Es ya un lugar común decir que la historia la escriben los vencedores. En el caso de la Revolución rusa, durante mucho tiempo se nos contó de manera simplista que un grupo de revolucionarios, comandados por Lenin, tomó el Palacio de Invierno para dar lugar al primer gran régimen socialista. Ahora, con otro tipo de historiografía oficial dominante, difícilmente se va a dar protagonismo en la historia a las masas y la defensa de sus organizaciones autónomas frente al poder.
En la cartelera madrileña, puede verse una interesante película, tal vez más por cuestiones políticas y filosóficas, que estrictamente cinematográficas, llamada El joven Karl Marx; el film, al margen de los aciertos y equivocaciones de el autor de El capital, pone de actualidad temas primordiales sobre el movimiento obrero y el desarrollo económico.Seguir leyendo El joven Karl Marx→
Tanto en el anarquismo, como en el marxismo, la idea de inmanencia es básica referida al ateísmo. Hablamos de inmanencia, en términos filosóficos, cuando la actividad permanece dentro del agente en el sentido de que tiene en él su propio fin. El ser inmanente, y la inmanencia, se contrapone al ser trascendente, y la trascendencia, entendido como lo que está «más allá» de la realidad o como un principio supremo (Dios, el Absoluto, lo Uno…).
Cuando quieren refrescar la concepción política de su profeta, los marxistas traen a colación los textos escritos por Marx sobre la Comuna de París, por lo general recogidos en La guerra civil en Francia.
Se trata de la Directiva que el Consejo General de la Asociación Internacional de los Trabajadores publicó tras la caída de la Comuna, y que fue redactada por Karl Marx; en este texto se señala el Seguir leyendo El equívoco del Marx libertario→
Un espacio en la red para el anarquismo (o, mejor dicho, para los anarquismos), con especial atención para el escepticismo, la crítica, el librepensamiento y la filosofía en general