Introducimos en el siguiente texto a uno de los precedentes inmediatos del anarquismo, el movimiento trascendentalista en la primera mitad del siglo XIX en los Estados Unidos de América, junto a sus dos máximos representantes: Ralph Waldo Emerson y Henry David Thoreau.
Entre muchas otras cosas el anarquismo es también un antídoto contra la uniformidad. Promueve y defiende las diferencias, siempre que estas no impliquen desigualdad, claro está.
Si el anarquismo valora la diversidad, no puede sorprendernos que sea plural, diverso, polimorfo, y lo es hasta tal punto que resulta mucho más apropiado hablar de “los anarquismos” que del Seguir leyendo Anarquismo existencial→
A lo largo de la historia, creo que puede decirse así, ha habido una tensión permanente entre una actitud racional y otra, digamos, apasionada. La primera podría corresponder a la ciencia y la segunda, aunque obviamente no solo, a la religión; por supuesto, la cosa necesita de matices en ambos polos.
Después de la Primera Guerra Mundial, Benjamin descubrirá, como tantos intelectuales judíos, el marxismo. No obstante, una fuerte veta anarquista permanecerá en su pensamiento, gracias a su empeño porque ambas corrientes llegaran a complementarse.
Se conoce como pragmatismo, dejando a un lado sus precedentes históricos (que, seguramente, forman toda una escuela o corriente principal dentro del pensamiento), a un movimiento filosófico desarrollado sobre todo en el mundo anglosajón, aunque con repercusión en otros países y con otras denominaciones (como son las llamadas corrientes anti-intelectualistas).
El anarquista es un escéptico o incrédulo. Hay quien afirma que (casi) toda la historia de la filosofía política ha sido un esfuerzo para justificar la «autoridad de la coacción legítima». La mayoría de las personas creen en el Estado sin cuestionarse de donde mana la obligación de obedecer la ley.
Mijaíl Bakunin fue un hábil devastador del pensamiento religioso, y lo hizo en nombre de la libertad, la dignidad y la emancipación humanas; apartando definitivamente la costumbre, la resignación y la sumisión, tan propias de la religión, el ser humano debe emplear renovadas energías para, mediante la razón y el conocimiento, llegar a la liberadora revolución social.
Albert Camus, desgraciadamente, falleció en un accidente de coche y a temprana edad. Fue un hombre lúcido y honesto que, a diferencia de muchos otros intelectuales de su tiempo, denunció la represión en cualquier régimen y en cualquier ideología. En el campo filosófico, la figura de Camus se asoció al existencialismo cuando esta tendencia se encontraba en un periodo álgido. A ello contribuyó el hecho de que Seguir leyendo Leyendo de nuevo a Camus→
Leyendo a Ayn Rad, uno se pregunta cómo es posible que alguien la haya querido acercar, aunque sea mínimamente, a lo libertario; la cuestión resulta jugosa en una sociedad actual en que no se favorece, precisamente, el conocimiento filosófico y político.
Los pensadores anarquistas, por lo general, resultan de mucho mayor actualidad y vitalidad que otras corrientes emancipatorias, como puede ser la marxista. Así, el pensamiento de alguien como Bakunin, aunque no todo, como es lógico en cualquier autor, ha resistido muy bien el paso del tiempo.
Un espacio en la red para el anarquismo (o, mejor dicho, para los anarquismos), con especial atención para el escepticismo, la crítica, el librepensamiento y la filosofía en general