Cocina para impostores (de izquierda)

Cuando en el siglo XIX los burgueses revolucionarios, partidarios de la democracia liberal, hablaban del derecho al voto, tenían miedo de concederlo a la clase trabajadora con este pensamiento racional:
«Si damos el voto a los pobres, elegirán a sus representantes, lograrán mayorías parlamentarias, legislarán a su favor, y acabarán con nuestro modo de vida libre, culto y refinado». Lo que pasa es que con el asunto de «elegir al que manda», no se siguen criterios de racionalidad filosófica, si no de sentimientos, emociones, miedos, sumisiones… La burguesía poco a poco se dio cuenta de que los trabajadores siempre votaban por sus amos, y que si votaban por trabajadores dejaban inmediato de serlo, y de este modo los parlamentos siempre beneficiaban una legislación acorde con los deseos… De los ricos.

En más de doscientos años después de los primeros sufragios censitarios, universales para hombres, y después para mujeres, se repite el mismo rollo. Conste lo siguiente: yo no tenía ni idea de quién iba a ganar en Madrid. Pero estaba seguro de que el que ganase, sería el peor de los males posibles. ¿Quitaron a Aguirre? Pusieron a Cifuentes ¿Quitaron a Cifuentes? Pusieron a Ayuso. Y en Barcelona sigue Ada Colau, que debe de ser el peor de los males por la cara que puso Maragall cuando le quitó la alcaldía.

Total, que hablaba ayer de que la izquierda es imbécil. Esa misma izquierda que dice que los anarquistas somos una plasta, la que anima a votar a los políticos, la que ha conseguido que vayan a las urnas más del 76% de madrileños, se ha dado de bruces con 1.950.873 de votos de derechas frente a 1.485.860 votos de izquierdas. Con un 76,27% de votantes. ¡Yupiii la abstención ha sido mínima! ¡El fascismo ha sido refrenado! O refrendado. Pues las derechas les han sacado, medio millón de votos a las izquierdas. Toma castaña. Más que nunca (1). Y es que lo he dicho de mil maneras diferentes: ¿De qué vale que la gente vote, si votan a la persona equivocada?

O sea, que decía que la izquierda hace política de Cartón Piedra. Sus propuestas son meros decorados, rellenar los papeles cuesta sangre y media vida, y en esta ocasión, ni siquiera se les puede llamar populistas. Es cocina de impostores, que te plantan delante una lata de sardinas y lo llaman caviar. Una viuda que cobre una pensión de 1.500 euros entre la suya y la del difunto, que haya tenido un ictus, que pague sus numerosos cuidados, que lleve esperando más de un año una valoración de discapacidad, y a la que Hacienda le exija que apoquine 1.500 euros… ¿A quién le va a echar la culpa antes de morir? (luego recibe la cita). Respuesta: Pues a la izquierda que no la defiende y que dice que está por sus huesitos. Algo de lo que se ha dado cuenta una pila de gente: no se han cobrado los subsidios. Hay cientos de miles de trabajadores, no solo de Madrid sino de España (que no es Madrid) que ahora mismo aún no han cobrado, y que no dejan de meter una y otra vez la tarjeta en el cajero a ver si sale algo. Fiestas del uno de mayo, del dos de mayo, horas para votar, funcionarios que se retrasan… Las nóminas no salen. ¿Qué ganas va a tener alguien que está hasta la punta del último pelo, y cuyas preocupaciones consisten en pagar facturas mayormente, de acercarse a votar? Y es que ni para hacer populismo, y contratar administrativos, y dar la orden de que se pague el 25 de abril al lumpen, están las izquierdas españolas preparadas.

Acratosaurio rex

(1) en Madrid Retumba del fascismo (https://alasbarricadas.org/noticias/node/45565), decía que la derecha siempre gana a la izquierda por doscientos o trescientos mil votos. Ayuso, que decían que era tonta, y Monasterio que dicen que es facha, les han sacado 465.013 votos de diferencia. Oye, pues por algo será.

Deja un comentario