Archivo de la etiqueta: Absolutismo

Anarquismo, relativismo y valores universales

En el debate sobre la vigencia del anarquismo moderno y la adaptación de las ideas libertarias a la sociedad posmoderna, uno de los focos suele ser la cuestión de los valores universales y del relativismo cultural. Esta crítica a valores absolutos suele ir acompañada al etnocentrismo y supuesta superioridad de Occidente, que ha justificado históricamente el colonialismo y el imperialismo. ¿Qué sostiene el anarquismo sobre ello? ¿Los más bellos valores, como la libertad, la igualdad o la solidaridad, son universales?

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Religion-Monoteismo-Fanatismo-Ateismo-Anarquismo-Acracia

El catolicismo y la libertad religiosa

Hay personas que confunden la crítica, en mi caso, tan feroz como razonada, con una suerte de censura, motivos ocultos, manía antialgo e incluso, abundaremos en ello más adelante, con una persecución represiva y violenta. Voy a dedicar mi (sobradamente) lúcida columna de hoy, como se ve en el título, a una cuestión religiosa muy concreta, pero extiendo el razonamiento a cualquier otro ámbito. Insisto, cuando uno se muestra razonable y radicalmente crítico, algo que me parece indispensable para el avance hacia alguna parte (vamos a presuponer que es hacia adelante), gran parte del personal tuerce el morro y se queda observando el dedo que señala sin atender a argumentos sólidos ni profundización alguna. Es una tendencia obvia, del ser humano, el acomodo intelectual (y moral), y la clase dirigente siempre se aprovechará de ello con discursos básicos, vacuos o manidos, si no directamente falacias. Es más, creo que el autoritarismo y la violencia están tan arraigados en el vulgo que, como ya insinué al principio, si uno se declara sin ambages anticlerical inmediatamente muchos lo identifican con comerse a los curas y quemar iglesias. En otras palabras, que si te muestras contrario a una determinada organización, y a la clase mediadora (por lo tanto, autoritaria) que la sustenta, seguro que eres un elemento violento.

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Adios a Dios (y a cualquier otro concepto absoluto)

Como creo que ya he manifestado en alguna de estas magníficas columnas que pongo negro sobre blanco, tengo la (no siempre) sana costumbre de leer y escuchar a gente de todo pelaje. Sé que es una botarate tendencia del ser humano la de solo atender a lo que pueda confirmar sus creencias, pero no es mi caso. Precisamente, como uno es un lúcido ácrata de tendencias nihilistas, se deja guiar por su curiosidad, escepticismo, crítica e incredulidad para ir dando forma a un pensamiento exento de dogmas, ya que el compromiso con los valores, quizá de forma solo aparentemente paradójica, se muestra más sólido desde posiciones no absolutistas y enarbolando una pequeña bandera (figurada, of course!) nihilista. Y, por mucha tabarra que nos den algunos, la historia y el pensamiento ayudan sobremanera a llegar a estas conclusiones. El caso que los intelectuales reaccionarios (valga el oxímoron), vertiente católica, son muy, muy pesaditos nombrando hasta el hastío al escritor y filósofo Chesterton. A este fulano se la atribuye una frase, que sus seguidores fundamentalistas no dejan de repetir hasta la saciedad con orgullo algo estólido; algo así como que, si el ser humano deja de creer en Dios, acaba creyendo en cualquier cosa.

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Las ideas antiautoritarias en la posmodernidad, desterrar el absolutismo

Se ha dicho que Nietzsche fue el primero en golpear mortalmente cualquier principio trascendente; aunque se insiste en que se inspiró en gran medida en Stirner, dejaremos la controversia para otro momento. Otros autores, precursores de lo que ahora se conoce como posmodernidad, como Heidegger y Foucault, continuaron la labor del autor de Más allá del bien y del mal. El principio trascendente, concretado en el terreno religioso en la figura religiosa de un dios todopoderoso, es algo rechazable para el anarquismo, también para otras corrientes de izquierda surgidas de la Ilustración. Gracias a los pensadores de la Ilustración, con el optimismo que suponía la confianza en la llamada razón científica, se dejó a un lado aparentemente la superstición y el oscurantismo religioso socavando los cimientos sobre los que se había edificado la antigua concepción del poder. Se substituyó la verdad sustentada en la divinidad por una nueva verdad que lo hacía en la razón. Gracias a ello, existía una fe en el progreso y en el advenimiento de una nueva era en la que se construiría el paraíso terrenal.

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Sobre el determinismo social

Ya hemos hablado en otras ocasiones del «determinismo social», es decir, en palabras de Mario Bunge, la idea de que la sociedad determina las pautas de valoración y conducta; según la misma, toda tabla de valores y todo código de conducta emerge, se desarrolla y, eventualmente, desaparece junto con la sociedad en la que se inscribe. Frente al absolutismo del determinismo biológico y psicológico, el determinismo social es relativista, ya que cada sociedad adopta los valores y las normas que necesita.

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Manipulaciones y creencias

Hay quien sostiene, de manera encomiable por un lado, aunque sembrando la sospecha por otra, que el librepensamiento resulta imposible. Dejaremos claro que, efectivamente, entendido como concepto absoluto, el librepensamiento, o pensamiento independiente, resulta francamente difícil. Es más, lo que nos reafirma en nuestra defensa del mismo, lo cual no quiere decir que ninguno de nosotros merezca el calificativo de ‘librepensador’, es nuestra más firme oposición a todo absolutismo sin que por ello caigamos en un vulgar relativismo (ya que, de una manera o de otra, todos tenemos ciertas creencias, aunque con la permanente crítica en base a la verificación con la realidad que conocemos; no entraremos, de momento, en abstrusas polémicas sobre lo que es o no ‘real’); identificamos el absolutismo con cualquier tipo de creencia, y más en concreto con toda creencia trascendente, es decir, no sujeta a la verificación y al debate en un plano humano (para bien, y tantas veces para mal, el único que conocemos).

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Leyendo de nuevo a Camus

Albert Camus, desgraciadamente, falleció en un accidente de coche y a temprana edad. Fue un hombre lúcido y honesto que, a diferencia de muchos otros intelectuales de su tiempo, denunció la represión en cualquier régimen y en cualquier ideología. En el campo filosófico, la figura de Camus se asoció al existencialismo cuando esta tendencia se encontraba en un periodo álgido. A ello contribuyó el hecho de que Sigue leyendo

ACRACIA ANARQUISMO NIHILISMO

Creencias y absolutismos

Los más sesudos aseguran que vivimos en una época llamada posmodernidad, algo tal vez ignoto para gran parte de los mortales. Esto es, valga la perogrullada, una sociedad en la que las características de la modernidad ya no tienen vigencia. Es más, las promesas que tuvieron su punto de partida en la Ilustración, con la confianza exacerbada en el Progreso, en la Razón y en la Ciencia -el uso de las mayúsculas no es casual-, que nos acabarían conduciendo al paraíso terrenal, obviamente, no han tenido lugar. No solo eso, sino que es tal vez el siglo XX uno de los que mayores horrores ha producido, si no el que más, precisamente, gracias al «progreso» científico, pero sobre todo a poderes autoritarios muy concretos, que han sabido usarlos en su provecho. Las cabezas pensantes defensoras de esta llamada posmodernidad se congratulan de que demos por periclitada a la época moderna, la cual consideran que ha supuesto una continuidad de la creencia dogmática en forma secularizada. Si antes, las barbaridades se hacían en nombre de un Absoluto denominado Dios, acabamos sustituyéndolo por otros secularizados, como los anteriormente mencionados, de ahí la inicial mayúscula. Desde este punto de vista, muy generalista, podríamos estar incluso de acuerdo con los postulados posmodernos.

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Anarquismo: Por las heterodoxias, contra las ortodoxias

Todo grupo de afinidad, como toda religión, tiene sus ortodoxias y sus ortodoxos. Todo colectivo conserva en su seno personas convencidas de estar en posesión de alguna suerte de verdad revelada. Temerosas de que la menor duda acerca de sus creencias pueda llevarlas a patalear en el abismo, al desastre y el caos, defienden en toda ocasión y ante quien sea la veracidad Sigue leyendo