Ahora que se sigue discutiendo sobre quién diablos ganó las elecciones en Venezuela, uno se pregunta, de verdad, más allá de la epidermis política de uno u otro país, sobre el panorama social en ese continente tan maltratado que es Latinoamérica. Yo que vivo en Madrid y, solo por mencionar a los que más trato, confluyo con personas cubanas, dominicanas, mexicanas, colombianas, venezolanas, ecuatorianas, peruanas, brasileñas, argentinas, bolivianas... Y que me perdonen las pertenecientes a otros lares, que también los hay de forma nutrida, hablamos de algo tan duro como abandonar el lugar donde naciste y a tu familia para tratar de buscar prosperidad en una nación más rica. ¿Por qué esto es así? ¿Cómo es posible que no se equilibre, al menos un poco (no digo ya una revolución tremenda) la riqueza mundial, lo suficiente para que la necesidad no te empuje a migrar o puede que a morirte? Son preguntas retóricas, por supuesto, y también ingenuas. Toda persona decente sabe a qué obedece esta situación de una economía globalizada, y esquilmadora, para disfrute de minorías como las que acogen y cuestionan a otros más pobres. Aún así, seguiremos aguantando las falacias polarizadas de dos discursos: o bien una falaz gestión estatal estatal que asegura privilegios más que protege, o bien un inicuo «libre» mercado incapaz de repartir el pastel lo más mínimo o, más bien, una mezcla de ambos para que todo siga más o menos igual.
Seguir leyendo La muy maltratada Latinoamérica →