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Precariedad y pureza

Esta mañana me reía mucho con lo escrito en un diario por un antiguo alto cargo sindical y político de los de toda la vida. Tema: Reforma Laboral, y ya sé que estoy dejando a un lado temas tan relevantes como el pasaporte sanitario, la amante de Urdangarín o el enchufe del Festival de Benidorm. Lo sé lo sé. A lo que voy: el legendario diputado, mencionaba a la pureza, explicando que mantenía –literalmente– la precariedad laboral. Los puros, –nos explica–, no se mojan firmando, no asumen contradicciones, con lo cual se sumergen en la irrelevancia. Defendía así la firma de la Reforma Laboral (la última). Añadiría yo que los que firman, cobran la subvención estatal, autonómica, local, directas, indirectas, más las fundaciones, los cursillos, el apoyo en materia de locales sindicales, oficinas, fungibles, facturas, las liberaciones institucionales, las de la LOLS, las de las elecciones sindicales, la parte de la cuota de Formación Profesional…, una millonada anual superior a los mil millones de euros (poneos a sumar). Sea dicho de paso: eso es firmar: no sumergirse en la irrelevancia. 

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¿Melancolía o hipotiroidismo?

Una compañera que quiero muchísimo, llevaba varios años por la calle de la amargura. Melancólica, deprimida. Ella decía que porque el mundo era cruel (en resumen). Sicológico (pensaba). Amante ella de las terapias alternativas, y rechazando de plano la medicina convencional por ser portadora de muerte al servicio del poder, se trataba con pamplinas: homeopatía, flores de Bach, oligoelementos, constelaciones familiares, osteopatía, dietas vegetarianas… Y no levantaba cabeza. Mucho peor: empeoraba lentamente. Apática, todo le daba igual, perdió sus amigos y amigas. Así años, yendo de uno a otro, de otro a uno, y gastando una pasta en potingues y en el homeópata de confianza. Y todo su entorno, angustiado.

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Moda en tiempos de crisis

No está de más hablar un poco de moda en estos tiempos tan revueltos, con presencia de fachas, seguratas, rompepiquetes, desocupas y en general uniformados de porra y nómina a porrillo, que disfrutan de una completa sensación de impunidad. Por supuesto que hay que hacerles ver que no estamos indefensos y que somos propensos a resistir todo tipo de arbitrariedades, y que por nuestra simple presencia, somos capaces de mostrar que sus actos, sus discursos y su propaganda tienen una respuesta con nuestros cuerpos. Porque nuestros cuerpos en movimiento son actos, discursos y fuerza allí donde estén. Y por mera potencia gravitatoria, impedimos que esa basura ideológica se extienda.

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La FAGC y sus 10 años de agricultura

La Federación Anarquista de Gran Canaria ha cumplido diez años, y quisiera mediante estas líneas dedicar mi modesto homenaje a una singladura llena de sobresaltos. Observé su nacimiento con curiosidad en los albores del 11-M, y la verdad, al principio pensé que no iban a durar ni dos telediarios, porque se dedicaban mayormente a decir lo mal que hacían los demás las cosas. Y eso no conduce a ninguna parte, porque… ¿Acaso no es evidente que las cosas están mal? Ese tipo de protesta tiene su recorrido, y suele acabar en la disolución.

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Cocina para impostores (de izquierda)

Cuando en el siglo XIX los burgueses revolucionarios, partidarios de la democracia liberal, hablaban del derecho al voto, tenían miedo de concederlo a la clase trabajadora con este pensamiento racional:
«Si damos el voto a los pobres, elegirán a sus representantes, lograrán mayorías parlamentarias, legislarán a su favor, y acabarán con nuestro modo de vida libre, culto y refinado». Lo que pasa es que con el asunto de «elegir al que manda», no se siguen criterios de racionalidad filosófica, si no de sentimientos, emociones, miedos, sumisiones… La burguesía poco a poco se dio cuenta de que los trabajadores siempre votaban por sus amos, y que si votaban por trabajadores dejaban inmediato de serlo, y de este modo los parlamentos siempre beneficiaban una legislación acorde con los deseos… De los ricos.

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La política izquierdista del castillo de cartón piedra

Habréis observado que esta vez no he dicho ni pío en torno a la abstención en las elecciones en Madrid. Hice el firme propósito de no leer nada de los desbarres políticos alentando al Voto del Miedo. No he leído prensa, análisis, ni encuestas, más que nada por no encontrar reproches a la abstención, ya que entonces me encuentro en situación de responder, y quería evitarlo por salud mental. No. 

Pues bueno, ya tenéis los resultados de las elecciones en Madrid. Ya sabéis lo que ha pasado con los que decían que había que frenar al fascismo votando. Caray, que lo llevan diciendo lo menos desde hace diez años, y mientras más elecciones hay y mientras más voto se pide, más fascismo hay en las instituciones. Más que votar para frenar al fascismo, parece que se vota para que haya fascistas. Es más, el fascismo parece bien alimentado en las diversas democracias. Hay ultraderecha en Austria, en Alemania, en Finlandia, en Hungría, en todas partes. Incluso ese ultranacionalismo del que se nutren los fachas es el alimento habitual de millones de personas en Holanda, Reino Unido, Francia, Italia o EEUU. Yo he llegado a pensar que los que pedían frenar al fascismo mediante el voto, lo que en realidad estaban deseando es que apareciera de una vez, para que España fuese de alguna manera, una democracia de corte europeo.

Seamos claros, científicos, empíricos: mientras más elecciones hay, mientras más se clama contra el fascismo, mientras más se pone de tontos, cocainómanos, pirados, ladrones y malos gestores a las derechas coligadas con Dios, Patria y Rey, menos republicanos progresistas aparecen. Y eso sólo puede llevar a una conclusión: que el fascismo avanza, no porque la gente se abstenga. El fascio avanza porque la izquierda no convence.

La izquierda parlamentaria, la de verdad, la que gobierna, no consigue convencer a una enorme masa de abstencionistas, en su mayoría pobretones, de lo siguiente: de que su voto sirve para algo. Es así de simple: una limpiadora que está echando sesenta horas a la semana en una subcontrata, y que gana 600 euros al mes y que cotiza por treinta, con una semana de vacaciones al año, caso real… Tiene que tener mucha fe para ir a votar a una gente, que gana más que ella, que vive mejor que ella y que año tras año demuestran que gobiernan para los ricos en líneas generales, ya que a la hora de recaudar, estrujan al pobre sin mayores miramientos, mientras le cuentan con ojos de manga japonés, que sólo piensan en ellos y en ellas. 

El problema de la izquierda, uno de ellos, es el siguiente: la recaudación del Estado, sale del bolsillo de los trabajadores. Y el Estado del Bienestar y sus Ingresos Mínimos Vitales, son decorados de atrezzo, castillos de cartón piedra. Y ese engaño, evidente, tiene que pasaros factura electoral, y viva la virgen para los políticos que viven adosados, a la nómina, al discurso y al cargo.

Acratosaurio rex

Cárceles dentro de las cárceles, y dar hostias con la mano tonta

En este país es imposible beberse un litro de cubalibre tranquilo, sin que algún alcohólico en la mesa de al lado hable a grito pelado, manifestando claramente que él está allí, que existe, que lo que dice es importante, y que tiene sensación de impunidad. Esta mañana el discurso de un pelagatos de esos, iba de que está harto de confinamiento, que es una cabronada que el Gobierno nos limite de este modo, que no poder salir, ni reunirse, ni pasarlo en el bar hasta las tantas le está afectando sicológicamente (¡JA!). Y no me pude resistir. Porque este mismo tipo es de los que va diciendo que las cárceles españolas son hoteles de lujo en donde los presos tienen bibliotecas, piscinas, gimnasios, terapeutas y siquiatras a su disposición las 24 horas del día. Inicié el diálogo diciéndole «tú lo que eres es imbécil y un cretino pedazo de cabrón de mierda» y se puso como loco siendo imposible llevar a cabo un intercambio sereno de opiniones. Eso es lo que pasa con los fanáticos, que es imposible hablar con ellos, y que te lanzan escupitajos víricos.

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Viviendo en el Reinado del Miedo

Hay cosas que se leen estos días: que el poder domina nuestras mentes como nunca lo hizo, que hay una conformidad que da pánico, que los ricos están ganando mucho dinero con sus maquinaciones, que el control social a través del miedo por parte del Estado es total, que hay programas de reconocimiento facial, espionaje con videocámaras, destrucción de empleo, que la subida del SMI será la catástrofe… Desde luego, como uno se deje llevar de la voz de tanto predicador que pronostica el apocalipsis chungo, es que te acabas cagando en los pantalones.

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Posibilidad de la anarquía y joder, ¿me vacuno del coronavirus?

Decía Proudhon que «Ser gobernado significa ser vigilado, inspeccionado, espiado, dirigido, legislado, reglamentado, encasillado, adoctrinado, sermoneado, fiscalizado, estimado, apreciado, censurado, mandado bla, bla, bla»… Cosa increíble en España… ¡Cerraron los bares! ¡Quitaron el fútbol! ¡Eliminan la Navidad! ¡Impiden el duelo por los muertos! ¡Matan a La Sumergida de hambre! Y, en general, la población obedece. Hay quien piensa que esto es algo novísimo, que nos quitan libertad y que los ciudadanos están apollardados. Y yo, en medio de tanto pesimismo, pienso que esa sumisión, es justamente la prueba de que la anarquía puede funcionar perfectamente. Porque el sometimiento tiene raíces culturales, su base es la costumbre… A ver cómo lo explico…

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El libro acratosaurio que no le gusta a Facebook

Desde hace unos años, el algoritmo del Facebook no deja leer textos enlazados desde el portal libertario www.alasbarricadas.org, por razones que no ha sido capaz de explicar ni a él mismo. Esto incluye los escritos del consultorio de nuestro polemista escamado Acratosaurio Rex, y eso que lo que es de uno de es de todos, lo que es de todos es de nadie, lo que es de nadie es de uno.

Lo que en interné se pierde, las editoriales libertarias lo rescatan. Así ha hecho 17Delicias con ‘Los enemigos de mis enemigos son mis enemigos’, una antología de los escritos del acratobicho durante los últimos quince años, que puedes conservar en tu casa aunque llegue el día en que en feisbú sólo salgan curas. Como anticipo, publicamos aquí unos extractos del prólogo de Ruymán Rodríguez, de la FAGC, para este acratolibro.

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