Hace unos días contaba mis impresiones en torno a esa idea que anda lanzando la izquierda, de que el país en que vivimos es un país fascista. Por supuesto. Líbreme la Virgen del Carmen de incitar a pensar que «esto» es justamente lo que llaman democracia. Para nada. Esto es el fascismo. Con banderas, desfiles patrióticos y sacas de madrugada.Es más: Yo ampliaba la idea hasta el punto de afirmar –sin cortarme un pelo–, que los propios denunciantes (la izquierda) son más falangistas que Hedilla (1), ya que en España, el llamado Régimen del 78 ha sido construido a lo largo de cuarenta años por una serie de partidos, periodistas, maestros, tertulianos, historiadores, curas, conferenciantes, policías, jueces, políticos, empresarios…, que del primero al último, han estado viviendo del cuento. Unos han llevado al deterioro nuestras vidas mediante empleo precario, sueldos de mierda, pensiones mínimas, etc. Y otros de la oposición se han limitado a hacer el papel de mascota del Parlamento, mandando en algunos ayuntamientos, controlando algún departamento universitario, y chupando del bote como cualquiera. Por favor, es que son de una inutilidad portentosa. ¿Qué hacen, que han hecho? Así pues, todos fachas.
Pero me había olvidado de este detalle. Que el fascismo ese, en España, es fruto de la activa complicidad de Europa. A ver, cuando acabó la II Guerra Mundial, regada con la sangre de los trabajadores, ¿qué hicieron los aliados con España? Entregársela a Franco y a los fachas. Y así estuvieron cuarenta años. ¿A quiénes apoyaron las democracias cuando murió el Caudillo? Al rey y a Adolfo Suárez. Así que si España es el fascismo, se debe a que toda Europa, desde Gibraltar a Moscú, es fascista y defiende el fascismo. Alegre revelación, de que hay fascismo con reyes constitucionales como en Bélgica y Holanda, con elecciones, partidos socialistas, etc. ¿Por qué pasa esto?
Me he estado leyendo un artículo (2) que nos viene a decir que en los años ochenta el interés por el socialismo decayó bastante. Al socialismo se le atacó desde varios frentes, uno de ellos el de los propios socialistas como Miterrand, Felipe González, Papandreu, Betino Craxi…, con sus respectivos partidos. Parece que hubo una especie de acuerdo de atacar al socialismo, hasta por los propios socialistas, que consideraban que las teorías de Trotsky o de Rosa Luxemburgo, eran un tanto anticuadas. Por dios, si hay gente que cree en Jesucristo, ¿cómo va a estar anticuado Trotsky?
Pero es que además, había en esos años ochenta un bloque socialista muy potente: la URSS y sus partidos satélites… Dicen algunos socialistas, que ahí nunca imperó el socialismo. ¡JA!
Yo es que me pregunto… ¿cómo es posible que hubiese millones de personas tan equivocadas? ¿No es sospechoso que mil millones de individuos no sepan dónde están? Resulta que en la URSS y sus adláteres, la doctrina oficial era el marxismo leninismo. Había un Banco Central, el Estado emitía moneda con la efigie de Lenin, y dirigía la economía de forma planificada y científica. Había una comunidad de países socialistas, el COMECON (3). En las universidades se estudiaba a Marx y su teoría a todo pasto. En las escuelas europeas del bloque del Este, eran formados cuadros de cuantos países andaban bajo la bandera de la hoz y el martillo. Pero he aquí, oh revelación, que esos no eran países comunistas ni socialistas. Resulta que la mitad de la población mundial, desde China hasta Cuba, vivían engañados, y eso que tenían no era socialismo. ¿Entonces qué era? ¿Fascismo también? Lo digo porque como es una palabra comodín, puede venirle bien a cualquier cosa que nos fastidie. Es como esa gente que se planta la bandera al cuello, y dicen que no son nacionalistas… Anda la osa.
Para mí que el socialismo ha perdido su interés, no por los ataques de los capitalistas, que al fin y al cabo no hacen más que su trabajo ideológico. Para mí que el socialismo ha perdido su interés para las conspicuas masas proletarias, porque los socialistas y comunistas la han cagado una y otra vez de forma estrepitosa, y cuando han llegado al Gobierno, cuando han tomado el Poder, han creado dictaduras (llamémoslas fascistas), entre espantosas y tolerables. Y la prueba es esta: que esas dictaduras eran tan odiosas, que las desmantelaron los propios comunistas. Sin guerra nuclear. Sin invasión de los marines. Y las que sobreviven, lo hacen a duras penas, o entregadas al capitalismo comunista de un solo partido. O como diría el chiste, el camino más largo para llegar al capitalismo, es el comunismo. O explicado de otro modo, los comunistas marxistas leninistas de tercera generación, son expertos en prometer una cosa, y hacer otra. Derriban la autocracia, vencen a los nazis, fabrican bombas termonucleares, y ponen a Putin en el poder. Fin de la Historia.
Así que tenemos un cuadro curioso. El autor del artículo que se preguntaba qué había pasado con el socialismo, tan popular en los años sesenta y setenta, y tan de capa caída en la actualidad, piensa que hay que incrementar la conciencia del militante. Cierto.
Pero hay un obstáculo insalvable. Y es este: que los principales propagadores del capitalismo, han sido precisamente, los socialistas y comunistas, que con su brutalidad, su incompetencia y su ambición personal, han hecho del comunismo, algo realmente indigesto y un tanto aterrador. Y siguen en ello, con sus intentos de tomar el poder a través de las urnas, quitar a unos para colocarse ellos, y repetir la receta mil veces fracasada con los mismos ingredientes. ¿Cómo van a desarrollar esa nueva conciencia, cuando resulta que quienes por su cultura, inquietudes, tiempo libre, y medios disponibles, se alistan preferentemente en las ONGs de la Iglesia, o en las laicas, o en los partidos gubernamentalistas, o caen en sectas ideológicas de cuatro flipados, o se vuelven intelectuales universitarios que no les entiende ni su madre? ¿Cómo, cuando resulta que siguen erre que erre incrementando el nacionalismo, los enfrentamientos en el seno de la clase obrera, el clientelismo, las ambiciones personales y una política económica que nos lleva a un colapso financiero y ecológico?
¿No deberían los siquiatras estudiar este caso de ceguera mundial colectiva, que ríete de la que describió Saramago? Ostras tú.
Para mí, que soy un lagarto muy optimista, me da que de repetir la maniobra, en las condiciones de crisis que nos encontramos, tal vez fuera posible que los socialistas, una vez más hecha la revolución y derribado el capitalismo, nos trajeran su alternativa. Socialismo, y Barbarie.
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NOTAS
(1) Un falangista de esos que fueron famosos.
(2) Pepe Gutiérrez Álvarez: ¿Qué queda del ideario socialista que quisimos tantas y tantos?
(3) El COMECON agrupaba a países de todo el mundo en una especie de mercado común de ayuda mutua: Cuba, Nicaragua, Angola, Mozambique, Etiopía, Yemen del Sur, Afganistán, Mongolia, Laos, Vietnam, Yugoslavia, Bulgaria, Checoslovaquia, Hungría, Polonia, Rumanía, la Unión Soviética, Alemania Oriental… Otros muchos países socialistas como Albania, China, Libia mantenían relaciones o dejaron de mantenerlas, dependiendo de sus propios enfrentamientos. La mitad de la población mundial, vivía bajo algún tipo de régimen autoconsiderado «marxista-leninista». Pero eso no era comunismo. Viene a ser como decir que la totalidad de la población mundial vive bajo sistemas que se llaman capitalistas, pero que nunca en realidad se ha dado el capitalismo.