Sobre el término «revolución»

Hay que aclarar siempre que la palabra ‘revolución’ no implica necesariamente violencia y sí una transformación en alguna de las estructuras fundamentales de la vida social: la económica, la política, la cultural o la familiar. No obstante, la propia palabra «violencia» posee múltiples acepciones, pudiendo recuperarse para la transformación social, o revolución, aquella que alude a «actuar con ímpetu y fuerza» o «con intensidad».

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Anarquismo-Autogestion-Autonomia-Socialismo-Liberalismo-Acracia

Socialismo libertario e individualismo solidario

Resulta curioso que, si bien existe una manera de observar la historia del anarquismo en la que está claro que es una corriente socialista, los primeros anarquistas no dudaban en hacer suyos a autores que, tal vez, hoy consideraríamos más cerca del liberalismo (si bien, su crítica furibunda al Estado y a cualquier forma de dominación o, lo que es lo mismo, su naturaleza antiautoritaria se hace muy atractiva). Hay que considerar al anarquismo mucho más que un tipo de socialismo o colectivismo, una especie de filosofía vital que busca la emancipación en todos los ámbitos de la vida y el desarrollo de los valores más nobles del ser humano; por su propia idiosincrasia hace que tenga necesariamente que apostar por un modelo social y económico cooperativo y por dar predominancia a la solidaridad por enciman de cualquier otro valor.

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Lectura de la anarquía y del anarquismoo

Anarquía y anarquismo

Kropotkin, en su Palabras de un rebelde, aludía a los que se refieren a la palabra anarquía en términos despectivos. Incluso, aquellos que reconocen la belleza de las ideas libertarias, pero consideran que el término que las sintetiza infunde temor y había sido elegido torpemente. En lenguaje corriente, «anarquía» sería sinónimo de caos y desorden, y evocaría lo contrarío de lo que se propone: un estado entre los hombres en el cual la armonía no sería posible.

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La anarquía y la iglesia

La conducta del anarquista hacia el hombre de iglesia se halla trazada de antemano en tanto que curas, frailes y toda clase de detentadores de un supuesto poder divino se hallen constituidos en liga de dominación, ha de combatirlos sin descanso, con toda la energía de su voluntad y con todos los recursos de su inteligencia y de su fuerza. Esa lucha no ha de impedir que se guarde el respeto Sigue leyendo