Notas a partir de Quienes no han tenido el «derecho» a la(s) palabra(s) la(s) toman YA, 1976‐1979
Este artículo aborda el caso de Quienes no han tenido el «derecho» a la(s) palabra(s), la(s) toman YA, un boletín anticarcelario editado en solidaridad con la COPEL que publica seis números entre 1975 y 19781. A partir de su trayectoria, propone una reflexión sobre las redes de solidaridad y comunicación establecidas entre el adentro y afuera de las prisiones tras la dictadura franquista, que logran difundir las reivindicaciones de los presos organizados e incidir en la esfera pública dominante.
En el mundo de los relatos y de la IA, la globalización aparece como el Príncipe del cuento del que jamás veremos sus manos manchadas de sangre. La Bella Durmiente, esa clase obrera hace tiempo arrullada por el individualismo y la subjetividad hasta haber desaparecido como sujeto colectivo entre nanas que hablan de narcicismo, victimización y egolatría, es aquí interpelada a dejar de soñar con el beso del príncipe, un beso hecho de racionalidad capitalista, derrota de lo político y lógica mercantil, para practicar cualquiera de las formas de sabotaje que nos devuelvan a la vida entendida como la textura social que hoy nos falta.
Ante el asedio de la ultraderecha y del mal llamado «revisionismo» histórico, la lucha por la recuperación de la memoria histórica está a la defensiva. En este contexto turbulento, puede resultar tentador aferrarse al discurso oficial sobre la Memoria Democrática impulsado por el gobierno y el PSOE. Tras más de dos décadas de activismo memorialista y dos leyes para muchos insuficientes, la memoria de los perdedores de la Guerra Civil y las represaliadas del franquismo parece ser un asunto que «cansa» a una parte de la juventud y conforma el blanco perfecto para las guerras culturales de la extrema derecha.
Es más fácil decir lo que no es. La pedagogía hacker no es un manual sobre el uso «correcto» de la tecnología. No es un método para aprender a convertirse en un hacker. Ni siquiera es un manifiesto programático. Llevamos casi diez años utilizando esta expresión para describir lo que hacemos de una manera evocadora. El libro Pedagogía hacker se presenta como una colección, un relato, una selección de nuestras motivaciones y actividades para repensar nuestra relación con las tecnologías, en particular las digitales. Las motivaciones son propuestas sencillas para todas las personas que quieran experimentar diferentes relaciones con las tecnologías, mientras que las actividades se han desarrollado especialmente para aquellos que tienen responsabilidades hacia los demás y los grupos: educadores, profesores, padres, formadores, organizadores. El objetivo siempre es intentar aumentar el grado de autogestión, individual y colectiva, jugando con algunas máquinas y sistemas que sentimos similares. Para practicar la autogestión se necesita poder: el poder de hacer, el poder de entender, el poder de cambiar las propias relaciones, el poder de abandonar los sistemas tóxicos, empezando por el GAFAM (acrónimo de Google, Apple, Facebook, Amazon, Microsoft).
En esta época posmoderna de individualismo y cambios, de caos sobrevenido, de aparente desorden mundial, de desmoronamiento de la verdad y los valores universales absolutos, ya no es ninguna novedad que la democracia parlamentaria esté degenerando hasta el extremo de dejar paso a que en este primer tercio del siglo XXI la autocracia gobierne en algunos de los países más desarrollados del mundo. Quizá más exactamente, la autocracia de los plutócratas. Milmillonarios que se nos presentan como libertadores y que rápidamente muestran su verdadera cara autoritaria y despiadada.
Sabemos que el Centro Internacional de Investigaciones sobre el Anarquismo (CIRA) Marsella fue creado en 1965 como una sucursal del Centro de Ginebra. ¿Cuáles eran sus objetivos al fundar este Centro?
En 1965, el historiador René Bianco (1941-2005) creó el CIRA de Marsella. Frecuentaba desde algún tiempo el CIRA de Ginebra (que luego se trasladará a Lausana). Enviaba a Suiza todo lo que encontraba. Después de un cierto tiempo, tenía numerosos documentos duplicados. Decidió entonces, con algunos compañeros, crear un CIRA en Marsella. Su objetivo era salvar todos los documentos anarquistas y evitar que las familias de los compañeros los tiren a la basura cuando sus padres habían fallecido.
El CIRA (en sus siglas en francés) fue fundado en Marsella en 1965 por un puñado de activistas anarquistas entre los que se encontraba René Bianco (1941-2005).
Originalmente era una sucursal del CIRA de Lausana, fundado en 1957. Luego el CIRA de Marsella se hizo autónomo.
¿Cómo y cuándo surgió vuestra revista? ¿Nos podéis explicar por qué elegisteis el nombre de Antagonistas?
La revista surgió a partir de los sucesos relacionados con la movilización nacionalista que tuvo lugar en 2017 en Catalunya. La publicación de algunos artículos en medios digitales, entre ellos un texto en La Directa, ‘El fetitxisme del procés i el seu secret’ (ya no está disponible pero un colectivo lo tradujo al castellano https://aginteahausten.wordpress.com/2017/11/06/el-fetichismo-del-proces-y-su-secreto/ , hizo que algunas personas nos pusiéramos en contacto. Después de meses de conversaciones, en julio de ese mismo año se celebró un encuentro presencial en Vic. Allí se decidió que el esfuerzo colectivo se vehicularía a través de una publicación. Se acordó llamarla Antagonistas porque nos unía el antagonismo a la deriva nacionalista y estatista que veíamos a nuestro alrededor, especialmente entre los ambientes contestatarios, incluso entre aquellos que insistían en definirse como anarquistas o libertarios.
Moésio Rebouças – Surgió cuando estudiaba periodismo en la Facultad de Comunicación de de Santos (FACOS). A principios de los años noventa. Al principio era sólo un boletín en papel, pero cuando Internet se popularizó en 1995, nos quedamos con los boletines electrónicos. Era más barato, más rápido y llegaba a mucha más gente y grupos.
Quizás, solo quizás, se esté produciendo un renacimiento del movimiento libertario en España y en el mundo. La democracia occidental clásica, liberal, modelo tras la Segunda Guerra Mundial en gran parte del mundo, está dando signos de agotamiento. Ante esta situación hay unos nuevos autoproclamados «libertarios», neoliberales de corte fascista, con unas características nuevas muy particulares que nada tienen que ver con el verdadero libertarismo anarquista, aunque llevan a la confusión a cierta parte de la población. El verdadero libertarismo es anarquista y anti-jerárquico, estos «libertarios», sin embargo, quieren desprenderse de la parte del Estado que les molesta, odian los impuestos y las regulaciones, así como las prestaciones sociales que estos generan.
Un espacio en la red para el anarquismo (o, mejor dicho, para los anarquismos), con especial atención para el escepticismo, la crítica, el librepensamiento y la filosofía en general