Del mismo modo que en su momento Régis Debray proponía “revolución en la revolución”, podría aplicársele al veterano libertario mallorquín algo así como “anarquismo en el anarquismo”; es decir no es cosa de repetir una y otra vez las verdades proclamadas por los padres fundadores, o reclamarse de una militancia estricta, sino que el espíritu anarquista ha de ponerse al día, ha de renovarse o morir si se cae en la mera repetición de la repetición; es más el anarquismo –si seguimos a Alberola- no ha de tomarse como militancia en alguna organización del tal signo sino como postura anti-autoritaria en todas las luchas, con la guía permanente de evitar imposiciones, que al final – y como la experiencia histórica demuestra- acaba conduciendo a las antípodas, o poco menos, de lo que se proyectaba / prometía….« creo llegada la hora de pronunciarse por un anarquismo anti-autoritario, por la anarquía y no por el anarquismo secta, torre de marfil o grupo de presión» . Y con esas ideas-guías se mueve el autor del libro – hablo de Revolución o colapso. Entre el azar y la necesidad; Queimada Ediciones, 2017- que narra los avatares de su vida, su participación en diferentes luchas, en diferentes geografías, a la vez que va intercalando sus ideas ya sea por medio de publicaciones, manifiestos y hojas de propaganda ya publicadas como por medio de la expresión de sus opiniones.
Si el lema socialismo o barbarie fue la disyuntiva propuesta por Rosa Luxemburgo y más adelante por los Castoriadis y Lefort, y otros recurrían al de patria o muerte, Alberola desde el mismo título sitúa la disyuntiva entre la revolución o el colapso, mas no se ha de entender la gran palabra, revolución, como la toma de palacio de invierno alguno sino por medio de la toma de casamatas, para lo que su propuesta en vez de encerrase en una supuesta verdad o razón mayor que anulase las diferentes visiones que acerca de la emancipación, invita a la unión de las distintas perspectivas que se mueven en los terrenos de la lucha ( las tendencias libertarias y las marxistas), sin recurrir a las excomuniones que con frecuencia se basan en supuestas razones históricas o en esquematismos que recurren al malditismo para con quienes no comulgan con las ideas propias; reivindicando unas posturas que conservan indudables aires de familia con el post-anarquismo o el sur-anarquismo ( lo cual conlleva no hacer ascos a algunos pensamientos que podrían calificarse de post), lo que abre las puertas frente a todo tipo de dogmas y sus celosos guardianes burocráticos a las nuevas formas de enfocar y repensar la liberación de la humanidad.
La travesía propuesta por Alberola se divide en varias estaciones (en los tiempos de la dictadura / durante la lucha clandestina / en los tiempos de la democracia hasta la más rabiosa actualidad). México, París, …vida en los ambientes de los refugiados de la guerra (in)civil hispana, participación en las organizaciones anarquistas internacionales, contactando con los barbudos cubanos en sus momentos preparatorios de su marcha a Sierra Maestra, y la posterior implicación en pro de la libertad sindical en la isla y en otros lugares. Su traslado al Viejo Continente y sus viajes clandestinos y su participación en la lucha clandestina contra la dictadura franquista , con su directa participación en el intento de atentar contra el caudillo, sus detenciones… su arresto domiciliario en la capital del Sena; sus intervenciones en diferentes congresos y sus estudios académicos que le hicieron codearse con no pocos intelectuales de la intelligentsia hexagonal y de otros lares, amén de su participación dimanizadora en la universidad popular de Perpignan.
Volumen que sirve además de para acercarse a la vida de un impenitente luchador ( fotografías e ilustraciones facsímiles), a algunos de los aspectos esenciales que preocupan –o deben preocupar- a quienes trabajen y confíen en un porvenir prometedor para la humanidad.
Y si Antonio Gramsci hablaba del pesimismo de la razón y el optimismo de la voluntad, Octavio Alberola se posiciona en los dos polos mas desde la óptica del optimismo y de la esperanza tanto de la voluntad como de la razón, ya que su visión se posiciona del lado de quienes juzgan que los seres humanos no están sometidos al destino sino que han de ser protagonistas del futuro, repensando la anarquía en lucha contra el capital y el Estado, en medio de la complejidad y sin la vana ilusión de la aplicación de un paraíso terrenal diseñado de antemano y de una vez por todas listo para instalarse el día cero…de la nueva época.
Como señala en el prólogo Carlos Taibo , Octavio Alberola es un nexo entre generaciones…y destacable resulta, en este orden de cosas, que aun perteneciendo a la vieja guardia, su pensamiento –como queda dicho- es un pensamiento abierto y no circunscrito a un monocorde catecismo. Podrá aplicársele al hombre aquello que dijese Bertold Brecht: “Hay hombres que luchan un dia y son buenos;/ Hay otros que luchan un año y son mejores; Hay quienes luchan muchos años y son muy buenos;/ Pero hay los que luchan toda la vida, / Esos son los imprescindibles”, y conste que el que escribe es un hombre desfondado, más bien agnóstico -no sé si sería más justo decir “ateo”- en lo político… lo que no impide que un mínimo sentido de la justicia obliga… a pesar de los desacuerdos.
Iñaki Urdanibia