Hoy, hace justo cuatro décadas del intento de golpe de Estado en este indescriptible país. Desde temprana edad, nos adoctrinaron para la construcción de un relato, el de la llamada Transición, según el cual el gran héroe de evitar la involución fue el hoy delincuente huido Juan Carlos de Borbón. Ya entrados los 90, cuando los inefables documentales perpetrados por Victoria Prego, adecuadamente extendidos a nivel mediático, uno empezó a entrar en razón. El fallido intento golpista de febrero de 1981 vendría a ser la continuidad en la novela rosa que nos han vendido sobre la llegada de la democracia, que tendría su colofón con la victoria del Psoe en 1982. Un partido supuestamente progresista, que apaciguaría a las masas ante el cúmulo de medidas catastróficamente ‘modernizadoras» que se avecinaban. Desde aquello de Tejero, el 23-F es casi un día litúrgico en este bendito país (y el símil religioso no es gratuito), una consolidación reiterada año tras año de una institución anacrónica como es la monarquía. En los años posteriores a la muerte del genocida dictador, la monarquía no gozaba de una gran popularidad, pero desde el momento en que el campechano (supuestamente) decidió no secundar a los militares golpistas, el destino de este inenarrable país quedó unido a su figura.
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Políticas de memoria y derecho a las memorias
Que la memoria sea «cívica» o una «cultura», el problema es la irreductible incompatibilidad entre las «políticas de memoria» y el «derecho a las memorias»
El Anteproyecto de ley de «memoria democrática», presentado por el Gobierno de «coalición progresista» para «reparar y reconocer la dignidad de las víctimas», ha abierto un interesante debate sobre el objetivo de las «políticas públicas de memoria democrática» en el contexto político español actual.
Seguir leyendo Políticas de memoria y derecho a las memorias¿Qué diablos es la derecha?
Que nadie me pregunté por qué estaba ahí, pero en mi casa, recientemente, ha aparecido un librito denominado ¿Qué era la derecha? ¿Qué es? Ahora hablo del autor, pero para que el pobre sufridor que lea esta líneas se haga una idea, se trataba de una colección donde los mismos interrogantes se aplicaban a diversos conceptos: ayuntamientos, capitalismo, nacionalismo, socialismo… Lo digo todo, si aclaro que dicha serie de cuentos, editados en los años 90, estaba dirigida por Rosa Regás y que el dedicado al ambiguo concepto político de izquierda estaba suscrito nada menos que por Felipe González. Para echarnos unas risas. El caso es que el ejemplar que ocupa estas líneas, dedicado a la derecha, fue escrito nada menos que por Aleix Vidal-Quadras. No, para los que conozcan este fulano, a día de hoy, no es un lapsus al escribir su nombre de pila. El hoy conocido como Alejo, al parecer, firmaba antaño con la forma catalana de su nombre. Tal vez, la explicación para semejantes variantes en la gracia personal estriba en las volubles y enajenantes identidades colectivas (y en sus obsesiones con la lengua). El caso es que no pude evitar echar un vistazo a lo que este tipo pudiera decir sobre la identidad de la derecha.
Seguir leyendo ¿Qué diablos es la derecha?Golpes de Estado
Dicen que lo que ocurrió, hace unos días, en el Capitolio de Estados Unidos fue un intento de golpe de Estado. No hace falta aclarar, para toda mente bien oxigenada, que ni por asomo. Cuando eso se produzca de verdad, intervendrá a la fuerza el Ejército y, seguro, esa cosa que da tanto miedo en USA que llaman la Guardia Nacional. En España sí que sabemos mucho de pronunciamientos militares y golpes de Estado exitosos. Aunque de momento todo está «atado y bien atado» en la llamada Monarquía constitucional, tal y como padecemos últimamente, con el auge de grupos específicos de ultraderecha, con militares diciendo lo que piensan de toda la vida y con crisis de todo tipo, la situación se las trae. No es nada nuevo en este país, desde esa farsa que llamaron Transición, pero sencillamente la mierda está saliendo abiertamente a flote. Todo este ruido de sables, comenzó mediáticamente con la publicación de un chat, en el que un general de división aseguró querer fusilar (de nuevo) a millones de españoles, así como el posterior envío de cartas al rey pidiendo un nuevo pronunciamiento para poner en orden el país.
Seguir leyendo Golpes de EstadoLos intelectuales y el fascismo
Creo que hace año y pico, en este inefable país, se estrenó la última (y más bien mediocre) película dirigida por el prestigioso Alejandro Amenábar, llamada Mientras dure la guerra. Como es sabido, el film se centraba en el momento del golpe de Estado perpretado por el genocida general Franco y sus secuaces, teniendo como localización la ciudad de Salamanca y como protagonista a Miguel de Unamuno. El colofón era los (¿conocidos?) hechos del Paraninfo de la Universidad de Salamanca donde el intelectual se enfrentó dialécticamente a los sediciosos fascistas con la consecuente ira del ridículo matarife Millán Astray. El film, cómo no, al margen de su calidad, que ya digo que me resultaba bastante discreta, a pesar de su impecable factura, molestó a gran parte del facherío patrio, lo cual es de agradecer. Sin embargo, resulta curioso, meses después de su estreno, pude escuchar a cierto bodoque ultrarreaccionario, en un irrisorio medio televisivo de extrema necedad ideológica, asegurar que a la película de Amenábar no se le había reconocido demasiado «por no ser lo suficientemente antifranquista». Me gustaría, o no, saber lo que pasa por la cabeza de estos tipos ultraderechistas para mantener su repulsivo relato sobre los hechos recientes de este indescriptible país.
Seguir leyendo Los intelectuales y el fascismoFascistas grotescos
Hoy*, hemos amanecido con la noticia de la exculpación del inefable esperpento fascista que es Javier Ortega Smith. Este sujeto, objeto de la denuncia que finalmente el Tribunal Supremo ha decidido que no es delito, afirmó que las llamadas Treces Rosas «torturaban, asesinaban y violaban vilmente» (sic). Este estulto ultrarreaccionario «argumentaba» con ello, en oposición a la Ley de Memoria Histórica, que en la Guerra Civil Española ambos bandos cometieron crimenes, que las heridas no hay que reabrirlas, que quieren dividir a los españoles y bla, bla, bla. Nada nuevo, ya que toda esta retahíla de insultantes lugares comunes nos la vienen repitiendo desde la Transición para justificar el actual régimen de Monarquía constitucional y la continuidad económica que supuso aquel proceso. Sí, Vox son los más explícitos herederos de la dictadura, pero todo ese fraude que constituyó la llamada Transición democrática se edificó en torno a una supuesta reconciliación entre todos los españoles, vencedores y vencidos, para maquillar a nivel político lo que no era más que una continuación moral y económica del régimen anterior. El argumento de que «los rojos mataron muchísimo» no es nada nuevo, lo que ocurre es que Ortega Smith es tan inicuo como estólido.
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