La última Encuesta Nacional de Salud de 2017 revela que el 14,1% de las mujeres y el 7,2% de los hombres mayores de 15 años padecen algún problema de salud mental. Estas son las cifras oficiales, pero reales serán mucho mayores. Y en época de encierro forzoso, los casos de ansiedad y depresión se están disparando en muchas personas a consecuencia de la restricción de movilidad por Seguir leyendo Coronavirus y salud mental
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Biopolítica y disciplina policial
No sé si fue Foucault el primero que desarrolló el concepto de «biopolítica», pero para el caso que nos ocupa partiremos del filósofo francés, que tantas palabras dedicó al poder. De esta manera, se nos dice con dicha visión que el control de la sociedad moderna, o posmoderna, no se realiza únicamente mediante la conciencia o la ideología, sino también con el impacto en otros ámbitos biológicos como es el propio cuerpo humano. Así, la medicina sería una estrategia biopolítica, lo cual dará una Seguir leyendo Biopolítica y disciplina policial
CORONAVIRUS, por Raoul Vaneigem (reporte desde la región francesa)
Cuestionar el peligro del coronavirus es claramente absurdo. Por otra parte, ¿no es igual de absurdo que una perturbación del curso habitual de las enfermedades sea objeto de tal explotación emocional y despierte la arrogante incompetencia que una vez barrió la nube de Chernóbil de Francia? Por supuesto, sabemos con qué facilidad el espectro del apocalipsis sale de su caja para Seguir leyendo CORONAVIRUS, por Raoul Vaneigem (reporte desde la región francesa)
Esenciales e Indispensables
Son días llenos de prodigios. A lo que voy. Resulta que según un Real Decreto, somos indispensables. Esenciales. Insustituibles. Empezando por las limpiadoras, basureros, peones, jornaleros, repartidores…, y acabando por los controladores, conductores, estibadores, pilotos y maquinistas, se ha demostrado que todo descansa sobre los hombros de una centésima parte de la población, Seguir leyendo Esenciales e Indispensables
COVID-19, un poco más allá de lo que ya sabemos de sobra
Dramático, lancinante, indignante… cabreo mayúsculo, ¡por supuesto! Al igual que le ocurre a mucha gente así lo estamos viviendo, y el hecho de gritar nuestra rabia no solo nos ayuda, sino que quizás sirva también para despertar algunas conciencias. Hay que hacerlo, claro, pero es tan insuficiente como darle vueltas a lo que ya sabemos de sobra. Seguir leyendo COVID-19, un poco más allá de lo que ya sabemos de sobra
Pandemia viral, miedo y poder
«Ver lo que se tiene delante exige una lucha constante»
George Orwell
En REDES nos hemos conjurado para no dejar de ver lo que tenemos delante. Pese a la inmediatez de la pandemia que sufrimos, pese al miedo que apabulla, abruma y paraliza, queremos hablar y reflexionar. Tiempo habrá para análisis más profundos. Seguir leyendo Pandemia viral, miedo y poder
De pandemias, guerras y revoluciones
Hoy, cuando apenas llevamos dos semanas del estado de alarma decretado por el Estado español, parece casi imposible hablar de otra cosa que no sea la invasión vírica. No hablaré más del origen de la epidemia o pandemia, ya que la información sigue sin ser clara al respecto, lo cual tal vez sea significativo. No es, tal vez, el momento idóneo para señalar que nuestra hoy depauperada sanidad pública, con seguridad, hace 15 o 20 años hubiera podido afrontar el problema de una forma más satisfactoria. Dejaré caer que, como síntoma inequívoco de la mezquindad y miserias de nuestro régimen político y económico, tal vez esta crisis sirva para en un futuro buscar salidas al horror neoliberal que padecemos. La sanidad no solo debe ser pública y universal, también gestionada por los propios trabajadores y profesionales, algo que se ha demostrado humano y eficaz, no por tecnócratas que priman el beneficio crematístico de inversores y promotores. No, no es ahora seguramente el momento más adecuado para insistir en esto, sino para arrimar el hombro para luchar contra el enémigo (casi) invisible.
Por supuesto, no se me ocurre mejor manera de hacerlo que ponernos al servicio integral y solidario de las personas más vulnerables, así como de los profesionales sanitarios, cuya protección es esencial para garantizar el triunfo final. Uf, lamento haber entrado, como tantos otros, en la terminología bélica. No obstante, pensándolo mejor, y recuperando un viejo dilema de antiguas luchas, la guerra resulta indisociable de la revolución. Suena añejo, pero uno sigue creyendo fervorosamente, de un modo u otro, en la transformación social. Esta crisis, como cualquier otra, exacerba actitudes humanas solo apenas vislumbradas en tiempos más plácidos. Así, ha habido quien simplemente ignora el problema, solo alarmado cuando parece cerca de su puerta, al igual que tantas veces ignoramos graves enfermedades y problemas que afectan a países lejanos. Otros, como si la civilización se acabara en breve, llevan ya tiempo desabasteciendo los habitualmente repletos supermercados del llamado mundo desarrollado. En todos estos comportamientos insolidarios, se ha insistido mucho, más que en otros, como si huyéramos de nuestro propio reflejo en el espejo señalando la mala actitud ajena.
Sin embargo, muchos otros, de forma encomiable y, atención, al margen de las autoridades, actúan de manera responsable y solidaria, prestándose a favor de los más vulnerables. Ese es el mundo en el que quiero vivir, que a pesar de lo que nos insistan los agoreros de la perversa condición humana está en este. Esa actitud local, algo impensable en un sistema globalizado guiado por la competencia y el beneficio, hay que extendera, y exigirla en estos momentos, a un nivel nacional e internacional. Ante las continúas llamadas de socorro, que escuchamos y leemos una y otra vez, por la escasez de material necesario para proteger a enfermos, sanitarios y trabajadores en general, toda la maquinaria productiva debe ponerse en marcha. ¿Cómo es posible que no se haga? Solo el edificio donde trabajo, ya que a día de hoy sigo yendo a trabajar con las debidas precauciones, hay trabajadoras de la limpieza sin una simple mascarilla. ¿Nadie piensa, como sujetos de riestos, en estos trabajadores que velan también por nuestra salud?. Estas mascarillas, las de verdad, no un mero trozo de tela, además, fabricadas como dicen fundamentalmente en Europa. ¿Cómo es que tienen que elegir los sanitarios con lagrimas en los ojos, ante la falta de material, poner respiradores a uno u otro enfermo? Esperemos que, si algo útil puede tener esta pandemia sanitaria, junto a la crisis económica de rigor que ya estamos vislumbrando, y que habitualmente fortalece a los más poderosos, sea para señalar el camino de un mundo más justo y solidario.
La crisis del coronavirus y la amenaza del ecofascismo
Desde que se detectó en China hace meses el CoVid-19 (coronavirus) sabemos que éste es muy contagioso, que no alberga demasiado riesgo para la mayoría de la gente (el 80% de las contagiadas cursan síntomas leves) pero cuenta con una tasa de mortalidad considerable para gente vulnerable (personas de más de 60 años y/o con patologías previas). Asimismo, un porcentaje suficientemente alto de gente contagiada necesita cuidados intensivos como para saturar el sistema de salud estatal si se extiende de manera amplia. Seguir leyendo La crisis del coronavirus y la amenaza del ecofascismo
El COVID-19, ¿un COVID-20 (acratovirus)?
Según las últimas noticias, son ya varios los epidemiólogos e infectólogos (entre ellos, algunos de los más reputados mundialmente) que, ante la espectacular y por el momento imparable hecatombe de políticos contagiados por el coranovirus, han comenzado a preguntarse angustiados sobre la posibilidad de que el COVID-19 (su verdadero nombre según la Organización Seguir leyendo El COVID-19, ¿un COVID-20 (acratovirus)?
Confinados y controlados
Cuando escribo esto, hace una semana desde que el gobierno de España decretara el llamado estado de alarma. Desde entonces, los acontecimientos se han precipitado y han logrado que, una gran mayoría al menos, estemos quietitos en casa. Como creo haber dicho en otras ocasiones, no soy un gran amante de las teorías de la conspiración, tal vez porque la realidad sencillamente observable me parece mucho más terrible. Sin embargo, es paradójico que en un mundo sobreinformado no sepamos mucho sobre lo que han calificado como una terrible pandemia. Un virus de origen ignoto está causando estragos, saturando una sanidad pública cada vez más depauperada, causando víctimas entre los más debiles y ocasionando una nueva crisis económica, que por supuesto pagarán los más humildes. Las medidas gubernamentales han convertido España, algo inédito desde el fin de la dictadura franquista, en un Estado totalitario. Para ello, lo más terrible, peor quzá que la fuerza explícita, han inoculado el miedo en la población, y como es sabido no hay virus más efectivo para tener a la gente controlada. Seguir leyendo Confinados y controlados