En nombre de Bakunin, de Malatesta, de Berneri, y hasta de Gino Lucetti … La FAI [Federación Anarquista Italiana], como una organización estructurada en asamblea, federalista, autogestionada y sin funcionarios asalariados, es la heredera de la UAI (Unión Anarquista Italiana, 1919- 20) y de variadas experiencias asociativas del exilio antifascista, de la guerra de España, del confinamiento y dela resistencia armada. Fue creada en 1945 en Carrara, donde se celebró el primer congreso nacional con la participación de numerosos delegados de toda Italia. Allí llegaron los saludos de los partidos democráticos, presentes también con sus propios observadores (Sandro Pertini forma parte de la delegación socialista). Mientras tanto, Umanità Nova – un periódico que aún hoy se publica – glorioso periódico diario que fue silenciado en los años de gobierno fascista.
La Federación nació en un clima eufórico y de gran esperanza. Los puntos de la lucha política están relacionados a los problemas de la reconstrucción del país, de la acción sindical y de la organización del movimiento. Específicamente, en la reconstrucción, se indican los siguientes objetivos: neutralidad de Italia y rechazo a los gastos militares; igualdad para las mujeres; acción directa contra los propietarios de tierras; estudio para la aplicación de nuevos sistemas de producción en gestión colectiva; financiación para la reconstrucción de edificios gestionados localmente; escuela libre y gratuita. Ciertamente, sin embargo, para el movimiento, es una transición traumática del protagonismo de masas del período pre-fascista a un papel reducido a casi testimonial.
Los acontecimientos internos y divergencias del anarquismo italiano, en las décadas siguientes al final de la guerra, se caracterizan por algunos episodios sobresalientes: el amargo contraste entre la FAI y los nuevos Grupos Anarquistas de Acción Proletaria a principios de los años 50; la división de la FAI, ocurrida a mediados de los años 60, con la escisión de los Grupos de Iniciativa Anarquista; el enfrentamiento sea con el ala «culturalista» (GAF) o con el ala comunista-libertaria. Entre intentos audaces de renovación cultural y la defensa de identidad y principios, entre lucha de clases y clasismo, organización e individualismo, en el movimiento se debaten cuestiones estratégicas de gran peso cuyo significado está vinculado a la relación dialéctica contradictoria no resuelta con el régimen político existente de «democracia progresiva».
El desarrollo de los movimientos libertarios juveniles, el largo ciclo de luchas sociales que comenzó, con el final de los años 60, marca un renacimiento de la Federación que, también a nivel organizacional, realiza su dimensión «planetaria» al promover, en 1968, la Internacional de Federaciones Anarquistas (IAF-IFA).
Se trata de un período difícil y excitante al mismo tiempo, hermoso y trágico, donde se mezcla la esperanza de 1968 y las tramas sombrías de las masacres del Estado (a partir de la plaza Fontana y del asesinato de Pinelli), la creatividad de 1977 y los llamados » años de plomo «. De los anarco-punks a los indios metropolitanos, de las batallas feministas a las batallas ecológicas contra el nuclearismo, de los centros sociales autogestionados al sindicalismo de base, la FAI marca presencia y atención en todos los movimientos antagónicos que caracterizan las últimas décadas del siglo XX.
También durante el G8 de 2001 en Génova, marcado por el asesinato de Carlo Giuliani, los anarquistas de la Federación son protagonistas visibles de las protestas contra los «ocho grandes hombres del mundo» y sus políticas ultraliberales y liberticidas. El gran Foro Social Europeo en Florencia, en noviembre de 2002, muestra claramente su fuerte impacto libertario.
«No Global» es el nombre general de ese nuevo movimiento que une banderas negras y de arco iris y que, con su presencia activa, distingue el escenario público al inicio del tercer milenio. Que se organiza en una red de Foros Sociales Globales, transnacionales y «anarquistas» sin precedentes; que se muestra capaz de representar prácticas opuestas de considerable impacto mediático, de elaborar críticas radicales y análisis inteligentes del llamado sistema de «globalización».
A partir de 2007, una crisis financiera bancaria planetaria se desencadena, cuyos efectos dominó trágicamente remiten, en el plano social, a la Gran Depresión de los años de 1930. En este contexto, la Federación se compromete, junto con los movimientos sociales antifascistas y libertarios, a confrontar la extrema derecha «occidental», xenófoba y soberana.
Rápidamente terminaron esas movilizaciones de masas con la derrota del reformismo altermundialista y del movimiento radical «No Global», pero a pesar de ello persisten algunos grupos de resistencia.
Aunque, por un lado, hay, sin duda, un redescubrimiento general del anarquismo en el plano cultural y científico, por otro, es visto, casi como un fenómeno político obsoleto considerando las antiguas tradiciones libertarias. Sin embargo, todavía es una historia que continúa, a pesar de todo. Una historia, representada por la FAI (fundada en 1945), que aceptó el desafío de «conectar anarquismo y pensamiento radical» para enfrentar las realidades del siglo XXI.
Giorgio Sacchetti
Tomado de https://noticiasanarquistas.noblogs.org/post/2019/03/29/italia-da-historia-ao-futuro. Traducido al castellano por Redacción de El Libertario-