Tomás Ibáñez, en su nuevo libro, sigue en gran medida a Michel Foucault y considera que lo que denomina anarquismo no fundacional cuestiona que cualquier elemento social existente en la actualidad provenga de algo que estaba contenido, o en ciernes, en un elemento originario cuyo desarrollo terminaría por concretarse en la forma actual de dicho elemento. De ese modo, no tiene sentido indagar en los orígenes de esos elementos sociales, ya que obedecen a una concatenación de circunstancias que bien podrían haber sido diferentes de lo que fueron y podrían haber desembocado, por lo tanto, en algo diferente a lo que hoy existe. Es por eso que resulta tan importante investigar, no en el principio de algo, sino en las prácticas contingentes y los contextos singulares que dan lugar a lo que existe hoy en día. Y es que Tomás considera que es la fuerza que tiene en nuestra cultura la ilusión teleológica, esto es, la búsqueda de una finalidad en la historia, la que a veces nos empuja a buscar los orígenes de algo, sin que tampoco haya escapado el anarquismo en ese empeño, en tiempos remotos. La concepción teleológica observa la historia con unos supuestos esencialistas, como si algo tuviera ya una preexistencia al margen de la experiencia y estuviera esperando que alguien le diera vida. La anarquía y el anarquismo, aunque tuvieran precedentes en pensamientos y prácticas parecidas en el pasado, se originan tal y como los conocemos hoy en un conjunto de prácticas histórica y socialmente situadas. En otras palabras, todo fenómeno social, incluido el que representa el anarquismo, no presenta un carácter de necesidad y, muy al contrario, es plenamente contingente.
Seguir leyendo “Anarquismo no fundacional”, la ausencia de principios rectores y de finalidades preconcebidasArchivo de la categoría: Anarquismo en la actualidad
Al Ladro! Anarchismo e filosofia
El pasado 2 de febrero, Catherine Malabou, filósofa y feminista francesa, presentó en el Centro studi libertari la edición italiana – Al ladro! Anarchismo e filosofía, Elèuthera, 2024- de Au voleur!: Anarchisme et philosophie (PUF, 2022). En la presentación del libro le acompañaron Tomás Ibáñez, activista y pensador anarquista, Salvo Vaccaro, filósofo y pensador anarquista, y Donatella Di Cesare, filósofa, ensayista y columnista.
Redes Libertarias os irá ofreciendo semanalmente las distintas intervenciones en la presentación del libro, comenzando, como es lógico, con la intervención de Catherine Malabou, a la que seguirán las intervenciones de Tomás Ibáñez, Salvo Vaccaro y Donatella Di Cesare, que no pudo participar presencialmente en el acto de presentación.
Seguir leyendo Al Ladro! Anarchismo e filosofiaAnarquismo y existencialismo
Reflexionamos sobre el pensamiento de algunos autores muy importantes para la historia del pensamiento, con el objetivo también de la transformación social, para buscar puntos de coincidencia entre el anarquismo y la filosofía existencialista; muy del gusto de las ideas anarquistas, la esencia no antecede a la existencia del ser humano, lo mismo que no existe una naturaleza que lo determine. Se dan así todas las posibilidades de un horizonte libertario.
Johann Kaspar (Stirner) y el único
Cada vez que me flaquean las piernas y me entra la lejana tentación de creer en alguna estupidez abstracta, me siento a releer El único y su propiedad, aquella obra tan reivindicable del bueno de Max Stirner publicada en el lejano 1845 y, sin embargo, más actual que nunca en la tercera década ya del siglo XXI. Recordaremos que para esa fecha solo habían pasado unos escasos años desde que Proudhon le diera un significación positiva al término anarquía y todavía quedaba bastante para que pudiera hablarse, como tal, del movimiento anarquista. Y, ojo, Stirner nunca se llamó a sí mismo anarquista, ni seguramente le podamos considerar específicamente como tal, pero los que más le han reivindicado, reeditando una y otra vez su obra, han sido precisamente los ácratas; al menos, parte de ellos, ya que otros libertarios no lo han visto con tan buenos ojos. Y, en un primer vistazo, no resulta extraño ese rechazo, ya que hablamos de un tipo que abandera una suerte de nihilismo, según el cual cada ser humano debe abandonar toda causa general en beneficio de su propia personalidad. Pero, veamos, por qué me resulta tan atractivo su pensamiento y por qué debería gustar a todo libertario con algún tic nihilista (no sea que asome, sin pretenderlo, la sombra del dogma).
Seguir leyendo Johann Kaspar (Stirner) y el único«Anarquismo no fundacional», libro de Tomás Ibáñez
[….] ¿Qué ruptura? La ruptura con el poder y, como consecuencia, con la noción de poder, y, en consecuencia, en cualquier lugar en que predomine un poder.
[….] Afirmar radicalmente la ruptura: esto equivale a decir —es el primer sentido— que estamos en estado de guerra contra lo que es, en todos lados y en todo momento, que no tenemos relación sino con una ley que no reconocemos, con una sociedad cuyos valores, verdades, ideal y privilegios nos son extraños, que nos las tenemos que haber con un enemigo tanto más temible cuanto más complaciente, con el cual debe quedar claro que, bajo ninguna forma, ni siquiera por razones tácticas, pactaremos jamás. Producir la ruptura no es solo apartar o intentar apartar de su integración en la sociedad establecida a las fuerzas que tienden a la ruptura; es hacer de tal forma que, cada vez que se lleva a cabo y sin dejar de ser rechazo efectivo, el rechazo no sea un momento solamente negativo. Ahí se encuentra, política y filosóficamente, uno de los rasgos más fuertes del movimiento. En este sentido, el rechazo radical, tal como este lo produce y tal como también nosotros debemos producirlo, supera con mucho la simple negatividad, por más que sea negación incluso de lo que todavía no ha sido propuesto y afirmado. Poner en claro el rasgo singular de este rechazo es una de las tareas teóricas del nuevo pensamiento político. Lo teórico no consiste evidentemente en elaborar un programa, una plataforma, sino, al contrario, en mantener, al margen de todo proyecto programático e incluso de todo proyecto, un rechazo que afirma, en liberar o mantener una afirmación que no ordena, sino que desordena y se desordena, pues guarda relación con el trastorno y el desasosiego, o incluso con lo no estructurable [….]
Maurice Blanchot, Afirmar la ruptura, 1968(1)
La A en un círculo. Pequeño dossier para disipar dudas sobre su origen
Podemos explorar e investigar exhaustivamente todos los archivos, retroceder en el tiempo tanto como nos sea posible y recorrer todos los continentes que, sin embargo, la realidad seguiría siendo tozuda: antes de abril de 1964, nunca una A en un círculo simbolizó la anarquía y el anarquismo.
Ningún cartel, ninguna inscripción mural, ni rastro alguno. No obstante, esta ausencia no encierra ningún misterio. Es tan simple como que dicho símbolo anarquista no podía existir antes de ser concebido, lo cual aconteció precisamente en abril de 1964.
Seguir leyendo La A en un círculo. Pequeño dossier para disipar dudas sobre su origenEl espeluznante peligro anarquista (y, ojo, nihilista)
Habitualmente, los ácratas nos lamentamos sobremanera de que las anarquistas son las ideas y prácticas sobre las que se han vertido mayores falsedades, y visto lo visto es posible que no lo suficiente. El caso es que uno, propenso a la indignación y presto a dar batalla a poco que se presente, se niega a acostumbrarse a esos numerosos embustes arrojados de manera continua sobre la historia de un movimiento que ha buscado, desde sus inicios, eso tan bello que es la conciliación entre la emancipación individual y la colectiva. Si embargo, por lo que veremos a continuación, esa ignominia no se reduce el pasado y es algo que al parecer llega hasta estos, si cabe, todavía mayores confusos tiempos en los que el sistema globalizado busca enemigos una y otra vez para mantener al personal distraído y temeroso. No me preguntéis por qué, pero recientemente cayó en mis manos un ejemplar de El Mundo, es posible que el rey de los diarios mendaces en este inefable país llamado Reino de España. El caso es que una entrevista a doble página de un fulano anglosajón, director de algo descrito como un think tank (sea lo que sea eso), provoca que un escalofrío recorra mi cuerpo, indecisa mi pobre persona al no saber muy bien a qué emoción corresponde, al ser titulada de la siguiente manera: «Temo un ataque cíber o biológico de un grupo terrorista anarquista».
Seguir leyendo El espeluznante peligro anarquista (y, ojo, nihilista)La problemática postanarquista
Al postanarquismo se lo podría considerar un intento de revisión de la teoría anarquista, en sus líneas no esencialistas y no dialécticas, mediante la aplicación y desarrollo de insights a partir del postestructuralismo/análisis del discurso. Y esto, a fin de discernir qué es lo innovador y qué lo fundante en el anarquismo; lo cual, precisamente, son la teorización de la autonomía y de la Seguir leyendo La problemática postanarquista
Tiempos posmodernos (y, luchemos por ello, también libertarios)
Fue el bueno de Fernando Fernán Gómez, reconocido ácrata, el que aseveró algo así como que, dado el fracaso de todas las políticas gubernamentales él apostaba por una sociedad en la que no mandara nadie. Bien por Fernando. Y es que el anarquismo ha sido objeto de tanta distorsión y marginación, que nosotros seguiremos insistiendo en estos tiempos tan aparentemente malos para la lírica que son los posmodernos. Para muestra, la continua afirmación interesada sobre que el desarrollo de la modernidad ha quedado marcado por dos corrientes políticas y filosóficas: socialismo y liberalismo. Sin embargo, contradiciendo esa simplificación, el sociólogo Christian Ferrer asegura que podrían ser tres las ideas de aspiración emancipatoria: liberalismo, marxismo y anarquismo. El que suscribe considera que es mucha la distancia que separa la filosofía libertaria de la doctrina marxista, mientras que en su comparación con las ideas liberales los anarquistas no podían aceptar bajo ningún concepto que la libertad política y la justicia económica fueran irreconciliables. A menudo, se consideró al anarquismo la rama liberal del socialismo, pero particularmente considero que ha ido, y obviamente seguirá yendo, mucho más allá de ser una corriente socialista. Uno de los motivos por los que aposté por el anarquismo es por, además de buscar la emancipación colectiva, tener una fe inquebrantable en la autonomía individual, así como en el criterio y la responsabilidad de cada persona en un contexto libre y solidario.
Seguir leyendo Tiempos posmodernos (y, luchemos por ello, también libertarios)Fraternidad y cosmopolitismo

El término fraternidad parece hoy, al menos en el lenguaje vulgar, anacrónico. Si bien se alude, al menos en la teoría política, constantemente a la libertad y a la igualdad, la tercera parte del gran proyecto de la modernidad queda relegada al olvido. Trataremos en este texto, al igual que hemos hecho en diversas ocasiones con la solidaridad (que, por otra parte, es un concepto muy relacionado con el que nos ocupa) de vincularlo estrechamente a los otros dos grandes conceptos: libertad implica necesariamente igualdad y fraternidad.
Frente a cualquier nexo y vinculo social tradicional, la fraternidad trata de imponerse, al menos desde la Revolución francesa, como la gran alternativa revolucionaria. Esta novedad radical de la fraternidad tiene sus precedentes, no tanto en la fraternidad religiosa, como en la estoica de la Antigua Grecia: la natural sociabilidad del ser humano como base para una aspiración cosmopolita. La Revolución francesa, o al menos una corriente dentro de ella, posee esas aspiraciones claramente universales, no una simple emancipación de una pólis o nación, sino el comienzo de la liberación del conjunto de la humanidad.