Anarcofeminismo – Trabajos de mierda (17 junio-7 julio 2022)

El material que hemos utilizado para hacer este debate ha sido el capítulo 1: «¿Qué es un trabajo de mierda?» (28 páginas) del libro de David Graeber (2018): Trabajos de mierda. Barcelona, Planeta.

Según algunas encuestas realizadas a partir de un artículo previo al libro y del libro mismo sobre los llamados «trabajos de mierda», el porcentaje de gente que afirma ocupar un puesto de trabajo de estas características es del orden del 40%. El autor entiende por un trabajo de mierda el «empleo tan carente de sentido, tan innecesario o tan pernicioso que ni siquiera el propio trabajador es capaz de justificar su existencia, a pesar de que, como parte de las condiciones de empleo, dicho trabajador se siente obligado fingir que no es así».

Uno de los postulados de la sociología es que la estructura social en los países «desarrollados» ha mejorado en los últimos decenios gracias al aumento de las clases más formadas a costa de las clases de trabajadores manuales. Según esas mismas encuestas, el porcentaje de mujeres con trabajos de mierda es un 10% inferior al de los hombres. Los trabajos de cuidados y los de servicios de baja cualificación no se han reducido, y son hechos mayoritariamente por mujeres. La moral de que el trabajo es un valor en sí mismo, que cuanto más penoso más valioso es, hace que los trabajos útiles sean los menos valorados. Como dice D. Graeber, no te quejes de que te paguen poco, tienes que estar contento de poder tener un trabajo que es útil.

Hay una gran diferencia entre «trabajo de mierda» y «trabajo basura», estos segundos son trabajos que, por lo general, implican tareas necesarias y que claramente benefician a la sociedad, pero los trabajadores que las realizan suelen ser maltratados y estar mal pagados


A partir de estas reflexiones iniciales nos hicimos preguntas como estas:
¿Podrían estar las nuevas clases sociales alimentadas por personas con trabajos de mierda, mantenidas por el resto de la sociedad y con privilegios materiales que les hace propensos a apoyar el statu quo?
¿Podríamos estar trabajando 15 horas/semana si se eliminaran los trabajos de mierda y el trabajo realmente necesario se repartiera entre todos?
¿Cómo podemos cambiar esa moral de que el trabajo es un valor en sí mismo que nos machaca como personas y destroza el planeta?


Se ha echado en falta que no se critique explícitamente el trabajo asalariado, la organización jerárquica en el trabajo, los trabajos monótonos/repetitivos de las cadenas de producción, los trabajos súper-especializados, y que no se mencione que el trabajo reproductivo de cuidados (que es clave para el capitalismo) es realizado mayoritariamente por mujeres, sin cobrar o con sueldos muy bajos. Siendo estos trabajos necesarios, ¿cuál es el grado de satisfacción de quienes lo realizan? Sin embargo, Graeber está planteando que sin ninguna duda se pueden repartir los trabajos necesarios, lo que es un argumento importante para las feministas.

Se comenta que el planteamiento de Graeber no propone un cambio revolucionario, sino más bien un poco de sentido común dentro del sistema, por eso no cuestiona el trabajo asalariado en sí, es más lo valora positivamente siempre que sea productivo. A esto se contraargumenta que la clasificación de los tipos de trabajo que hace es nueva, no centrada en su productividad económica, sino en su necesidad o no para el mantenimiento de la vida en sociedad: trabajo de cuidados (generalmente basura) frente a trabajo de mierda. El trabajo de cuidados no es sólo esencial para el capitalismo, sino que además es esencial para la vida, y el trabajo de mierda también es esencial para el capitalismo, pero no para la vida. Estamos de acuerdo en que el planteamiento de Graeber trata de desbancar los pilares del discurso del sistema capitalista basándose en la experiencia cotidiana de la gente, con un discurso nuevo.

Al final se introduce el teletrabajo, y cómo puede afectar al sistema actual, las opiniones son muy distintas: unas optimistas, y otras no.

Para terminar, queremos señalar que David Graeber tiene la virtud de hablar de un tema que nos importa y de hacernos pensar, desde ese punto de vista el debate nos ha permitido entrar en temas laborales con cierta profundidad.

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