ROJAVA KURDOS TURQUÍA

Nuevo (y necesario) contrato social

Una de las grandes esperanzas para el género humano ha sido la revolución llevada a cabo en Rojava por el publo kurdo, que se ve muy influencia por las ideas del libertario Murray Bookchin y su ecología social: el sistema económico se basa en una economía autosuficiente a través de cooperativas y el respeto al medio ambiente mediante un uso de los recursos económicos de una manera sostenible y eficiente. Hace ya más de una década que la región proclamó su autonomía respecto al Estado sirio, pero no esperéis encontrar excesiva información en nuestros inicuos medio oficiales. A pesar de la constante amenaza de leviatanes autoritarios, y con una voluntad de hierro, recientemente, los pueblos del norte y este de Siria, han logrado promulgar una nueva versión del Contrato Social. De esa manera, se incide en la ecología, la economía y justicia sociales, así como en los principios del confederalismo democrático. No somos los ácratas, a veces con un talante excesivo, muy amigos de constituciones, ni de sistemas de barniz democrático, pero ningún problema con dotar a conceptos pervertidos de un nuevo carácter semántico. Al fin y el cabo, la democracia debería ser de verdad el gobierno del pueblo o, si se quiere, la gestión social, política y económica por parte de las personas afectadas.

Además, esta transformación política ha sido definida como «una revolución dentro de la revolución», ya que se alude al protagonismo de las mujeres y su potencial organizativo. Es más, quizá pueda describirse lo ocurrido en Rojava durante los últimos años como una auténtica revolución de mujeres, su principal característica. ¡Bienvenido sea todo ello, ya que estamos necesitados de buenas nuevas libertarias! Se ha justificado la creación de un documento escrito, precisamente, para impedir que un Estado imponga las normas, por lo que se ha propuesto un sistema social analizando exhaustivamente cuáles son las necesidades en permanente diálogo con la propia sociedad, que es la que finalmente debe decidir. Respecto a otra versiones previas del contrato, se ha hecho mayor hincapié ahora en el llamado concejo, que hay que diferenciar de lo que entendemos en castellano por consejo, aunque ambos términos se confundan en ocasiones. El concejo viene a ser el órgano público cuyos miembros son elegidos por el sistema de democracia de base; tienen poder decisorio sobre los asuntos que les competen. Por su parte, el consejo es el órgano colegiado con la función de asesorar y/o administrar, siguiendo las directrices marcadas por el Concejo. Interesante, muy interesante en un mundo necesitado de innovaciones socialmente emancipadoras.

Destaca, mientras Oriente Medio está determinado por el extractivismo y la destrucción bélica, la insistencia en un entorno limpio y en reverdecer la región. Otro aspecto tremendamente interesante es a la renuncia a toda justicia meramente punitiva, tratando de resolver los conflictos por otros medios y solo dejando la reclusión para delitos muy graves. En cualquier caso, tal y como han insistido siempre los anarquistas, la educación resulta primordial. Recordemos que todo este proceso revolucionario se ha producido en un permanente contexto bélico, por lo que el esfuerzo y el mérito es aún mayor. De hecho, ya en 2021 se creó un borrador del contrato, pero cada vez que había algún avance en su elaboración, el ejército del represor Estado turco atacaba la zona para frenar su desarrollo. No hace falta recordar que Turquía es un aliado de Estados Unidos y aspirante a formar parte de la Unión Europea. Por supuesto, el régimen sirio, igualmente dictatorial, es otro enemigo de la administración autónoma de la región y hablamos de una parte del mundo plagada de regímenes tribales y monárquicos, evidentes enemigos de este sistema confederal y verdaderamente democrático. Ningún Estado, por motivos obvio, puede favorecer este proceso revolucionario de carácter libertario. No obstante, tal y como manifiestan sus representantes, existen buenas relaciones con determinados actores de la sociedad civil en Túnez, el Sahara, Líbano, con las mujeres en Afganistán y también con el pueblo palestino. Es precisamente este modelo social y político una posible esperanza para los palestinos, eso si el genocida Estado de Israel no ha acabado antes con ellos mientras la vieja y mezquina Europa mira hacia otro lado.

Juan Cáspar
https://exabruptospoliticos.wordpress.com/2024/03/04/nuevo-y-necesario-contrato-social/

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