¿Hay un principio en la anarquía? ¿Cuál es el nexo de conexión entre el arjé filosófica y la anarquía? Si la anarquía en primera instancia permite vislumbrar la caída y el agotamiento de una ideología, ¿de qué manera el anarquismo se acaba convirtiendo en un movimiento esencialista que opera tras una lógica trascendental? ¿cuál es el robo que pudo producirse desde la anarquía a la filosofía y en qué sentido la filosofía puede estar en deuda con ella?
En Al ladrón Catherine Malabou realiza un análisis exhaustivo en el cual explora la relación entre anarquía y filosofía a través del pensamiento de seis filósofos contemporáneos. Ahondando en la pluralidad del anarquismo (en primera instancia, diferenciando entre anarquismo de hecho y de conciencia y anarquismo político y filosófico) el objetivo es elaborar una descripción desde distintos niveles geográficos, de tal modo que la crítica por la cuestión del origen o principio de la anarquía pasa por distintos estratos: desde el ontológico, la arqueología del poder y la dominación hasta la reflexión sobre los dispositivos mediante los cuales el poder se sustenta.
La reflexión horizontal sobre la anarquía hace posible que en pocas páginas el lector se encuentre con un enfrentamiento cara a cara entre el libro V de la metafísica de Aristóteles (recordemos que es el libro en el que el autor profundiza sobre la naturaleza del ser y el carácter de la sustancia) con el principio de anarquía de Schürmann (para el autor, la anarquía debe ser interpelada no como una falta de orden sino más bien como una condición ontológica primordial que subyace a todas las formas de gobierno y organización social) confrontándolo con la idea del Uno en Plotino hasta convertirlo – en palabras de la propia autora- en el primer autor anarquista (testimonio que quedará ratificado en el análisis deleuziano sobre el principio de inmanencia en el capítulo dedicado a Foucault). En definitiva: Malabou nos muestra que la pregunta por el ser y por el primer principio no es una pregunta tan ajena o separada del plano metafísico con el político. En este sentido, el principio de la anarquía comparte las notas estructurales del primer principio (arjé presocrático, la idea de Uno en Plotino o el primer principio aristotélico).
No podemos negar que Malabou no exija auténtica atención en su lectura, pues no solamente conviene conocer a los clásicos sino también a las figuras más contemporáneas del anarquismo contemporáneo, tales como Rancière, Hakim Bey o Agamben, para llegar a una adecuada comprensión del texto. La argucia de Malabou es también un arma de doble filo en cuanto a comprensión se trata. No obstante, es innegable que nos encontramos con un ensayo a la altura de un profundo análisis sobre la conexión entre filosofía y anarquía, tanto contemporánea como clásica, que nos insta a entenderla y apreciarla no como un arma carente de filo, sino como el filo en sí mismo de donde parte la crítica y la insubordinación.
Sara Forja
Tomado de https://www.lacentral.com/blog/catherine-malabou-186668
Descarga del libro: https://www.solidaridadobrera.org/ateneo_nacho/libros/Catherine%20Malabeu%20-%20Al%20ladron.%20Anarquismo%20y%20filosofia.pdf