La participación de las mujeres en la cultura impresa anarquista a escala internacional fue imprescindible para la extraordinaria difusión de la prensa y producción editorial del movimiento libertario, desde finales del siglo XIX hasta principios del XX. Fueron mujeres que desafiaron las normas de clase y de género, mujeres que crearon proyectos editoriales y colecciones, editaron periódicos y folletos, tradujeron textos políticos y literarios. “Su participación se rastrea en las primeras planas y en las portadas, pero también en los talleres y las imprentas, y en las calles, distribuyendo publicaciones o cobrando suscripciones”. Así recibe la exposición ‘Moldeadoras de la idea: mujeres en la cultura impresa anarquista’, que, en las propias palabras de sus curadoras, “recupera ese trabajo intelectual y manual muchas veces invisibilizado, para recordar y homenajear a todas aquellas que llevaron a letra de molde las ideas de la revolución, la emancipación, la fraternidad y la igualdad, y que imaginaron un mundo absolutamente diferente del que conocían”.
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Aquellas mujeres que revolucionaron la existencia
Miles de mujeres libertarias (28.000 en agosto de 1937) reinterpretaron su papel y pusieron en marcha una revolución de la vida, de la existencia. Una revolución entendida como mutación cultural que no pretende dar un vuelco a todo como sus compañeros. Además de que, no se consideran sujeto político, ficción dominante de la modernidad patriarcal y que supone una teoría de la soberanía, una representación del poder, un relato individualista acerca del sujeto y de su autonomía. Ellas encaran la revolución practicando la escucha de lo que sucede (no de lo que quisieran que sucediera) con enfoques prácticos y de eficacia que supone poner el cuerpo en las cosas para solucionar problemas. Sus objetivos parecen pequeños, humildes, rechazan (porque no están impregnadas) los eslóganes ideológicos y realizan un ejercicio de emancipación cognitiva, una contranarrativa que busca modificar la perspectiva de lo que está sucediendo, cambiando las preguntas para poder proponer nuevas respuestas. Inventan una nueva gramática, un nuevo lenguaje para entender la mutación social, la transformación de la sensibilidad y la conciencia que estaba teniendo lugar.
Su revolución no empezó asaltando palacios, ni el cielo, ni los cuarteles del enemigo, empezó en las guarderías, en los comedores colectivos, en las maternidades, entre las personas refugiadas, entre huérfanos y huérfanas, entre las criaturas, en los cafés de las colectividades rurales donde no podían entrar, entre las prostitutas, etc. Mostraron que una revolución no es únicamente una suplantación de modos de gobierno, sino, y, sobre todo, un colapso de los modos de representación, una sacudida del universo semiótico, una reordenación de cuerpos y voces, una redistribución de espacios y de gestos. No resulta fácil decir exactamente cómo comienza un proceso de emancipación colectivo. Pero ellas sintieron la vibración que produce en los cuerpos que son atravesados por dicho proceso. Expresaron con palabras la energía mágica de la resistencia y de la lucha[1].
Los cuidados. Un ejemplo: las guarderías en las ciudades
Los cuidados son todo lo necesario para que la vida funcione como ya hemos dicho; el capitalismo los obtiene gratis y los invisibiliza. Como sabemos, en la economía capitalista, la vida no es responsabilidad colectiva, sino que es responsabilidad individual de las mujeres (los hombres nunca han cuidado, al igual que las mujeres de clase alta), el sistema siempre necesita de esa cara B de la economía basada en el expolio de la vida, de la gente y del planeta[2].
En tiempos de guerra se incrementa el daño a la vida y repararlo queda, como siempre, en manos de las mujeres. Así fue en la Guerra Civil, especialmente en la retaguardia donde las mujeres organizaron de otra manera los «cuidados» que la Revolución mantuvo en sus manos, ocupándose de solucionar un sinfín de problemas cotidianos. La sociedad vivió un terremoto en la retaguardia, espacio que se feminizó.
Además, las mujeres quisieron vivir una vida plena en medio del desbarajuste de la guerra, de los bombardeos, de la proximidad del frente de batalla, de las personas heridas o muertas que había que cuidar o enterrar. En ese contexto, tomaron la palabra y la agencia, enunciaron y actuaron sobre sus problemas, sus deseos, sus tristezas, sus sueños y sus temores.
Los problemas para que las mujeres pudieran reunirse antes de la guerra eran numerosos al recaer sobre ellas el cuidado de la casa y de los hijos/as tras su jornada de trabajo. Mujeres anarquistas buscaron algunas soluciones antes de la guerra sin contar con los hombres, Sara Berenguer indicaba que, para asistir a las reuniones de los sindicatos (CNT), «de común acuerdo, una de ellas, por turno riguroso, guardaba los hijos de las demás para que las madres pudieran ausentarse»[3]. Soledad Estorach también habló de otra solución parecida que puso en marcha el Grupo Cultural Femenino de Barcelona y que llamó: «guarderías volantes». Ofrecían un servicio de guardería (miembros del grupo se desplazaban a los hogares de las mujeres para cuidar de sus criaturas) a las mujeres interesadas en hacer de delegadas sindicales en CNT. Cuando volvía a casa de la reunión, las mujeres que habían cuidado de sus criaturas les explicaban más cosas sobre la importancia de que las mujeres pudieran desarrollar actividad sindical[4]. Pocas veces se ha valorado esta dificultad añadida que las mujeres tenían para la militancia y el activismo sindical.
Ya durante la Guerra Civil, era habitual que en las páginas de Mujeres Libres aparecieran artículos y textos breves en que se afirmaba que todas las mujeres eran necesarias y que todos los trabajos eran igualmente importantes. Estas afirmaciones tenían su razón de ser, Mujeres Libres consideraba que las mujeres tenían que trabajar en la producción, y mucho, para ganar la guerra y asegurar las transformaciones revolucionarias. Para ello, era necesario que los Comités revolucionarios primero y posteriormente los gobiernos se involucraran y facilitaran esta incorporación al trabajo asumiendo el cuidado de las criaturas y otras personas dependientes. Aurea Cuadrado[5] propuso varias soluciones para resolver el problema de las criaturas: hacer turnos en las escuelas que coincidieran con los turnos de trabajo, creación de parques infantiles, guarderías para criaturas de 2 a 4 años y casas cuna para lactantes. Algo se hizo, pero no lo suficiente.
Las secciones de trabajo de MMLL estaban interesadas también en resolver el cuidado de las criaturas y por eso abogaron en su primer Congreso por la creación de guarderías en fábricas y talleres con dependencias para amamantarlas[6]. Igualmente se pusieron en marcha guarderías bajo protección de SIA (Solidaridad Internacional Antifascista)[7]. Estas guarderías especiales estaban destinadas a niñas y niños hasta los 15 años y también a los huérfanos/as de guerra.
¿Es más revolucionaria la toma del Palacio de Invierno en Rusia (1917), el asalto al cuartel de Atarazanas en Barcelona (1936) que solucionar el cuidado de las criaturas a través de guarderías autogestionadas por ellas mismas?
Estamos hablando de cambios culturales que no era fácil introducirlos, por ello, no sorprende que Hanneke Willemse[8] señalara que, ninguna mujer entrevistada (años después de la revolución), a excepción de una, se acordara de haber intervenido en nada que tuviese que ver con la organización de algo. Ellas le contaron que «en el lugar de los hombres no se sentían en su sitio»[9]. Esta afirmación identifica «organizar algo» con «el lugar de los hombres»; ellas organizaron muchas cosas en otros espacios que por su escaso valor patriarcal olvidaron o no lo consideraron importante.
La revolución puede ser una reordenación de cuerpos y voces, una redistribución de espacios y de gestos (por ej.: mujeres dando soluciones a los cuidados). Es clave capturar la singularidad de cada uno de los acontecimientos, pluralizar las perspectivas y construir un calidoscopio de verdades precarias capaces de mantenerse leales a la singularidad de las experiencias. Se trata de un descenso en lo ordinario que se aleja de las universalizaciones. Lo precario de sus verdades no lo consideramos como debilidad sino como potencia, en tanto que se resiste a la totalización y a la clausura del sentido[10].
¿Aquellas mujeres revolucionaron la existencia? Depende de nuestra manera de entender la revolución
Laura Vicente
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[1] Algunas reflexiones sobre la revolución proceden de Paul B. Preciado (2022): Dysphoria mundi. Barcelona, Anagrama
[2] Planteamientos de Amaia Pérez Orozco.
[3] Sara Berenguer (1988): Entre el sol y la tormenta. Treinta y dos meses de guerra (1936-1939). Barcelona, Seuba, p. 217.
[4] Martha A. Ackelsberg, (2000, 2ª ed.): Mujeres Libres. El anarquismo y la lucha por la emancipación de las mujeres. Barcelona, Virus, p. 160.
[5] Áurea Cuadrado, “Adaptación profesional de la mujer”, Mujeres Libres, nº 11 (sin referencia cronológica), noviembre de 1937.
[6] Martha A. Ackelsberg, Mujeres Libres. p. 193.
[7] Berenguer, Entre el sol y la tormenta, p. 154.
[8] Hanneke Willemse (2002): Pasado compartido. Memorias de anarcosindicalistas de Albalate de Cinca, 1928-1938. Zaragoza, Prensas Universitarias de Zaragoza.
[9] Willemse: Pasado compartido, p. 320.
[10] Catalina Trevisacce y Cecilia Varela, “Los feminismos entre la política de cifras y la experticia en violencia de género”, pp. 108-109 en Deborah Daich y Cecilia Varela (2020): Los feminismos en la encrucijada del punitivismo. Buenos Aires, Biblos.
Anarcofeminismo para el siglo XXI: genealogía
Hace más de dos años escribí un texto[1] que pretendía, con excesivo optimismo, mover las tranquilas aguas del espacio del feminismo anarquista. Deseé que aquella reflexión provocara ondas circulares que se propagaran en todas las direcciones como cuando se lanza una piedra al agua en una laguna. Nada de eso sucedió, la piedra produjo ondas microscópicas y se hundió sin más.
Seguir leyendo Anarcofeminismo para el siglo XXI: genealogíaPerplejidades institucionales y violencia de género
Tres ministerios (Igualdad, Justicia e Interior) andan confusos, perplejos, frustrados y asombrados ante el aumento de asesinatos de mujeres en el mes de diciembre de 2022 (trece mujeres asesinadas y un caso más que todavía se está investigando) y en el de enero de 2023 (a día 11 debemos contabilizar cuatro mujeres asesinadas). Y es que desde el Estado se confía en que, con recursos, leyes, ministras feministas en Igualdad y labor policial se puede atajar la violencia de género.
Seguir leyendo Perplejidades institucionales y violencia de géneroEMMA GOLDMAN. LA UNIÓN APASIONADA DE PENSAMIENTO Y VIDA Laura Vicente y Agustín Comotto
Este libro es una lectura apasionada de una de nuestras fuentes de inspiración: Emma Goldman. No es nuestra intención convertirla en un mito, sino recordarla, y pensarla en presente. Tras los ochenta y dos años transcurridos desde su muerte, nos gustaría hablar de ella desde su vida y desde su pensamiento. El reconocimiento de Emma Goldman se fundamentaba en su vida, en la heroica aventura de una mujer judía, inmigrante y anarquista que ajustó su vida a sus ideales. La mitificación de su vida redundó en subestimar su pensamiento y su contribución al anarquismo en el plano teórico.
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El grupo REDES de Cordialidad[1], cumple cuatro años de existencia este 2 de noviembre de 2022. Un año más celebramos nuestro aniversario, motivo de alegría por mantener funcionando el grupo virtual de debate y reflexión anarco feminista.
Hemos llevado a cabo trece debates sobre temas (y formatos) diversos. Este año 2022 hemos desarrollado tres debates: el undécimo debate lo centramos en un tema muy polémico dentro del feminismo: la prostitución /trabajo sexual. También en nuestro grupo ha sido el tema que ha provocado más diferencias. Utilizamos dos textos: el texto que escrito por la compañera Ana Carrera: «Ni putas ni sumisas. Mujeres Libres»; y el capítulo de conclusiones del libro de Juno Mac y Molly Smith, Putas insolentes. La lucha por los derechos de las trabajadoras sexuales.
Seguir leyendo Cuarto aniversario del grupo Redes (2 noviembre 2022)Anarquistas iraníes sobre las protestas en respuesta al asesinato policial de Mahsa Amini
La Federación Anarquista Rosa Negra habla con miembros de la Federación de la Era del Anarquismo, una organización con miembros tanto en Irán como en Afganistán, sobre el reciente levantamiento en Irán.
El 13 de septiembre de 2022, Mahsa Amini, de 22 años, fue arrestada por una Patrulla de Orientación iraní (también conocida como ‘policía de la moralidad’). Mahsa fue arrestada en Teherán por no cumplir con las leyes relacionadas con la vestimenta. Tres días después, el 16 de septiembre, la policía informó a la familia de Mahsa que había “sufrido insuficiencia cardíaca” y había estado en coma durante dos días antes de fallecer. Los relatos de testigos presenciales, incluido el de su propio hermano, dejan claro que fue brutalmente golpeada durante su detención. Los escaneos médicos filtrados indican que había experimentado una hemorragia cerebral y un accidente cerebrovascular, lesiones inducidas por traumatismos que finalmente la llevaron a la muerte. En los días transcurridos desde que se revelaron públicamente estos detalles, estallaron manifestaciones masivas en todo Irán denunciando el asesinato de Mahsa a manos de la policía.
Seguir leyendo Anarquistas iraníes sobre las protestas en respuesta al asesinato policial de Mahsa AminiConstruyamos el anarcofeminismo del siglo XXI
«Podría elegir no aplicar la palabra “anarquismo” a mis propias ideas, pero creo que usarla tiene un valor, el mismo valor y el mismo razonamiento que me han llevado a llamarme bruja todos estos años. Y es que cuando hay una palabra con una gran carga implícita, que suscita tanta energía, es señal de que transgredes un terreno que los árbitros del poder no quieren que pises, que empiezas a pensar lo impensable, a mirar tras la cortina […], reclamar la palabra “Anarquismo” sería como arrancarles el garrote que usan para golpearnos, con el mismo que no quieren que cuestionemos el poder en profundidad». |Starhawk
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EL «MANIFIESTO ANARCAFEMINISTA» DE CHIARA BOTTICI (Laura Vicente: mi lectura personal)
La lectura de este Manifiesto de Chiara Bottici [1], a finales de 2021, fue un golpe de aire fresco en el panorama del feminismo anarquista falto de ideas, ya no digamos de construcción de movimiento social, en este país. No minusvaloro, ni mucho menos, todos los esfuerzos que se hacen por construir una propuesta feminista desde el anarquismo, todo es útil y, mucho más, en estos tiempos. Sin embargo, tenemos que reconocer lo difícil y lento que es ponerlo en marcha: unas veces por falta de ideas, otras porque el activismo en otros campos deja poco tiempo a la creación de grupos anarco(a)feministas sólidos y con continuidad en el tiempo y, por último, muchas veces porque los enfrentamientos dominan el espacio feminista y anarquista y se pierde tiempo y energías en ellos.
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Seguir leyendo El drama de las mujeres ucranianas: violencia y explotación agravadas por la guerraEste texto es un resumen de un artículo más amplio escrito por Jone Sierra y publicado por la web Descifrando la Guerra. Os recomendamos el extenso seguimiento de este conflicto que están haciendo desde su web y sus redes sociales.