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Turquía: el golpe es el Estado, 
¡la revolución es libertad!

Tras el fallido intento de golpe de Estado al régimen de Recep Tayyip Erdoğan, que comenzó a altas horas de la noche del pasado viernes 15 de julio de 2016, sangrientos episodios de violencia se llevaron a cabo en las ciudades más importantes del Turquía, particularmente en la capital Ankara y en Estambul. Grupos armados afines al Partido de Desarrollo y Justicia (AKP, que gobierna el país), entre ellos sectores yihadistas, tomaron las calles y persiguieron tanto a golpistas como a civiles.

Con el paso de los días parece que el ambiente en las calles se ha calmado, pero dentro de las cúpulas de poder se prepara un golpe político que daría mucho mayor poder a Erdoğan. Después de la detención de alrededor de 6 mil personas —militares, jueces, fiscales—, el presidente ha enunciado la posiblidad de reactivar la pena de muerte en el país. Aunque dicha pena no se aplica oficialmente desde 1984, apenas hace 12 años que fue abolida en Turquía; como requisito para ingresar a la Unión Europea.

La reinserción de la pena de muerte, lejos de sólo afectar a los militares golpistas, también atañe a todo sector que se manifieste contra el orden establecido en el poder. Esto significa que, por ejemplo, el líder del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), Abdullah Öcalan, preso desde 1999 podría ser ejecutado.

Ante esta situación, colectivos de carácter anticapitalista, cercanos o no cercanos a las políticas del PKK, han manifestado su preocupación en torno al intento de golpe del pasado 15 de julio. A continuación se presenta el comunicado de la Acción Anarquista Revolucionaria (DAF), una de las principales agrupaciones anarquistas de todo Turquía.

El golpe ha sido una inevitable realidad de la presencia del Estado en esta geografía desde el golpe militar de 1980, surgió tras 36 años, durante la noche del 15 de julio. Muchos edificios del Estado fueron bloqueados durante unas cuantas horas durante la movilización militar que se basó en Estambul y Ankara. El golpe comenzó con el desfile aéreo de jets de combate en Ankara y el bloqueo de puentes por parte de soldados en Estambul, y continuó con la toma del jefe del Estado mayor como rehén, y el sonido de tanques y armas de fuego en las calles. Muchos edificios gubernamentales fueron atacados por F16 y helicópteros, incluido el edificio del parlamento y los cuarteles generales de la Organización Nacional de Inteligencia (MIT). En muchos lugares hubo enfrentamientos armados entre soldados y la policía. Tras los eventos, la transmisión de la televisión nacional Estatal fue cortada y la declaración del golpe firmada, se leyó «Concilio de Paz en Casa». Cuando el «Golpe de 5 Horas» acabó, más de cien soldados, más de ochenta oficiales de policía y más de ochenta protestantes anti-golpe murieron. 2.839 soldados, entre ellos muchos de alto rango, fueron tomados bajo custodia [A esta «purga» se suman 2.745 jueces y fiscales].

Durante este último periodo de 36 años, el golpe ha fungido como una herramienta de opresión política, violencia y represiva, ha sido utilizado como amenaza por el ejército una y otra vez. Sin duda, para nosotros, los oprimidos, este golpe significa tortura, represión y masacre de las personas en esta geografía durante estos periodos. Es evidente que la estructura que toma poder a través de las masacres, continuará haciendo masacres bajo el nombre del «proyecto de la unidad indivisible del país». El reciente golpe es el resultado de grupos de poder peleando por poder dentro del Estado. Tal vez, la existencia oculta de grupos de poder fuera del Estado empuja su definición a una escala mayor. En todo caso, no hay duda de que aquellos que fortalecieron su poder como resultado del golpe de 5 horas son el actual gobierno y la cabeza del Estado.

La noche que comenzó como un golpe militar se convirtió en unas «vacaciones democráticas» mientras el poder Estatal ganaba poder. El partido en el poder, el AKP, consiguió el título de «repeler un golpe» con su victoria sobre el golpe, en la cima de su legitimidad sobre su «elección». En toda la noche, todos los canales de televisión hicieron transmisiones que sirvieron a esta victoria e hicieron propaganda sobre la ilusión de democracia personificada por Tayyip Erdoğan. Esta propaganda también fue hecha de manera continua por los medios de comunicación que eran conocidos por su oposición. En esta pelea por el poder estatal, los medios de comunicación no solo tomaron el lado de Tayyip Erdoğan, también jugaron el rol de canalizar gente a las calles.

Así como los medios, los partidos de oposición del parlamento quienes no «escatimaron» su apoyo por el AKP desde el principio de este proceso, cayeron en la trampa del poder de Estado de «prevenir que otros hagan política». Su posición de «tomar partido por la democracia contra el golpe» es una máscara de su inconsciencia política. Esto indica claramente que a corto plazo no se movilizarán más que dentro de las políticas del poder de Estado fortalecido. Definir a aquellos que «morirían cuando Tayyip Erdoğan diga mueran, dispararán cuando diga que disparen», que llenaran las plazas con eslóganes como «queremos la pena de muerte», enfocados en linchar a cualquiera que se les atraviese, como «defensores de la democracia», ¿no es acaso un signo de estancamiento político de los mismos partidos de oposición?

Con este golpe y la victoria contra el golpe, el AKP ahora tiene el ambiente necesario para crear una transformación ideológica en la sociedad. El «50% que difícilmente se contenían en casa» que se mostraron como una amenaza para Tayyip Erdoğan durante las Protestas de Gezi, estuvieron en las calles. La cultura fascista, que es una parte importante de la transformación ideológica que toma lugar a través del sistema legal hacia la vida social, fue despertado por aquellos movilizados por el Estado hacia las calles. No sólo eso, estaban disfrazados como gente que trataba de sostener el poder de la democracia. No es tan difícil adivinar cómo estas «movilizaciones democráticas» harán frente a los oprimidos de diferentes maneras en diferentes lugares. Ya hemos escuchado noticias de linchamientos hacia aquellos que no están tomando el lado con el poder de Estado reforzado.

Esta pelea de grupos de poder que trata de adquirir el poder de Estado que opera en la cima de la injusticia económica y política que va en aumento; no es más que la perpetuación de la autoridad de los opresores sobre los oprimidos, con el fin de destruir la libertad de los oprimidos. No hay duda que ni la dictadura visible ni la invisible, ni las estructuras militares o civiles, ni el golpe, ni las elecciones de los poderes políticos que son enemigos del pueblo, tienen algo que ver con la voluntad de la gente. Nosotros, que creemos que una vida libre no puede ser creada por un golpe o por elecciones, reconocemos la existencia del Estado como un golpe contra la libertad y nuestra revuelta continuará hasta que se cree un mundo libre. El Estado es el golpe, la revolución es libertad. Lo que todos necesitamos, es no hacernos esperanzas sobre las peleas entre las autoridades, sino saber que la esperanza es la revolución por la libertad.

Acción Anarquista Revolucionaria (Devrimci Anarşist Faaliyet – DAF)

Tomado de http://subversiones.org/archivos/124908

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