No hay palabras suficientes para describir el horror que nos provoca la masacre de más de 130 jóvenes negros pobres asesinados por la policía de Río de Janeiro, con la excusa de atacar al narcotráfico.
Fue un operativo de guerra urbana en el que el gobierno del Estado movilizó 2.500 policías militares armados a guerra, además del despliegue de blindados y helicópteros para atacar los complejos de favelas Penha y Alemao en la zona norte de la ciudad, una zona de fuerte concentración de población pobre. Son dos conjuntos de favelas que superan los 150 mil habitantes, con una enorme densidad de población.
Como organizaciones sociales e individualidades, denunciamos que la represión policial administrada por el gobierno de turno cobró una vida: la del compañero del hip hop, conocido como Trvko. Además, dejó varios heridos y a otro joven con el cerebro destrozado, actualmente en coma.
La policía negó inicialmente que el asesinato, registrado en videos, fuera cometido por un agente encubierto del grupo Terna. Sin embargo, tras las evidencias, el propio jefe superior de la Policía Nacional reconoció que el responsable sí era un policía, perteneciente a la División de Investigación Criminal, aunque intentó justificarlo diciendo que “no estaba dentro de la planificación del operativo”, sin ofrecer más explicaciones.
Comenzando con el derrocamiento del presidente de Sri Lanka en 2022 y el levantamiento de 2024 en Bangladés, una nueva efervescencia revolucionaria ha comenzado a extenderse por todo el mundo, cobrando impulso con el levantamiento en Indonesia en agosto de 2025 y la insurrección en Nepal en septiembre. Desde entonces, han estallado intensas protestas en Perú, Filipinas, Madagascar, Marruecos y otros lugares. Para comprender mejor las diferentes formas que está adoptando esta ola de actividad en distintas partes del mundo, hemos hablado con dos participantes del movimiento Gen Z 212 en Marruecos.
En Nepal, un movimiento de protesta a principios de septiembre de 2025 se convirtió en una insurrección espontánea en respuesta a la violencia policial, que culminó con el incendio del parlamento y de una serie de oficinas gubernamentales, comisarías, sedes de partidos políticos y mansiones de políticos. En un día y medio, el primer ministro Khadga Prasad Oli había huido y el gobierno se había derrumbado. Pero derrocar a un gobierno es solo la primera etapa de una lucha mucho más larga; en medio de estos disturbios, monárquicos, neoliberales y radicales compiten por determinar el futuro de Nepal. Para comprender mejor los antecedentes de la insurrección y su dinámica interna, entrevistamos a Black Book Distro, un colectivo anarquista y biblioteca de Katmandú.
En los últimos años, Marruecos y algunos de sus socios más cercanos han intentado impulsar la idea de que el Frente Polisario, representante legítimo del pueblo saharaui, es una organización vinculada al terrorismo. Se trata de una afirmación peligrosamente manipulada, destinada a deslegitimar la lucha de un pueblo ocupado, y que choca frontalmente con los hechos históricos, el Derecho Internacional y el sentido común. A continuación, en este trabajo de Victoria G. Corera recopilamos todos los argumentos y hechos que desmontan por completo esta acusación.
Más de 1000 personas han sido ejecutadas en Irán en lo que va de año, han denunciado expertos de las Naciones Unidas. Según Iran Human Rights, es la cifra más alta en los últimos 30 años. IHR, con sede en Noruega, contabiliza y verifica las ejecuciones en Irán a diario. La organización se queja de la ausencia de reacciones internacionales ante esta barbarie.
IHR ha afirmado que sus cifras son “un mínimo absoluto”, y que la cifra real probablemente sea mayor “debido a la falta de transparencia y las restricciones a la información”. En Irán, las ejecuciones se llevan a cabo actualmente mediante ahorcamiento, aunque en el pasado se emplearon otros métodos. La mayoría se llevan a cabo en prisión, aunque ocasionalmente se realizan ahorcamientos públicos. Según las organizaciones de derechos humanos, Irán es el segundo país con mayor número de ejecuciones del mundo, después de China, donde se cree que se ejecutan miles de personas al año, aunque no se dispone de cifras precisas.
A lo largo del último mes, centenares de miles de personas a lo largo y ancho del Estado español hemos salido a las calles para participar en grandes protestas contra el genocidio palestino, exigiendo el fin de las relaciones con el Estado israelí. Estas movilizaciones han sido la mayor muestra colectiva de solidaridad con el pueblo palestino desde las manifestaciones de finales de 2023 y una de sus claves ha sido lo concreto y posible de la reivindicación y sus objetivos: acabar con el lavado de cara a Israel en competiciones deportivas, profundizar en el embargo de armas y la libertad de las activistas presas del régimen sionista.
Casi cada semana, nuevos focos de revueltas parece encenderse en el mundo. Después de Indonesia, Filipinas, Madagascar, Nepal y Perú, la Generación Z de Marruecos —nacida entre 1998 y 2012, casi 8 millones de marroquíes— está en pie.
La juventud marroquí en primera línea
Las llamadas se realizaron bajo el nombre de «Gen Z 212» (en referencia al prefijo telefónico del país), un movimiento cuyo grupo de Discord se creó el 18 de septiembre y ahora cuenta con más de 125.000 miembros. Desde el 27 de septiembre, se han celebrado manifestaciones a diario, reuniendo a cientos de miles de personas en Rabat, Casablanca, Tánger, Marrakech, Agadir y Tetuán.
A finales de agosto de 2025 estalló una ola de protestas en toda Indonesia. En este informe, presentamos una entrevista con un autor anarquista indonesio encarcelado, junto con varias declaraciones de grupos anarquistas que han llegado a los medios de comunicación anglófonos desde que comenzó el levantamiento.
Tras semanas de protestas en toda Indonesia en respuesta a las medidas de austeridad, los y las manifestantes se reunieron en masa la semana del 25 de agosto para acusar a la élite política indonesia de insensibilidad y corrupción.
Las protestas desbordan a los líderes estudiantes y sindicales
En toda Indonesia los manifestantes han iniciado otra jornada de protestas, y el levantamiento que ha azotado al país en los últimos días no da señales de amainar. Inicialmente, los manifestantes se oponían tanto a las fuertes subidas de impuestos como a los generosos aumentos salariales y de gastos para los parlamentarios, pero las protestas adquirieron un cariz más militante tras unas brutales imágenes que mostraban a policías paramilitares atropellando a un repartidor durante una manifestación el 28 de agosto.
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