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El movimiento emancipador kurdo y la revolución de Rojava

Hay una película ahora mismo en cartel, al menos en Madrid, un coproducción de Bélgica, Luxemburgo y Francia con el título de Rebel. Se trata de la historia de un joven árabe en Bélgica, que por circunstancias acaba en la guerra de Siria y es captado por el Estado Islámico en 2014, en el momento de su hegemonía. No voy a hacer una reseña de esta película, que vi bastante confusa, aunque puede funcionar perfectamente como propaganda contra el Estado Islámico y los yihadistas, y sus maniobras para reclutar a jóvenes e incluso niños.

Sin embargo, en la historia se nos muestra la guerra de Siria (hoy, casi inexistente en los medios oficiales al copar todo el conflicto en Ucrania), mostrando su complejidad, es verdad que tratando de ser críticos con unos y otros (aunque sin mostrar cómo los diversos intereses políticos con seguridad favorecen el crecimiento de los islamistas), pero sin aportar contexto (supongo que es complicado hacerlo en un simple largometraje). Se muestran también a las llamadas YPG, las milicias kurdas con mujeres combatientes, que claramente han combatido el Estado Islámico, pero creo que de una manera muy esquemática. He querido aprovechar la visión de esta película para hablar del movimiento emancipador kurdo, de la llamado revolución en Rojava con influencia libertaria.

El pueblo kurdo se encuentra dividido entre Turquía, Siria, Irak e Irán. Esto fue producto de la caída del Imperio Otomano, tras el fin de la Primera Guerra Mundial, cuando el territorio fue repartido entre los vencedores y, entonces, el pueblo kurdo quedó segmentado en esos cuatro países creados a lo largo del siglo XX. El kurdo está considerado como el mayor pueblo sin Estado del mundo.

Hay que tener en cuenta que el kurdistán constituye una región con gran valor estratégico y económico, al encontrarse en el paso de los ríos Tigris y Éufrates, y por ser una gran reserva petrolífera de los países mencionados: Turquia, Siria, Irán e Irak. Esto explica que los Estados de estas naciones no cedan en sus intentos de controlar el territorio, ya que supone un considerable porcentaje de ingresos, y que la opresión y marginación sobre los kurdos se haya producido durante años.

En 1978, nace en Turquía el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) y, a partir de entonces se ve inmerso en la guerrilla y el conflicto armado contra el ejército turco, que dejaron miles de muertos. Desde 1984, el PKK está considerado una organización terrorista por Turquía, la Unión Europea y los Estados Unidos de Norteamérica. Este partido sufre una evolución, desde un marxismo-leninismo ortodoxo hasta posiciones libertarias a través del pensamiento de Murray Bookchin y el llamado confederalismo democrático, teniendo entonces el PKK un auténtico rechazo por la construcción de un Estado-nación.

Un punto de inflexión en Siria, se produce en 2011 con la llamada primavera árabe, oportunidad para que los kurdos proclamasen sus protestas frente el régimen represivo de Bashar al Assad. Tras el comienzo de la guerra civil en Siria, en la región de Rojava (en el norte de Siria) se alza el movimiento popular kurdo para hacerse con el control de las ciudades; en julio de ese año 2011, Rojava proclamó su autonomía frente al Estado sirio y para comienzos de 2014 ya contaba con su propia Constitución.

Se inicia también una revolución social, de carácter anticolonial, que busca el autogobierno kurdo y reclama su autonomía en la región. Destaca la liberación de la mujeres y se busca su participación equitativa en todos los ámbitos de la vida pública. Esta revolución social se ve ampliamente favorecida por las ideas del anarquista Murray Bookchin y su ecología social: el sistema económico se basa en una economía autosuficiente a través de cooperativas y el respeto al medio ambiente mediante un uso de los recursos económicos de una manera sostenible y eficiente.

El autogobierno del Kurdistán se establece mediante un liderazgo compartido y el llamado confederalismo democrático, es decir, una democracia participativa directa mediante asambleas populares. Se trata de una descentralización del poder, alternativa a un Estado considerado opresor en manos de diferentes naciones, en este caso, que impide al pueblo kurdo ejercer su libertad como ciudadanos.

Los brazos armados del autogobierno kurdo son la YPG (unidades de protección popular de carácter mixto) y la YPJ (unidades femeninas de protección), que garantizan la seguridad de los ciudadanos frente a todo tipo de amenazas. Entre su labor, ha estado la de combatir el Estado Islámico y de hecho, en 2014, recuperaron la ciudad de Kobane de mano de los islamistas provocando su retroceso en el territorio sirio. Gracias a esto, el movimiento libertario de los kurdos empieza a tener reconocimiento internacional.

Dentro de estas milicias de protección popular ha habido también combatientes internacionales que han ido a combatir al Estado Islámico, el ISIS, y también para mostrar sus simpatías hacia la revolución. Claro, las milicias kurdas se han visto en la tesitura de, aun combatiendo fuertemente las tropelías del ISIS, adoptar una vía alternativa al defender su propia revolución y no los intereses de al Assad o de los rebeldes.

La Confederación de los Pueblos del Kurdistán constituye un complejo mosaico cultural con múltiples intereses y sensibilidades. Los diferentes contextos regionales y políticos también dan lugar a diferencias en las amenazas que sufren. Se dice que el principal riesgo para la autonomía kurda en Siria es su frontera con Turquía; el ejecutivo turco, heredero del Imperio Otomano, considera una amenaza la autonomía kurda y cree que la situación en Siria puede animar a la independencia de la población kurda en territorio turco. Así, las invasiones promovidas por el gobierno turco se han sucedido con la excusa de contener el avance del Estado Islámico.

De esa manera, en agosto de 2022, Turquía bombardeó el centro y los alrededores de Kobane provocando diversas muertes incluso de niños. Desde entonces, los ataques, invasiones y mentiras sobre los kurdos se han sucedido. El ejecutivo turco ha buscado el apoyo explícito de otras potencias para su represión de la autonomía kurda y, a pesar de no haberlo obtenido de manera explícita, no ha cesado en sus ataques por ello. De hecho, Rusia y Estados Unidos, que controlan el espacio aéreo en el Norte y Este de Siria no han puesto excesivos reparos a los ataques turcos sobre la zona. España es también un aliado, directo o indirecto, de Turquía al ser socios en la OTAN como se vio en la Cumbre de Madrid hace un año donde uno de los puntos fue la entrada de Suecia y Finlandia en el tratado atlantista. Esos países, hasta entonces, habían acogido a emigrados kurdos negándose a extraditarlos; a partir de entonces, se firmaron tratados de extradición con Turquía revisándose la legislación antiterrorista de esos Estados, algo que tanto juego da para cometer tropelías sobre los pueblos.

Erdogan, recientemente ha vuelto a ganar la elecciones presidenciales en Turquía gracias, en gran medida, a la baza del patriotismo y su búsqueda constante de enemigos externos, mistificación que tan bien sirve para manipular a los pueblos

Animo a buscar información actualizado sobre la revolución de Rojava, un proyecto emancipador con el que se quiere acabar al no suponer un buen ejemplo para los diferentes poderes políticos. Es complicado obtener esta información, incluso en medios alternativos, y también sobre un conflicto bélico de la región complejo y con diversos intereses en juego.

Capi Vidal

Fuentes:
https://geopol21.com/la-revolucion-rojava-en-siria/
https://www.elsaltodiario.com/rojava/turquia-intensifica-ataques-norte-este-siria
https://magis.iteso.mx/nota/rojava-un-pedazo-de-libertad-en-el-mundo/
http://acracia.org/nueva-agresion-a-rojava/
http://acracia.org/por-que-en-rojava/

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