No está de más hablar un poco de moda en estos tiempos tan revueltos, con presencia de fachas, seguratas, rompepiquetes, desocupas y en general uniformados de porra y nómina a porrillo, que disfrutan de una completa sensación de impunidad. Por supuesto que hay que hacerles ver que no estamos indefensos y que somos propensos a resistir todo tipo de arbitrariedades, y que por nuestra simple presencia, somos capaces de mostrar que sus actos, sus discursos y su propaganda tienen una respuesta con nuestros cuerpos. Porque nuestros cuerpos en movimiento son actos, discursos y fuerza allí donde estén. Y por mera potencia gravitatoria, impedimos que esa basura ideológica se extienda.
La moda que he seguido en todos estos años para intentar pasar desapercibido e invisible, a pesar de mis dos metros de altura y ciento diez kilos de peso, ha sido el empleo de ropa neutra. Los colores neutros son variaciones del gris y del beige, que a su vez son variantes mezcladas del blanco y el negro. El color de la leche manchada, de la arena de playa, el marrón claro, el blanco sucio, el castaño claro, en resumen, un color que no esté saturado, es un color neutro. Eso sí, si eres el o la que lleva el estandarte, o la o el que vocifera por el megáfono, esta precaución carece de sentido.
Hay muchos otros colores neutros. Hay tres colores primarios: el rojo, el azul y el amarillo. Si los mezclas a partes iguales y están poco saturados… Normalmente te va a salir un color entre marrón y gris dependiendo de las cantidades de unos u otros que emplees. Estos colores normalmente son poco apreciados porque no llaman la atención, pero si te acostumbras a ellos, verás que crean un estado de ánimo sutil, despreocupado, inocente. Dicen los expertos en color que tienen una vibración neutra, y que, por lo tanto, acompañan a un estado de ánimo similar. Yo no me lo creo porque soy muy escéptico ante cualquier afirmación espiritual, pero bueno, ahí lo dejo.
La cuestión es que yendo a un acto conflictivo, en el que se pueden producir cargas policiales, detenciones, cacerías nazis y barbaridades varias, el llevar una pinta inocua y tapar los tatuajes y signos peculiares, puede ser una buena idea para dificultar que te señalen.
Así vestido o vestida, si vais en grupo, si sois puntuales, si no deambuláis en solitario, si sois puntuales (insisto), si nuestro servicio de inteligencia ha estudiado previamente el terreno informando de cómo está el percal, si llevas en el bolsillo el teléfono del abogado u abogada, si vas con mascarilla por lo del COVID, si los organizadores negocian de forma asertiva con la poli mostrando las alternativas de forma atractiva, si el grupo de defensa permite la huida de los más vulnerables, si la gente que ya está señalada (multas, juicios pendientes, condenas) se queda en segundo plano, si evitáis (de buen rollo, que se ocupe alguien con adolescentes a cargo) que un chaval o chavala se suba a la parra y queme algo antes de que se desconvoque, si localizáis y señaláis a los infiltrados, si tal como llegáis os vais en grupo a la hora acordada, si la organización lleva la cuenta de la gente que va al evento y luego hace recuento viendo que no falta nadie, y si todo el mundo se larga en coche y acompañado, y si… habrás evitado la desmoralización que acarrea el que cuando vas a tu casa te detengan, te apaleen, te acusen, te multen, te juzguen y te condenen. Porque eso deprime un montón, recuerda, la seguridad, ante todo.