Que la memoria sea «cívica» o una «cultura», el problema es la irreductible incompatibilidad entre las «políticas de memoria» y el «derecho a las memorias»
El Anteproyecto de ley de «memoria democrática», presentado por el Gobierno de «coalición progresista» para «reparar y reconocer la dignidad de las víctimas», ha abierto un interesante debate sobre el objetivo de las «políticas públicas de memoria democrática» en el contexto político español actual.
Que nadie me pregunté por qué estaba ahí, pero en mi casa, recientemente, ha aparecido un librito denominado ¿Qué era la derecha?¿Qué es? Ahora hablo del autor, pero para que el pobre sufridor que lea esta líneas se haga una idea, se trataba de una colección donde los mismos interrogantes se aplicaban a diversos conceptos: ayuntamientos, capitalismo, nacionalismo, socialismo… Lo digo todo, si aclaro que dicha serie de cuentos, editados en los años 90, estaba dirigida por Rosa Regás y que el dedicado al ambiguo concepto político de izquierda estaba suscrito nada menos que por Felipe González. Para echarnos unas risas. El caso es que el ejemplar que ocupa estas líneas, dedicado a la derecha, fue escrito nada menos que por Aleix Vidal-Quadras. No, para los que conozcan este fulano, a día de hoy, no es un lapsus al escribir su nombre de pila. El hoy conocido como Alejo, al parecer, firmaba antaño con la forma catalana de su nombre. Tal vez, la explicación para semejantes variantes en la gracia personal estriba en las volubles y enajenantes identidades colectivas (y en sus obsesiones con la lengua). El caso es que no pude evitar echar un vistazo a lo que este tipo pudiera decir sobre la identidad de la derecha.
Dicen que lo que ocurrió, hace unos días, en el Capitolio de Estados Unidos fue un intento de golpe de Estado. No hace falta aclarar, para toda mente bien oxigenada, que ni por asomo. Cuando eso se produzca de verdad, intervendrá a la fuerza el Ejércitoy, seguro, esa cosa que da tanto miedo en USA que llaman la Guardia Nacional. En España sí que sabemos mucho de pronunciamientos militares y golpes de Estado exitosos. Aunque de momento todo está «atado y bien atado» en la llamada Monarquía constitucional, tal y como padecemos últimamente, con el auge de grupos específicos de ultraderecha, con militares diciendo lo que piensan de toda la vida y con crisis de todo tipo, la situación se las trae. No es nada nuevo en este país, desde esa farsa que llamaron Transición, pero sencillamente la mierda está saliendo abiertamente a flote. Todo este ruido de sables, comenzó mediáticamente con la publicación de un chat, en el que un general de división aseguró querer fusilar (de nuevo) a millones de españoles, así como el posterior envío de cartas al rey pidiendo un nuevo pronunciamiento para poner en orden el país.
Creo que hace año y pico, en este inefable país, se estrenó la última (y más bien mediocre) película dirigida por el prestigioso Alejandro Amenábar, llamada Mientras dure la guerra. Como es sabido, el film se centraba en el momento del golpe de Estado perpretado por el genocida general Franco y sus secuaces, teniendo como localización la ciudad de Salamanca y como protagonista a Miguel de Unamuno. El colofón era los (¿conocidos?) hechos del Paraninfo de la Universidad de Salamanca donde el intelectual se enfrentó dialécticamente a los sediciosos fascistas con la consecuente ira del ridículo matarife Millán Astray. El film, cómo no, al margen de su calidad, que ya digo que me resultaba bastante discreta, a pesar de su impecable factura, molestó a gran parte del facherío patrio, lo cual es de agradecer. Sin embargo, resulta curioso, meses después de su estreno, pude escuchar a cierto bodoque ultrarreaccionario, en un irrisorio medio televisivo de extrema necedad ideológica, asegurar que a la película de Amenábar no se le había reconocido demasiado «por no ser lo suficientemente antifranquista». Me gustaría, o no, saber lo que pasa por la cabeza de estos tipos ultraderechistas para mantener su repulsivo relato sobre los hechos recientes de este indescriptible país.
Hoy*, hemos amanecido con la noticia de la exculpación del inefable esperpento fascista que es Javier Ortega Smith. Este sujeto, objeto de la denuncia que finalmente el Tribunal Supremo ha decidido que no es delito, afirmó que las llamadas Treces Rosas «torturaban, asesinaban y violaban vilmente» (sic). Este estulto ultrarreaccionario «argumentaba» con ello, en oposición a la Ley de Memoria Histórica, que en la Guerra Civil Española ambos bandos cometieron crimenes, que las heridas no hay que reabrirlas, que quieren dividir a los españoles y bla, bla, bla. Nada nuevo, ya que toda esta retahíla de insultantes lugares comunes nos la vienen repitiendo desde la Transición para justificar el actual régimen de Monarquía constitucional y la continuidad económica que supuso aquel proceso. Sí, Vox son los más explícitos herederos de la dictadura, pero todo ese fraude que constituyó la llamada Transición democrática se edificó en torno a una supuesta reconciliación entre todos los españoles, vencedores y vencidos, para maquillar a nivel político lo que no era más que una continuación moral y económica del régimen anterior. El argumento de que «los rojos mataron muchísimo» no es nada nuevo, lo que ocurre es que Ortega Smith es tan inicuo como estólido.
Recuerdo una parodia de Joaquín Reyes, en la sección Celebrities de aquel gran programa de humor Muchachada Nui, dedicada al indescriptible juntador de palabras Arturo Pérez Reverte, donde de manera efectiva, más sutil de lo que puede parecer, ponía en su sitio al egocéntrico fulano. Disfrutadla, seguro que puede encontrarse fácilmente en Youtube o en la web de RTVE. Sin Sigue leyendo →
Recientemente, se ha aprobado por el gobierno español el anteproyecto de la llamada Ley de Memoria Democrática y pronto, al parecer, pasará al Congreso para debatirla y, supuestamente, aprobarla. A pesar de la inicua derecha (y ultraderecha, que viene a ser algo muy parecido) que padecemos en este inefable país, y de cierta parte de la población bastante botarate, quiero pensar que una mayoría ciudadana considera razonable una ley que, por fin, impartiera justicia histórica. La ley anterior de 2007, en tiempos de Zapatero, era más que Sigue leyendo →
Hoy, ha sido interrogado Rodolfo Martín Villa acerca de su papel como Ministro, equivalente a lo que hoy se conoce como Interior entre otras responsabilidades, durante la llamada Transición a la democracia. Por iniciativa de una juez argentina, la única que ha investigado los crímenes del franquismo, se le responsabiliza de varios homicidios y se le acusa de delitos de lesa humanidad. Sigue leyendo →
Esta semana, el medidor de vergüenza ajena en España ha subido considerablemente con la publicación de un manifiesto por parte de viejas glorias políticas en defensa del llamado rey emérito. El grupito de firmantes, con Alfonso Guerra a la cabeza, lo forma toda suerte, a diestra y siniestra, de exministros, expresidentes regionales, exdiplomáticos y otras gentes de mal vivir. Aseguran Sigue leyendo →
Recientemente, un amigo mío paseaba con su anciano padre por el céntrico barrio de este último en Madrid. Un hombre de cierta edad, al verles, sonrió abiertamente y se acercó a ellos, quería saludar al hombre que en cierta ocasión le ayudó en su actividad antifranquista. Hay que aclarar que el progenitor de mi amigo trabajó como sereno durante los últimos años de la dictadura. Para Sigue leyendo →
Un espacio en la red para el anarquismo (o, mejor dicho, para los anarquismos), con especial atención para el escepticismo, la crítica, el librepensamiento y la filosofía en general