Sébastian Faure fue un destacado anarquista francés, que puede ser incluido en esa segunda generación de libertarios que se inició en la militancia a finales del siglo XIX y vivió la Revolución soviética de octubre y el difícil período de entreguerras. Fueron Faure y sus compañeros los que tuvieron que desarrollar y aplicar en las más difíciles condiciones los postulados teóricos que, de la mano de Proudhon o Bakunin y Kropotkin, habían sentado las bases del anarquismo. Deslindar teoría y práctica con el marxismo, resistir la embestida comunista y fascista, afrontar las contradicciones de la dos Guerras Mundiales, sufrir la amarga derrota de Flores Magón, de Majno y de la revolución en España… Quizás por eso mismo, sus escritos no han perdido actualidad y siguen marcando, hoy como ayer, el camino correcto hacia la verdadera revolución.
Tras la Primera Guerra Mundial, el anarquismo francés no contaba con ningún nexo de unión; en el resto del mundo la situación no era muy diferente. Dejando a un lado a los individualistas, existían muchos grupos que no veían necesaria la estructuración de una organización específicamente anarquista, pues su medio de acción eran los sindicatos, que ya estaban estructurados y abarcaban todo el territorio francés. También existían numerosos grupos que actuaban fuera de los sindicatos y se lamentaban de que el anarquismo careciera de fuerza precisamente por la falta de coordinación en las diferentes luchas. En 1926 apareció la llamada Plataforma de Archinov, un proyecto de organización del anarquismo con unidad de acción, toma de decisiones por mayoría y responsabilidad colectiva. Contestado por muchos anarquistas de todo el mundo, la Plataforma fue criticada por su componente autoritario, ajeno por completo al pensamiento libertario. En 1927, el célebre anarquista francés Sébastien Faure (1852-1942) redactó la “síntesis anarquista” como proyecto de coordinación del anarquismo organizado. Esta propuesta, aceptada por la mayoría de grupos, fue un hito importante en la estructuración del anarquismo a escala mundial, que tuvo su corolario en 1968 con la creación de la Internacional de Federaciones Anarquistas.
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