La revolución de Rojava en la encrucijada siria

Resulta incomprensible que haya quien no se alegre del fin de una dictadura en cualquier lugar del mundo, con seguridada, solo inicuos botarates amantes de políticas autoritarias centralizadoras. En el caso que nos ocupa, en Siria, de más de medio siglo, y con una guerra que ha durado la friolera de 13 años. El que estaba al frente del régimen autocrático, Bashar Al Alshad, se encuentra al parecer refugiado en Rusia, mientras salen a la luz los enormes crímenes, además de la falta de libertades que ha sufrido la población siria, cometidos durante ese periodo. Dicho esto, resulta incierta la situación ante lo que representa la fuerza que entró en Damasco tras la caída, la denominada Hayat Tahrir al-Sham, ya que se ha señalado su naturaleza islamista, y que ya ha anunciado que no tardará en formar gobierno. Las diversas potencias extranjeras, monstruosos Estados-nación con aspiraciones imperalistas (todas nocivas) siempre han tratado de influir en Siria; si Al Assad tenía aliados tan poderosos como Rusia e Irán, la cosa ahora ha cambiado radicalmente y la fuerza que puede finalmente encabezar el Estado tiene a Turquía, que parece que quiere resucitar el imperio otomano, como uno de sus principales socios. Erdogan, inicuo presidente turco, ha sido uno de los azotes del pueblo kurdo, que ha llevado a cabo una encomiable revolución en el noreste del país conocida como Rojava.

Ahora, han denunciado que Turquía, a través de algo malévolo llamado Ejército Nacional Siria, está tratando de desestabilizar la región. Efectivamente, la guerra supuestamente ha terminado, pero puede que solo haya empezado una nueva fase de la misma para muchos. Si hay quien, lógicamente, desea volver a su hogar tras haber sufrido exilio durante años, muchos otros dentro de la misma región se han desplazado hacia Rojava donde conviven kurdos, árabes, armenios y otras comunidades. Por ejemplo, en la ciudad de Afrín, con un gobierno impuesto desde hace tiempo por grupos armados respaldados por Turquía, con infinidad de desplazados por esa situación. Recordemos la liberación de las mujeres que ha supuesto Rojava, organizadas además como unidades de protección, una revolución de encomiable influencia anarquista, con la ecología social como uno de sus principales rasgos, un ejemplo de pluralismo y autonomía dentro de una estructura confederal. Esta situación, con varios cantones en la región, lleva produciéndose desde 2012 cuando los kurdos aprovecharon el vacío de poder producido tras las retiradas de las fuerzas del régimen sirio.

La principal amenaza, claramente, es Turquía, quien tiene un historial considerable de racismo contra los kurdos bien alimentado por Erdogan, aunque hay que estar muy atentos a esa condición islamista, antiguos yihadistas que ahora tratan de lavar su imagen, que forma parte del posible nuevo gobierno sirio. Y es que ese blanqueamiento de Hayat Tahrir al-Sham ha estado presente desde hace semanas en los medios occidentales, denominándoles sobre todo «rebeldes» contra el régimen de Al Ashad, esperemos no obstante que cumplan su promesa de respetar a las minorías y crear un sistema aceptablemente plural. Sea como fuere, lo que está claro es que Rojava, que es lo que tenemos que defender con todas nuestras fuerzas en nombre de eso tan convulso que llamamos humanidad, está en peligro. Especialmente uno tan perverso como el turco, pero es evidente que ningún Estado-nación del mundo va a tolerar una comunidad autogobernada como la de Rojava, ejemplo de resistencia emancipadora en un mundo sangrante. Pensar que ese ejemplo pueda extenderse y ser una alternativa, y no solo en Siria, es un sueño quizá no tan utópico.

Juan Cáspar
https://exabruptospoliticos.wordpress.com/2024/12/17/la-revolucion-de-rojava-en-la-encrucijada-siria/

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