Al contrario que en antropología, donde es evidente la presencia del pensamiento libertario (Barclay, 1992; Morris, 2005; Roca Martínez, 2008a, 2008b), ni en psicología (Ovejero, 2016) ni en psicología social se ve tal presencia. En psicología social no tenemos un Piotr Kropotkin ni un Marcel Mauss, ni figuras señeras como Pierre Clastres, James Scott, David Graeber, Brian Morris o John Zerzan. Pero lo que sí hay son numerosas investigaciones psicosociales de gran utilidad para la reflexión libertaria. El propio término de psicología social entronca directamente con la tradición del pensamiento libertario, pues fue el anarquista francés Pierre‐Joseph Proudhon uno de los primeros en utilizarlo en un artículo de 1848 titulado «La Réaction». Por otra parte, el también francés Augustin Frederic Hamon, psicólogo social y anarquista, puede ser considerado uno de los iniciadores de la psicología social (Salgado, 2016), a la vez que precursor de la psicología social crítica (Lubek y Apfelbaum, 1989). Hamon pretendía explicar los fenómenos sociales teniendo en cuenta la relación entre sociedad, colectividad e individuo, tratando de desenmascarar las relaciones de poder, haciendo visibles y explicables las estructuras de autoridad, dominación y jerarquía (Salgado, 2016).
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¿Recuperar la ciudad? Reflexiones en torno a un debate sobre desurbanización y posmetrópolis
El pensamiento libertario ha sido proclive a las visiones futuristas, ya que considera la utopía —el «ideal»— no como algo irrealizable, sino como algo todavía no realizado. Kropotkin imaginó la sociedad liberada como el fruto de una especie de fusión de las antiguas comunas con el conocimiento científico y el trabajo. De acuerdo con su perspectiva, por la misma lógica del progreso humano, la sociedad de clases desembocaría sin mucho esfuerzo en el auto-gobierno y el comunismo anárquico. Los hechos contradijeron el optimismo del príncipe, pero la fórmula espacial de la anarquía propuesta por él encontró en la ciudad histórica —en su alto grado de suficiencia, integración con el entorno e independencia— los elementos necesarios para constituirse.
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Caminando por la Gran Vía madrileña, en una capital del Reino de España colonizada en algunas zonas por la población inmigrante china, me topo con un solitario tipo con un pancarta de protesta. En la misma, se alude a la persecución de algo llamado Falun Gong en el régimen chino y como mi ignorancia no tiene límites, le interrogo al respecto. Al parecer, se trata de una enseñanza espiritual, que creo que algo tiene que ver con el budismo, y por algún motivo el régimen chino lleva más de un cuarto de siglo reprimiendo, incluso de manera brutal, a sus practicantes. Me pregunto si existe alguna creencia o ideología ajena al todopoderoso Estado que no esté reprimida en China y también el hecho de que esta en particular lo sea de manera tan despiadada. Si alguien se pregunta sobre por qué, al margen de algunas organizaciones de defensa de los derechos humanos, no se levanta con fuerza la voz denunciando la represión en el régimen totalitario chino, la respuesta puede ser evidente. Hablamos del primer exportador mundial y no sé si la segunda potencia económica, ya que creo que se encuentra muy cerca de los Estados Unidos. Los acuerdos comerciales de China con las grandes potencias «democráticas», al margen de derechos fundamentales de los trabajadores, creo que son un hecho, lo cual hace que vuelva la vista ante ciertas cosas, al igual que ocurre con tantos regímenes despóticos en el mundo. No puedo evitar acordarme de la frase que pronuncio el maléfico empresario Juan Roig: «Tenemos que imitar la cultura del esfuerzo con la que trabajan los chinos en España».
Seguir leyendo Hablemos de ChinaEl mito de Superman en la cultura popular (con algunas reflexiones políticas y filosóficas)
Umberto Eco, en su obra Apocalípticos e integrados (publicada por primera vez en los años 60 del siglo XX), dedicada a los mitos modernos, considera que una imagen simbólica de gran interés la constituía el personaje de Superman, originado en los cómics y luego trasladado una y otra vez a medios audiovisuales. De hecho, cuando escribo estas líneas se encuentra a punto de estreno en el verano de 2025 un nuevo film protagonizado por el superhéroe ante el entusiasmo, a pesar de que sus sucesivas encarnaciones poco nuevo puedan aportar para el que suscribe, de niños y, lo que resulta llamativo, de no tan niños. Por supuesto, la existencia de héroes con poderes sobrenaturales, en las diferentes culturas humanas, no es en absoluto creación de las sociedades contemporáneas y, de hecho, alguien definió a los superhéroes como modernas mitologías. Pero, centrémonos en dicho superhombre arquetípico de la cultura popular contemporánea, mito que Eco situaba en una sociedad industrial en la que el ciudadano medio era un simple número, humillado ante la fuerza de la megamáquina, por lo que el héroe de ficción debía encarnar las exigencias de potencia que el hombre vulgar no puede satisfacer.
La siguiente fase del genocidio palestino: la construcción de guetos
Primero, bombardeó Gaza hasta no dejar una piedra sobre otra. Después, bloqueó el acceso de alimentos y medicamentos a la Franja, provocando que millones de personas entraran en fase de hambruna o catástrofe humanitaria. Cientos de niños murieron de inanición durante los meses de marzo a mayo de 2025. Luego, autorizó el reparto de algo de ayuda humanitaria a través de una ONG chusca que sirve sus intereses, mientras el ejército israelí dispara a civiles desarmados que se encuentran en las colas del hambre (alrededor de 700 gazatíes han muerto por estos ataques y 4.000 han resultado heridas). Y ahora, Benjamin Netanyahu propone construir un campamento sobre las ruinas de Rafah en el que albergar 600.000 personas.
Seguir leyendo La siguiente fase del genocidio palestino: la construcción de guetosPedagogía hacker, pedagogía de la autogestión. ¿Qué es la pedagogía hacker?
Es más fácil decir lo que no es. La pedagogía hacker no es un manual sobre el uso «correcto» de la tecnología. No es un método para aprender a convertirse en un hacker. Ni siquiera es un manifiesto programático. Llevamos casi diez años utilizando esta expresión para describir lo que hacemos de una manera evocadora. El libro Pedagogía hacker se presenta como una colección, un relato, una selección de nuestras motivaciones y actividades para repensar nuestra relación con las tecnologías, en particular las digitales. Las motivaciones son propuestas sencillas para todas las personas que quieran experimentar diferentes relaciones con las tecnologías, mientras que las actividades se han desarrollado especialmente para aquellos que tienen responsabilidades hacia los demás y los grupos: educadores, profesores, padres, formadores, organizadores. El objetivo siempre es intentar aumentar el grado de autogestión, individual y colectiva, jugando con algunas máquinas y sistemas que sentimos similares. Para practicar la autogestión se necesita poder: el poder de hacer, el poder de entender, el poder de cambiar las propias relaciones, el poder de abandonar los sistemas tóxicos, empezando por el GAFAM (acrónimo de Google, Apple, Facebook, Amazon, Microsoft).
Seguir leyendo Pedagogía hacker, pedagogía de la autogestión. ¿Qué es la pedagogía hacker?El anarcosindicalismo frente a los malos tiempos
Ha llegado pues el momento de concretar y definir el sindicalismo
de nuestro tiempo situándolo en la posición exacta que le
corresponde frente a su adversario el capitalismo.”
Pierre Besnard, Los sindicatos obreros y la revolución social, 1930.
Cuando finalizó la Segunda Guerra Mundial, el anarcosindicalismo era poco menos que una reliquia histórica, testimonio de los mejores días de un proletariado orgulloso y ajeno a la normativa de la sociedad capitalista. Su reaparición en el Estado español durante los pasados años setenta fue consecuencia del desarrollo durante el tardofranquismo de un movimiento obrero autónomo, que se organizaba en asambleas, nombraba delegados con mandato imperativo y empleaba piquetes para informar y defenderse. Ignorando toda la legislación antilaboral de la dictadura, ejercía sus derechos mediante la acción directa, la ocupación de fábricas, los piquetes de extensión y la huelga salvaje. A pesar de todo, la contraofensiva conjunta del Estado, los partidos políticos y el empresariado, mediante elecciones sindicales, logró imponer un nuevo sindicalismo de concertación vertical que heredó tanto las estructuras laboralistas del franquismo, como su función neutralizadora e inmovilista. Precisamente, con el fin de evitar que las centrales burocráticas legalizadas, apoyadas por la patronal y los partidos, acapararan y usurparan la representación de la clase obrera, la mayoría del movimiento asambleario se organizó en sindicatos independientes, parte de los cuales adoptaron las tácticas y los fines de la ideología anarcosindicalista. Las causas del fracaso de esta jugada estratégica habría que buscarlas en el trabajo de zapa de las susodichas centrales, en la reconstrucción fallida de la CNT y, sobre todo, en el propio proletariado.
Seguir leyendo El anarcosindicalismo frente a los malos tiemposCosta-Gavras, la mirada crítica irreductible
Konstantino Costa-Gavras, nacido en Atenas en 1933, es a sus más de 90 años todavía un referente activo del cine político en un ámbito el del noveno arte donde, desgraciadamente, no prolifera la profundidad filosófica y moral. Un ejemplo de ello es su más reciente película, la notable El último suspiro (Le dernier souffle, 2024), todavía en la cartelera española cuando escribo estas líneas, por lo que merece la pena hacer un repaso a su filmografía, al menos de la más abiertamente política, y dar a conocer su valiosa obra al público más joven. El debut de Costa como realizador de largometrajes se produjo con el policíaco Los raíles del crimen (Compartiment tueurs, 1965), que él mismo adaptó de la novela de Sébastien Japrisot, que le había fascinado; se trata de un perfecto ejemplo del llamado género polar (policíaco francés), historia en la que nada es lo que parece, y donde ya se vislumbra algún asomo de denuncia política.
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No pocas personas, cuando se mencionan los más de 50.000 palestinos asesinados desde octubre de 2023 por el Estado de Israel, tuercen el morro y argumentan que el conflicto es «complejo». Veamos si somos capaces de exhibir datos objetivos, al menos con toda la objetividad (y honestidad) de la que somos capaces. En primer lugar, lo que llamamos sionismo puede definirse como un movimiento nacionalista, que aspiraba a la creación de un Estado judío en lo que supuestamente era la Tierra Prometida para este pueblo, localizada en la Palestina histórica. La primera emigración masiva judía tuvo lugar en los años 30 del siglo XX, como consecuencia de la persecución nazi, y desde entonces la comunidad hebrea no paró de crecer con las tensiones y enfrentamientos con la población palestina que ya estaba allí. En 1947, una Resolución de Naciones Unidos establece dos Estados, uno árabe y otro judío, adjudicando a este último el 54% del territorio. En 1948, Israel gana una guerra, que se ha definido como «de independencia», adjudicándose el 77% de la región y dando lugar a la Nakba (desastre o catástrofe) produciendo una expulsión masiva de la población árabe (los datos varían, pero se habla de al menos 700.000 personas), convirtiéndose en refugiados en países vecinos o en desplazados a Gaza y Cisjordania. Más de siete décadas después, los refugiados superan los cinco millones y, aunque hay una Resolución de la ONU del mismo 1948 que reconoce el derecho de retorno e indemnización de los palestinos expulsados, es papel mojado que sigue sin cumplirse.
Seguir leyendo Los conflictos son complejos, sí, mientras las personas sufren y mueren“Esto era algo inimaginable”: La expresión de los expertos para hablar del apagón
El apagón de ayer nos tomó por sorpresa. Pero la sorpresa solo es posible si sistemáticamente se niega y se distorsiona cualquier información en cuanto a la situación de crisis en que nos encontramos. Mejor pensar que nada sucede mientras avanza la degradación del medio ambiente, la emergencia climática, la crisis de combustibles fósiles y la entelequia de las renovables. No es viable continuar a este ritmo desenfrenado al que nos ha abocado el capitalismo. A las personas expertas que dedican todo su tiempo a explicar, alertar e informar científicamente de la situación existente, pocas personas las escuchan. O cambiamos o sucumbimos.
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