Al parecer, en alguna ocasión se ha acusado a los bodoques ultrarreaccionarios de Vox de nihilistas. Soy consciente de que no son los mejores tiempos para el conocimiento político y filosófico, pero la confusión llega a extremos irritantemente surrealistas. Presuponiendo que son honestos, que es mucho presuponer, los integrantes de la ultraderecha suelen ser, precisamente, todo lo contrario, fervorosos creyentes deseosos de imponer sus dogmas a los demás. Me recuerda un genial diálogo de una de las mejores comedia de los Coen, El gran Lebowski; ante la aparición de un grupo terrorista, compuesto por patanes que aseguran ser nihilistas, otro peculiar personaje espeta: «¿Nihilistas? ¡Hasta los nazis creían en algo!». Es posible que el genial chiste aluda indirectamente a Nietzsche, filósofo con el que se puede estar o no de acuerdo, pero cuyo pensamiento resulta imposible vincular a ninguna forma de fascismo, en mi nada modesta opinión. En cualquier caso, no es mi intención ponerme estupendo a nivel intelectual, o tal vez sí, pero viene al caso lanzar unas cuantas reflexiones para tratar de hacer justicia con esa concepción filosófica vital tan interesante llamada nihilismo. Cierto es que, a un nivel vulgar, el término de marras suele identificarse con la absoluta falta de un principio moral o político. Bueno, la cosa no es tan descabellada como parece en un primer vistazo, ya que la ausencia de dicho principio o fundamento puede ser la negación de cualquier esencia, en lo que atañe al ser humano y la realidad social y política que construye, y se abre la puerta por lo tanto a algo mejor.
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La guerra como desposesión
Oigo voces que dicen que lo que sucede en Gaza no es guerra porque no hay dos bandos enfrentados, como por ejemplo sucede en Ucrania. Sin embargo, esa afirmación nos conduciría a «sacar» de la IIª Guerra Mundial a pueblos o etnias que no formaban parte de un bando (supongo que ser bando significa tener Estado) como la población judía o gitana y que sufrieron la persecución y muerte en un genocidio tan rápido que no tiene comparación posible con ningún otro. Estas personas no decidieron ser bando, lo decidió el gobierno de Alemania, igual que el pueblo de Gaza es bando por decisión del gobierno de Israel.
Seguir leyendo La guerra como desposesiónHablemos de genocidios
Recientemente, dos organizaciones israelíes de defensa de los derechos humanos han concluido lo evidente: lo que está perpetrando el Estado de Israel sobre Gaza es, efectivamente, un genocidio. Al parecer son las primeros colectivos oficiales de Israel en manifestarlo alto y claro, pues bienvenido sea. El informe de uno de ellos, llamado B’Tselem, se basa en décadas de documentación sobre los crímenes de Israel y, por supuesto, clama por parar el genocidio sobre Gaza, pero también denuncia la situación de la Cisjordania ocupada con los intolerables traslados forzosos, una exigencia de que se acabe con la ocupación del territorio que legítimamente pertenece a los palestinos. Physicians for Human Righs es la otra organización israelí, cuyo informe documenta rigurosamente la sistemática destrucción del sistema de salud en Gaza por parte del Estado israelí. Resultan espeluznantes la conclusiones, ya que no hablamos únicamente de daños colaterales producto de una maldita guerra, sino de una calculada e intencionada política de destrucción de vidas palestinas en Gaza. Por supuesto, las conclusiones son claras: genocidio. El asunto es obvio, lo perpetrado por Israel desde el 7 de octubre de 2023 es claramente un genocidio, pero en el contexto de un sistema discriminatorio basado en décadas de deshumanización de la población palestina y en una impunidad permanente del Estado de Israel. No olvidemos esto, no son solo las acciones actuales encabezadas por el malnacido Netanyahu, ya que no entiendo muy bien cómo funciona a veces la mente humana al focalizar exclusivamente en un dirigente todos los males producidos por un determinado sistema (lo cual acaba apuntalando el estado de las cosas al desaparecer dicho individuo y ocupar su lugar alguien de apariencia más benévola).
Seguir leyendo Hablemos de genocidiosLegalizar la corrupción para salvar al Gobierno Que Sea
A ver, otra cosa: en España hay casos de corrupción. Los jueces investigan a la mujer del Presidente, al hermano del Presidente, a altos cargos del Gobierno… Centrándonos en los casos que afectan al PSOE, y que harán que pierda las elecciones: ¿Los dos primeros tuvieron enchufe? No me cabe la menor duda. El currículum musical de David Sánchez es extraordinario. El tío sabe de música. Tra la rá la rá larita. Pero el puesto no se lo dieron por ser un buen músico, me temo. Lo mismo que Begoña Sánchez (esposa del mandatario) impartió ese cursillo de «Transformación social competitiva» (capitalismo guay y chachi), pues por la red de contactos que manejaba1. O sea:
Seguir leyendo Legalizar la corrupción para salvar al Gobierno Que SeaHablemos de dictaduras
Pues sí, hay que hablar de dictaduras, ya que la confusión actual (no sé si decir, «posmoderna»), llega hasta límites que rayan la falta de oxigenación cerebral. Cómo es posible que el facherío, con total desvergüenza, tenga ahora púlpitos de notable asistencia (me temo que por un personal de naturaleza acrítica y poco o nada dotado intelectualmente) donde afirmen que lo del militar golpista genocida Franco no fue una dictadura. Donde aseguren que lo que hubo en realidad fue algo así como un «régimen de autoridad», pues lo dice entonces un ácrata de tendencia nihilista, verdadero amante de la libertad: ¡maldita sea la autoridad! Como parece que hemos vuelto a una edad preescolar, hagamos una rápida definición de un régimen dictatorial: ese donde el poder se concentra en un solo fulano o grupo reducido (es decir, una centralización exacerbada), donde las libertades elementales (expresión, asociación, política en general…) no existen y donde, consecuentemente, la disidencia está reprimida y no existe pluralidad. Habrá dictaduras más o menos crueles, aunque todas lo son ya solo por arrebatar a las personas su capacidad de elección en todos los niveles de la vida, y habrá idiotas que les gusten las dictaduras o las consideren necesarias, pero convendremos al menos en esa somera explicación. Aclararé, antes de continuar, dos cosas. Primero, que incluso al margen de mi lúcida condición libertaria, considero de forma evidente que de un régimen autoritario no puede derivar nada nuevo, como han insistido siempre las y los anarquistas y como creo que ha demostrado la historia: solo de la libertad puede surgir la libertad (creo que a buen entendedor debería bastar y para una concepción compleja de libertad, relacionada con lo social, ya empleamos otros espacios).
Seguir leyendo Hablemos de dictadurasHablemos de China
Caminando por la Gran Vía madrileña, en una capital del Reino de España colonizada en algunas zonas por la población inmigrante china, me topo con un solitario tipo con un pancarta de protesta. En la misma, se alude a la persecución de algo llamado Falun Gong en el régimen chino y como mi ignorancia no tiene límites, le interrogo al respecto. Al parecer, se trata de una enseñanza espiritual, que creo que algo tiene que ver con el budismo, y por algún motivo el régimen chino lleva más de un cuarto de siglo reprimiendo, incluso de manera brutal, a sus practicantes. Me pregunto si existe alguna creencia o ideología ajena al todopoderoso Estado que no esté reprimida en China y también el hecho de que esta en particular lo sea de manera tan despiadada. Si alguien se pregunta sobre por qué, al margen de algunas organizaciones de defensa de los derechos humanos, no se levanta con fuerza la voz denunciando la represión en el régimen totalitario chino, la respuesta puede ser evidente. Hablamos del primer exportador mundial y no sé si la segunda potencia económica, ya que creo que se encuentra muy cerca de los Estados Unidos. Los acuerdos comerciales de China con las grandes potencias «democráticas», al margen de derechos fundamentales de los trabajadores, creo que son un hecho, lo cual hace que vuelva la vista ante ciertas cosas, al igual que ocurre con tantos regímenes despóticos en el mundo. No puedo evitar acordarme de la frase que pronuncio el maléfico empresario Juan Roig: «Tenemos que imitar la cultura del esfuerzo con la que trabajan los chinos en España».
Seguir leyendo Hablemos de ChinaA vueltas sobre liberalismo y socialismo
Un lúcido anarquista, ahora mismo no recuerdo quién, dijo algo así como que el anarquismo era la síntesis de las dos grandes corrientes modernas de pensamiento político: socialismo y liberalismo. Estoy muy de acuerdo e, incluso, yo que tengo unos resabios nihilistas bastante agudizados, me esfuerzo en repetirlo asiduamente. A día de hoy, cuando ya llevamos dós décadas del siglo XXI, esta tensión entre esas dos teorías ideales de la sociedad humana se sigue produciendo. Un socialismo, casi Seguir leyendo A vueltas sobre liberalismo y socialismo
Cambio social y derechos legales
El auge de la extrema derecha y del totalitarismo están poniendo en peligro los derechos humanos, los derechos constitucionales y las legislaciones sobre derechos de las mujeres. Sin embargo, esta seria amenaza no es por donde encaminaremos este texto. Los derechos hace tiempo que hacen aguas por otros motivos que nada tienen que ver con las posiciones políticas de la extrema derecha, sino con su propia naturaleza.
Seguir leyendo Cambio social y derechos legalesOrgullo (crítico)
De higos a brevas, uno tiene la insana costumbre de departir, incluso de forma cordial, con el vulgo. Consecuentemente, uno tiene que escuchar un volumen nada desdeñable de estupideces. Todos esos comentarios acerca de si es o no necesaria la celebración del Orgullo, además de irritantes per se , esconden una actitud repugnantemente reaccionaria a poco que profundicemos. Y, ojo, lo digo yo que soy extremadamente crítico con la festividad del Orgullo, pero debido a lo que se ha convertido, más folclórica y acomodaticia, que reivindicativa. En cualquier caso, no hace falta aclararlo, bienvenido sea que las personas pueden expresarse libremente por su condición como les salga de sus órganos sexuales. Volvamos a los comentarios imbéciles de los reaccionarios. Hace no tantos años, el poder se dignó reconocer ciertos derechos a las personas gais, entre los que se encontraba el del matrimonio. Uno, feroz opositor a toda atadura como buen ácrata nihilista, se pregunta quién puede a estas alturas ejercer semejante derecho, pero ese es otro tema. Algo tan elemental como esto, que todos, no importan nuestros gustos ni ideas, tengamos los mismos derechos, suscitó la reacción inmediata de nuestros nada queridos reaccionarios. Los abiertamente fachas, por supuesto, pero también de aquellos que forman parte de la masa gris, que torcían levemente el gesto o soltaban algún irritante chascarrillo. Seguir leyendo Orgullo (crítico)
Reflexiones sobre las propuestas anarquistas (o libertarias o autogestionarias o como queramos llamarlas)
Lanzo algunas reflexiones sobre las propuestas anarquistas en el siglo XXI, tratando de huir de tópicos y distorsiones, y recordando la visión libertaria sobre una autogestión social en la que, como no podría ser de otra manera, la solidaridad es un valor innegociable. Nunca esta de más, visto lo visto, aclarar muchísimas cosas acerca del anarquismo, por supuesto sin que mis palabras se tomen de modo definitivo (simples reflexiones basadas en un conocimiento, por supuesto limitado, pero siempre realizadas ante un horizonte libertario). Hay que aceptar que, si somos estrictos con la etimología de la palabra anarquismo («ausencia de principio»), el tema parece invitar de entrada a la polémica. Como es lógico, el anarquismo no niega en ningún caso el poder, sino la concentración del mismo; ni siquiera puede decirse que se esté en contra del poder político, sino del Estado, es decir, de aquella concentración de poder que supone una división tajante entre el que manda y el que obedece. Lo mismo ocurre con la idea de autoridad, que no es negada por el anarquismo, ya que reconoce una autoridad natural basada en el saber y en la capacidad de los individuos.