Sobre economía libertaria, organizaciones anarquistas y cooperativas de trabajadores: Aclarando confusiones y prejuicio

Nuestros huesos, sangre y esfuerzos se emplean a diario en alimentar la maquinaria capitalista. Nuestra mente es domada a golpe de látigo en sus centros penitenciarios de trabajo y la ansiada Revolución Social ni siquiera se contempla como opción. La Red Solidaria necesaria para hacer de contrapoder al Aparato establecido no es más que un sueño. Y todo es provocado por Una gran Confusión y Unos Prejuicios que todxs los anarquistas llevamos dentro hacia nosotrxs mismxs.
La confusión proviene de no entender la dimensión económica propia de la Asociación, grupo o colectivo anarcolibertario. El prejuicio viene al declarar prohibida la actividad económica del grupo necesaria para su funcionamiento. El resultado es un movimiento errático y desestructurado.
No vamos a entrar en controversias sobre la conveniencia o no de las las cooperativas, no la hay. Nuestras organizaciones son por definición y espíritu Cooperativas; y son las única capaces de realizar las tareas, ya no revolucionaria, sino cotidianas.

Las Asociaciones Anarquistas son Cooperativas de Trabajadorxs

No basta con declararse Mutualista, Cooparativista o Comunista Libertario. Siempre que se plantea un proyecto, un grupo, colectivo, sindicato, okupa, centro social, cooperativa, ateneo… hay que decidir la estructura organizativa política, económica y social de las múltiples posibilidades que existen, incluso mixtas o variables. La propuesta debe ser concreta. Nuestro grupo tiene un nombre que no es el nuestro, unas necesidades que no son las nuestras, son propias suyas, tiene unos gastos, actividades, materiales e ingresos propios. Son entes independientes de nosotros. Obviamente no son empresas, porque su objetivo no es el lucro o ganancia económica, pero si se pueden estudiar como entes económicos.
Habitualmente se suele optar por membresía voluntaria e igualitaria (social), con una Asamblea horizontal (político) en la que se toman decisiones por consenso y se organizan de modo federal en la que se practica la Democracia Directa. Pero parece que da alergia admitir que las asociaciones anarcolibertarias son económicamente cooperativas (económico): desde las células de fuego a las okupas, desde los sindicatos a las colectividades o mutuas, de cooperativas agrícolas a colectivos deslocalizados trasnacionales y multidimensionales, desde los más insurreccionalistas al último chupatintas; de la Candona a Afrin pasando por Cape Twon y Honk Hong: somos cooperativas. Cada asociación también debe definir su fuente económica, es decir, decidir si se financia por cuotas de los miembros, suscripciones, bonos o donaciones, subvenciones o por la venta de bienes (fanzines) o prestación de servicios (conciertos) o robo de bancos por ejemplo.

A su vez cooperativas hay de muchos tipos, incluidas capitalistas, de consumidores, de propietarios, financiera, comercial… Las cooperativas anarcolibertarias toman una forma muy precisa de Cooperativas de Trabajadores, en que cada miembro participa en el proceso productivo, que es la actividad del grupo. Independientemente de quién posea el medio de producción, si los trabajadores o es un usufructo de la comunidad, lo gestiona y beneficia a quien lo trabaja. Esto no es arbitrario, más adelante veremos por qué se ha escogido esta y no otra forma.
Los miembros del un Colectivo son Trabajadores
El miembro participa del beneficio y la pérdida de la asociación, posee una participación como un individuo, con voz y un voto. En esto tampoco hay mucha confusión. Pero también tiene tareas, que son cada uno de los trabajos a realizar para desarrollar la actividad del grupo, y es lo que le define como trabajador con respecto a la organización. Es por esto que así como cada miembro es entendido políticamente como miembro y gestor de la soberanía de la asamblea y socialmente unx compañerx e igual en solidaridad, debe ser entendido económicamente como un trabajador y gestor de la autogestión de la organización.
Por lo general son los miembros los que financian a la propia asociación, de modo que el trabajo realizado se entiende que es «voluntario», no remunerado, pero no por ello deja de ser trabajo, ni deja de ofrecer bienes y servicios, como cualquier otra organización; para sus miembros o para terceros. Por más que un sindicato sin liberados o un centro social niegue tener trabajadoras no es cierto, todas trabajamos para el sindicato, que somos nosotras mismas, nuestras compañeras y la organización. Otra cosa es el régimen de trabajo: que estén asalariados, los liberados, o el trabajo sea voluntario, esto es, no remunerado.

¿Existe Lucro en las Cooperativas de Trabajadores?

Al habar de la economía a muchos se les levanta ampollas, y sobrevuela sobre su rostro la palabra LUCRO para acto seguido escupir fuego por la boca.
Lucro es simplemente el beneficio económico. Pero en este caso la simpleza no ayuda. No he visto anarquistas ricos. Sí al revés. La militancia desgasta. Si observamos los balances de nuestras organizaciones nos damos cuenta de que la mayoría son financiadas por las cuotas de sus propios miembros, así que su organización sí puede obtener beneficios, a cambio de empobrecer a sus militantes/trabajadores. Esto se debe a un déficit que es aún peor que el déficit económico, el déficit organizativo por la Falta de Disponibilidad. Subsanable.
El lucro entendido en sentido económico estricto es el beneficio extraído del trabajo, esto es, del producto valorizado por la intervención de los trabajadores, al realizarlo – al intercambiarlo o venderlo. Pero si el rendimiento de la venta se reparte entre los trabajadores que lo produjeron, si cada una se cobra el fruto de su trabajo y no menos, no se produce beneficio -superávit o plusvalía- para ninguna de ellas, ni si quiera para la organización, solo hay un rendimiento del trabajo. Dicho de otro modo, la única forma de obtener un beneficio es que parte de la ganancia legítima del trabajador no le sea devuelta; es lo que comúnmente se entiende como explotación.

Repetimos. Si se reparte el fruto de nuestro trabajo se produce solo valorización y no queda margen para la plusvalía ni la explotación. Esta y no otra es la causa de que se haya escogido la figura de Cooperativa de Trabajadores como forma económica para el anarquismo y ariete contra el capital.
La Cooperativa de Trabajadores no tiene que ver con que los trabajadores tengan o no salario, o que todos tengan las mismas tareas, rangos y deberes, sino con que el medio de producción sea de los trabajadores, al igual que sus pérdidas y ganancias. Niega categóricamente la Propiedad Privada.

La confusión entre lucro, beneficio y ganancia alimenta nuestro prejuicios

La confusión entre lucro, beneficio, ganancia y explotación asociados a las actividades económicas capitalistas alimenta nuestro prejuicios y hace que muchas organizaciones rechacen la generación de actividades económicas más allá de la mera militancia. Que se constriñan a la voluntariedad – a la no remuneración – y a la disponibilidad del tiempo libre sin una mayor implicación ni responsabilidad en la organización. Es decir, nuestros prejuicios sobre economía evitan que dediquemos el tiempo necesario a la causa de la organización. Y este tiempo solo se puede prestar si se cubren nuestras necesidades y deseos. Si no es así la militancia se desgasta como hemos mencionado y los proyectos se abandonan.
Es decir, si la organización se plantease la satisfacción de sus miembros como un objetivo de la propia organización aumentaría la disponibilidad y mejorarían sus resultados. Esto implica plantearse por una parte la dedicación exclusiva, origen de la profesionalización, y por otra la ampliación de la actividad del propio colectivo/cooperativa.
Pero a nadie le parece mal que se haga un comedor o un taller o un grupo musical. Tampoco que la persona que organiza dichos eventos participen en la tarea y cubran sus gastos. A nadie le puede parecer extraño entonces que si aumentan las actividades del grupo este cubra todas las necesidades del individuo. Pues este y no otro es el objetivo del Comunismo Libertario.
No estamos diciendo que todas organizaciones se deban profesionalizar, eso no es ni posible ni deseable. Lo que aseguramos es que los colectivos que no compensen a sus miembros activos de alguna manera simplemente las estarán usando hasta su extenuación y cuando se cansen frenarán su militancia si es que no la abandonan definitivamente. «No les compensará» encargarse del trabajo, burn out. Lo hemos visto cientos de veces y es una de las principales causas de pérdida de militantes.

La Caverna

¿Es vivir de la causa o vivir por la causa? ¿Cambia esto en algo el hecho de que nuestras organizaciones son débiles porque nos pasamos el día trabajando para capitalistas con la mera excusa peregrina de expropiarles algún día? Basta ya.
Desde alguna caverna alguien argumentará sobre la deriva empresarial de los colectivos profesionalizados, la competencia entre trabajadores o la posibilidad de la creación de cárteles monopolistas entre otras escusas para no acometer nuestra tarea. Estas y otras cuestiones especulativas, cuando en España hay unas 3,5 millones de empresas lucrosas y las 35 del IBEX acaparan el 50% del capital bursátil, son divagaciones – si no enajenaciones- alejadas de las necesidades actuales de una Red Solidaria y Económica que sirva de contrapoder y rompan las redes clientelares establecidas. Tal vez cuando seamos 100.000 cooperativas libertarias debamos comenzar a debatir estos problemas.

Pablo Heráklio

Tomado de http://tarcoteca.blogspot.com.es/2018/03/economia-libertaria-las-asociaciones.html

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