En un mundo que necesita de una mirada global y un actuar local, finalizando este año 2021 queremos echar un vistazo y situar sobre el mapa algunos de los conflictos abiertos en el mundo, golpes de Estado y represión hacia civiles, un viaje a los límites de la periferia. En solo doce meses suceden demasiadas violencias contra la población mundial, vidas humanas quedan quebradas o se profundizan algunas brechas políticas y sociales. En un sistema capitalista que nos acostumbra a vivir en perpetuo conflicto, este sistema criminal genera violencias continuadas, la mayoría de ellas relacionadas con aspectos de clase social o de etnia cultural y migraciones, materializadas en ocupaciones militares, exterminios o asesinatos selectivos de comunidades humanas en el mundo.
En la actualidad se contabilizan en el mundo 65 conflictos bélicos o situaciones de guerra abierta, entendiendo la guerra como una lucha armada entre naciones o entidades político-militares. Al margen quedan las denominadas guerras contra el terrorismo, contra las drogas o las ciberguerras. A continuación repasaremos brevemente algunos de estos conflictos con el único objetivo de ubicarlos, no es nuestra intención, ni podríamos, hacer un análisis de cada uno de ellos.
Guerra de Afganistán y los talibanes; ese enemigo que ahora ya no resulta tan incómodo
El conflicto de Afganistán, contaba con veinte años de recorrido, desde que en el año 2001, los Estados Unidos y sus aliados invadieran el territorio afgano para supuestamente desmantelar la red Al Qaeda, apoyada por los talibanes. Más de 46 mil civiles muertos en veinte años de conflicto, para alcanzar un triple objetivo económico de los EE.UU. Se destinaron dos billones de dólares para presuntamente, modernizar el país y el ejército afgano; sin embargo la finalidad ha sido asegurarse el control de los gasoductos desde Turkmenistán hasta La India, cruzando suelo afgano. Otro negocio controlado ha sido la producción de opio en Afganistán convirtiéndolo en el mayor supermercado de la droga mundial, plagando de narcodólares el país. Y el último objetivo en esta última década fue el blanqueo de capitales de las mayores empresas estadounidenses en negocios e infraestructuras afganas. Tras dos décadas de guerra y haber logrado estas finalidades, las tropas estadounidenses se retiraron este año dejando sangre derramada y el camino abierto a los talibanes nuevamente para el control efectivo del país. Unos talibanes que siguen siendo la extrema derecha del islamismo y que ahora han sido presentados al mundo como el enemigo que fue, pero el amigo que será.
Guerra de Yemen y masacre de la monarquía autoritaria de Arabia Saudí
La República de Yemen, único país que es una república en la Península Arábiga, surge en 1990 de la unificación de la República Árabe de Yemen (Norte) y la República Popular de Yemen (Sur), acordando en el año 2000 sus fronteras con Arabia Saudí. En el contexto de las Primaveras Árabes, el presidente Abdullah Saleh renuncia a su cargo tras fuertes protestas en la calle contra la pobreza, el desempleo y la corrupción. Todos los poderes de la presidencia fueron transferidos al vicepresidente Al-Hadi, sin embargo, en 2014 la facción política de los Huthíes, una rama islámica nacionalista liberal tomó Saná, la capital del país. Desde ese momento Arabia Saudí apoyó a la facción Al-Islah, la rama ultraconservadora y salafista; el país vecino ha bloqueado las fronteras yemeníes y desde 2015 hasta la actualidad bombardea sistemáticamente a su población. Esta situación tras seis años está derivando en un conflicto continuado de fuerte intensidad pero muy invisibilizado internacionalmente, que podría prolongarse de manera indefinida. Yemen continúa fragmentándose y su población vive acorralada por Arabia Saudí, un fuerte aliado económico de los países occidentales.
La guerra del narco en México: cárteles de día y de noche policías
Este conflicto se origina en el año 2006 declarado por el ex presidente Felipe Calderón, en una supuesta lucha contra el crimen organizado y el narcotráfico en México. Sin embargo, los actores de esta guerra abierta juegan casi siempre en el mismo bando, y se trata de un conflicto a diversas escalas territoriales por el control efectivo del mercado de la droga, pero también de otros negocios ilegales como el tráfico de personas o de órganos humanos. Las fuerzas armadas federales y los cárteles del narco disputan estas actividades en las que cada actor tiene potentes intereses. Se provoca un conflicto con la población a la cual implican en esta guerra, que ha causado ya la muerte de 350 mil mexicanos, de los cuales 25 mil han sido en este último año 2021. El actual presidente López Obrador dio por finalizada esta guerra oficialmente en 2019, sin embargo, la realidad es que el conflicto sigue provocando una gran brecha social en la sociedad mexicana. Han surgido en la pasada década algunos Grupos de Autodefensa o Guardias Comunitarias, como en la población de Cherán (Estado de Michoacán), donde en abril de 2011 expulsaron al narco y a los policías. En esa misma línea actúan el Congreso Nacional Indígena y las comunidades de la órbita zapatista que han creado unidades de autodefensa frente al ejército y los cárteles del narco.
Guerra de Tigray, conflicto territorial etíope con coletazos del postcolonialismo
Este conflicto en curso desde el año 2020 estalló tras un enfrentamiento civil en el territorio de Tigray, en Etiopía, entre autoridades regionales y el gobierno federal. Tras el fin de la Guerra Civil etíope en 1991, el partido dominante fue el Frente Democrático Revolucionario del Pueblo Etíope; sin embargo en la última década uno de los partidos que conformaban esa coalición, el Frente de Liberación Popular de Tigray, se ha desmarcado de esa línea unitaria de gobierno. El año pasado el presidente Abiy Ahmed (Premio Nobel de la Paz en 2019) acusaba a las autoridades de Tigray de haber socavado su autoridad, y estrechaba lazos con el presidente de Eritrea, Isaias Afewerki, considerado enemigo en Tigray. En noviembre de 2020 el ejército etíope lanzó una operación militar contra el Frente de Liberación Popular de Tigray, tras declarar un ataque de estos previamente a una base militar nacional. Esto determinó el inicio de un conflicto territorial, en que el país eritreo también se sumó como actor en conflicto, ocupando parte del territorio de Tigray. Durante el año 2021 esta contienda ha dejado casi 20 mil muertos, se inició una persecución étnica contra los tigrayanos, y actualmente se encuentra en un complejo laberinto; tras un alto el fuego unilateral del gobierno en junio cuando las fuerzas de Tigray tomaron la capital regional, Mekelle. Los combates se han extendido a las regiones vecinas de Amhara y Afar; y organizaciones internacionales tratan de impulsar un proceso de paz que está bastante lejos de llegar a alguna solución.
América Latina: la guerra social en Colombia y el colapso de Haití
Este año América Latina ha estado sobre todo en el foco por el gran conflicto social y las protestas en Colombia. El país colombiano lleva décadas sometido por un régimen político represor unipersonal encarnado en Álvaro Uribe, el actual presidente Iván Duque, en la línea política del ex presidente Uribe quería introducir un conjunto de reformas fiscales que profundizaban el empobrecimiento de una población agotada y asfixiada por la crisis de la Covid-19. Las protestas que estallaron a raíz del paro del 28 de abril de 2021 se extendieron a todo el territorio y las principales ciudades colombianas; en algunos enclaves como Medellín, Pereira o Cali, las fuerzas policiales, militares y sicarios relacionados con las bandas paramilitares actuaron contra la población civil asesinando a decenas de jóvenes. Solamente en este año, además, en Colombia se han producido hasta el mes de noviembre 88 masacres que han provocado el asesinato de 313 líderes sociales, indígenas, o activistas de los derechos humanos. También más de 40 ex combatientes de las FARC han sido asesinados, a pesar del intento de un largo proceso de paz salpicado de violencias por parte del Estado colombiano y los paramilitares.
Por otro lado, en Haití se vive una situación de auténtico colapso, casi un experimento criminal del capitalismo del siglo XXI, que nos recuerdan a escenas de películas sobre esa temática. Desde hace décadas Haití mantiene una entidad estatal que es el paraíso del ultraliberalismo, gobiernos corruptos y clientelares, bandas armadas que controlan autoritariamente determinados recursos como el combustible y una población que no tiene ningún servicio educativo, sanitario y alimentario básico.
Viejos y nuevos conflictos: fronteras criminales y ocupaciones de territorios
Durante este año hemos visto nuevas evoluciones de algunos conflictos internacionales abiertos y analizados en otras ocasiones en nuestro periódico; y otros conflictos nuevos como el golpe de estado en Myanmar en febrero de 2021, la insurgencia en el norte de Chad en abril, la reapertura del conflicto en el delta del río Níger de los campesinos contra las petroleras, o la revuelta de junio en Suazilandia contra su monarquía absoluta. La Guerra en Siria y los ataques turcos al Kurdistán han continuado también durante este año contra la población de Rojava. En mayo los manifestantes palestinos se defendieron de ataques de la policía sionista israelí por la decisión de la Corte Suprema de Israel de desalojar familias palestinas en el barrio de Sheij Yarrah. El ejército israelí realizó ataques aéreos contra la Franja de Gaza durante dos semanas, provocando la muerte de al menos 150 civiles palestinos. El conflicto en el Sáhara se reabrió hace un año con la entrada de militares marroquíes a la zona de Guerguerat, en la frontera mauritana. Además, Joe Biden ha dejado claro que mantendrá una política continuista de la de Donald Trump en este conflicto; mientras la monarquía marroquí utiliza migrantes como carne de cañón en la frontera española como medida de presión potenciando discursos xenófobos y violencias hacia migrantes.
Otros conflicto fronterizo en la vieja Europa se situaría en el paso del Canal de La Mancha, entre Francia e Inglaterra, donde cientos de migrantes están agolpados en asentamientos asediados por el gobierno francés a la espera de su huída. La Unión Europea lleva décadas firmando acuerdos comerciales con terceros países alejando migrantes de sus fronteras a cambio de dinero, hace pocas semanas veíamos cómo policía de Bielorrusia cargaba contra migrantes forzándoles a cruzar la frontera con Polonia donde también les esperaba la represión policial.
La historia interminable de la violencia social enmarcada en un sistema capitalista que hace negocio de la miseria humana, ellos crean las guerras y el pueblo pone los muertos.