema bancario y por pactos mutuos; de esta manera, la vida social evolucionaría según el propio juicio de las personas sin intervención externa alguna. Al margen de esa solución para los problemas económicos, que se apartan en gran medida de las aportaciones anarquistas sociales, su pensamiento sigue poseyendo una gran validez en el terreno de la filosofía social y como crítica devastadora a las instituciones políticas existentes aún hoy en día.

Capi Vidal
http://reflexionesdesdeanarres.blogspot.com.es/2013/09/lysander-spooner-anarquista.html

Enlaces relacionados:
«Lysander Spooner», por Rudolf Rocker
Sin traición. La constitución sin autoridad, de Lysander Spooner

Deja un comentario