Tengo una amiga, una excelente y honesta historiadora, que no le gusta nada el concepto de «memoria histórica», que para ella vendría a ser poco menos que un oxímoron. Si lo he entendido bien, piensa que una cosa es la historia o historiografía y otra muy diferente es la memoria, más tendente a la subjetividad por motivos obvios. No está nada mal dicha aclaración, dada la acaparación de ambas cosas por intereses políticos, pero me temo que los que lo hacen les interesan más bien poco las sutilezas (y, todavía menos, la honestidad). De hecho, la actual polarización ideológica (por llamarla de algún modo, ya que «ideas» más bien pocas) conduce a que unos, el bando progre, hinchen el pecho de orgullo al mencionar el vocablo memoria a veces etiquetada de algo grandilocuente, mientras que otros, el bando conservador-reaccionario, suele ser partidario de la amnesia colectiva (la derechita cobarde), en el mejor de los casos, o bien directamente de reivindicar la ignominia histórica en este inefable país (la derechista abiertamente ultra). Los anarquistas, aparentemente una minoría hoy en día, aunque muy enérgica, no lo tenemos fácil ante esto de la memoria y la historia. De hecho, dado el muy repulsivo facherío todavía muy vivo en este inefable país, podría resulta tentador adherirse (al menos, de forma crítica y condicional) a la campaña de este gobierno tan progresista, cuando se cumplen 50 años de la muerte del matarife dictador, justificado en lo que se quiere llamar nada menos que Memoria Democrática y con el lema, todavía más distorsionador, de «España en libertad. 50 años». ¿Se nos quiere hacer creer que el franquismo acabó hace medio siglo?. No ya que hubiera un proceso de Transacción (perdón, Transición), sino que con la muerte del cruel caudillo en la cama, nos llegó la libertad por generación espontánea. En fin, la manipulación tiene todavía una vuelta de tuerca. Claro que, como la derecha gobernará más temprano que tarde, muchos dirán que más vale que nos conformemos con esto, aunque la visión histórica sea de una puerilidad que tumba de espaldas.
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«Las pajaritas» de Ramón Acín en el manto de la Virgen del Pilar
Ver «Las pajaritas» en el manto de la virgen del Pilar me noqueó. Pensé que era una falsa imagen hecha con IA o que la Asociación de Papiroflexia de Zaragoza (el manto era de papel) no sabía el significado de las dos pajaritas una en frente de la otra, que era casualidad, ignorancia o ambas cosas a la vez.
Seguir leyendo «Las pajaritas» de Ramón Acín en el manto de la Virgen del PilarOctavio Alberola 1928-2025
Tenemos que informar de la triste pérdida de uno de nuestros colaboradores, Octavio Alberola, un histórico del anarquismo. Agustín Comotto ha realizado el bello texto de homenaje, que publicamos a continuación.
Redes Libertarias
Tienes 80, 85, 90 años. Ya miras desde lo alto el edificio que has ido construyendo a lo largo de los años. No hay más pisos por hacer porque ya has hecho el techo. Te sientas allí a ver el horizonte los edificios como el tuyo que se construyen o construyeron a tu alrededor. Algunos edificios de esa ciudad inmensa que es la humanidad, la mayoría, te son desconocidos. Pero sin duda conoces a algunos de los constructores. Son los afines. Desde tu techo, constatas que algunos edificios ya no tienen a nadie sentado, como tú arriba, mirando alrededor. Están vacíos; no hay nadie porque la persona que ha construido el edificio ya no está. Algunos son hermosos, con apreciaciones estéticas de una originalidad impar, o con prodigios de diseño estructural de habilidad leonardesca. Es lo que queda del que los habitó. Algunos edificios son bajos, demasiado bajos y sin techo, a medio hacer porque, trágicamente, el constructor marchó fuera de hora. Otros, tienen el impacto de un obús que lo dejó en ruinas prematuramente. Estos son los que fueron destruidos por fuerzas externas.
Seguir leyendo Octavio Alberola 1928-2025Sobre solidaridad y abolicionismo penitenciario
Notas a partir de Quienes no han tenido el «derecho» a la(s) palabra(s) la(s) toman YA, 1976‐1979
Este artículo aborda el caso de Quienes no han tenido el «derecho» a la(s) palabra(s), la(s) toman YA, un boletín anticarcelario editado en solidaridad con la COPEL que publica seis números entre 1975 y 19781. A partir de su trayectoria, propone una reflexión sobre las redes de solidaridad y comunicación establecidas entre el adentro y afuera de las prisiones tras la dictadura franquista, que logran difundir las reivindicaciones de los presos organizados e incidir en la esfera pública dominante.
Seguir leyendo Sobre solidaridad y abolicionismo penitenciarioAnarquistas mexicanas, redactoras en los albores del siglo XX
Prólogo
A principios del siglo XX y en el contexto de la Revolución mexicana, numerosas mujeres libertarias lucharon por un cambio social y se enfrentaron al estado mexicano. Tuvieron diversas formas de rebeldía que iban desde peculiares temas y maneras de escribir, hasta medios precisos de combinar la lucha con las tareas domésticas cotidianas asumidas por ellas como propias. Una vía para empezar a conocerlas es leyendo sus notas en periódicos y revistas. Más allá de sus artículos de denuncia hacia los regímenes de entonces, ¿qué sería lo específico de sus luchas y de sus textos? ¿Cómo entender que en los albores del siglo pasado hayan participado muchas mujeres dentro de los antecedentes del proyecto más radical de la Revolución de 1910? ¿Cómo explicarnos que, al heredar ideologías progresistas, liberales y decimonónicas, pero aún en un ambiente de conservadurismo hacia el sexo femenino, estas luchadoras pudieron dar un gran salto y volverse las mujeres más extremistas, o por lo menos las más radicales en los inicios del siglo XX mexicano? ¿Quiénes eran estas “magonistas”? —mote con el que no estaban de acuerdo—, son algunas de las muchas preguntas que podemos hacernos al entrar en contacto con sus artículos periodísticos —como una vía para acercarse a ellas— que se van tornando más arrojados conforme se vuelven insoportables las condiciones de explotación, persecución y represión de los gobiernos de esa época.
Seguir leyendo Anarquistas mexicanas, redactoras en los albores del siglo XXMemoria Democrática y memorias libertarias: los problemas de construir relatos monolíticos sobre el pasado
Ante el asedio de la ultraderecha y del mal llamado «revisionismo» histórico, la lucha por la recuperación de la memoria histórica está a la defensiva. En este contexto turbulento, puede resultar tentador aferrarse al discurso oficial sobre la Memoria Democrática impulsado por el gobierno y el PSOE. Tras más de dos décadas de activismo memorialista y dos leyes para muchos insuficientes, la memoria de los perdedores de la Guerra Civil y las represaliadas del franquismo parece ser un asunto que «cansa» a una parte de la juventud y conforma el blanco perfecto para las guerras culturales de la extrema derecha.
Seguir leyendo Memoria Democrática y memorias libertarias: los problemas de construir relatos monolíticos sobre el pasadoApropiaciones indebidas
Los primeros usos en castellano de la palabra libertario como sinónimo de anarquista pueden rastrearse en la prensa peninsular de la última década del siglo XIX. El 20 de marzo de 1892, La Correspondencia de España publicó una nota firmada por R. Blasco y titulada «Conversación con un anarquista» en la que se mencionaba una agrupación parisina llamada «los Libertarios». Es muy posible que existan apariciones anteriores en periódicos o, quizás, en traducciones. Al parecer, el primer diccionario en castellano que consigna el término es el Nuevo diccionario enciclopédico ilustrado de la lengua castellana de Miguel de Toro y Gómez, publicado en 1901: «Libertario: Partidario de la libertad absoluta, anarquista».
Seguir leyendo Apropiaciones indebidasEl anarcosindicalismo frente a los malos tiempos
Ha llegado pues el momento de concretar y definir el sindicalismo
de nuestro tiempo situándolo en la posición exacta que le
corresponde frente a su adversario el capitalismo.”
Pierre Besnard, Los sindicatos obreros y la revolución social, 1930.
Cuando finalizó la Segunda Guerra Mundial, el anarcosindicalismo era poco menos que una reliquia histórica, testimonio de los mejores días de un proletariado orgulloso y ajeno a la normativa de la sociedad capitalista. Su reaparición en el Estado español durante los pasados años setenta fue consecuencia del desarrollo durante el tardofranquismo de un movimiento obrero autónomo, que se organizaba en asambleas, nombraba delegados con mandato imperativo y empleaba piquetes para informar y defenderse. Ignorando toda la legislación antilaboral de la dictadura, ejercía sus derechos mediante la acción directa, la ocupación de fábricas, los piquetes de extensión y la huelga salvaje. A pesar de todo, la contraofensiva conjunta del Estado, los partidos políticos y el empresariado, mediante elecciones sindicales, logró imponer un nuevo sindicalismo de concertación vertical que heredó tanto las estructuras laboralistas del franquismo, como su función neutralizadora e inmovilista. Precisamente, con el fin de evitar que las centrales burocráticas legalizadas, apoyadas por la patronal y los partidos, acapararan y usurparan la representación de la clase obrera, la mayoría del movimiento asambleario se organizó en sindicatos independientes, parte de los cuales adoptaron las tácticas y los fines de la ideología anarcosindicalista. Las causas del fracaso de esta jugada estratégica habría que buscarlas en el trabajo de zapa de las susodichas centrales, en la reconstrucción fallida de la CNT y, sobre todo, en el propio proletariado.
Seguir leyendo El anarcosindicalismo frente a los malos tiemposComo resolvía la Revolución el tema de los menores no acompañados
LA REVOLUCIÓN QUE SE PUSO EN MARCHA a partir del 19 de julio de 1936 atendió muchas necesidades poco conocidas y que forman parte de lo que hoy denominamos «cuidados» colectivos.
Tiempo habrá para hablar de las colonias que la CNT-FAI y Mujeres Libres pusieron en marcha y lo que estas colonias supusieron desde el punto de vista revolucionario. Cuando se afirma que otros mundos son posibles, lo son porque lo fueron y, además, en plena Guerra Civil, es decir, en las peores condiciones posibles.
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