Se muestra pertinaz el facherío patrio en su insistencia de que el Valle de los Caídos es, además de una obra artística e histórica encomiable, un monumento que rinde tributo a los muertos en ambos bandos y un símbolo de la reconciliación nacional. No es nada nuevo, pero no deja de provocar indignación al que tenga la menor sensibilidad verdaderamente democrática. Y no es que el suscribe tenga la menor confianza en el parlamentarismo como garante de un auténtico avance social, pero un país incapaz de reconocer su propia historia de libertades y refundar la democracia en base a ella no puede ir a ninguna parte. Y es que negar que la obra de Juan de Ávalos es, principalmente, una loa a los que aplastaron al otro bando en la guerra civil, y un lugar donde rinden tributo individuos con el brazo extendido, es síntoma de gente muy reccionaria, muy malintencionada o muy ignorante (o las tres cosas). La argumentación de la supuesta reconciliación no es más que una extensión del discurso franquista, que tuvo su continuidad en esa farsa llamada Transición con la muy rentable máscara de la pseudodemocracia; había que promover la amnesia colectiva y mejorar algunas cosas para que lo importante, que suele ser lo económico a pesar de tanto patriotismo, siguiera igual que en la dictadura.
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Que la luz salga del túnel
Durante la dictadura militar que sufrimos cuarenta años, a los vencidos se nos secuestró, asesinó y encarceló durante largos períodos en sus sombrías cárceles. La de Carabanchel fue una de sus atrocidades más duras, la edificaron los presos que terminarían entre sus muros. Y durante la democracia vigilada que padecemos, que dura otros tantos años, nos han arrebatado la memoria.
Seguir leyendo Que la luz salga del túnelMemoria histórica . Cómplices de la infamia
La aprobación del proyecto de Ley de Memoria Democrática en el Congreso y el Senado convierte, a cuanto/as han hecho posible -por activa o pasiva- esta nueva Ley, en cómplices de la infamia de mantener en el ordenamiento jurídico el Artículo 10 (1) de la ley anterior. Un artículo infame que divide injusta y arbitrariamente a las víctimas de la represión franquista en dos categorías por el hecho de haber sido ejecutadas antes o después del 1 de enero de 1968.
Seguir leyendo Memoria histórica . Cómplices de la infamiaEl documental «Rocío», enajenación, represión y memoria
Fernando Ruiz Vergara, ya fallecido, fue el director del censurado documental Rocío, rodado en 1977 (aunque la producción aparece con fecha de 1980). Desgraciadamente, el trabajo de este hombre no ha tenido aún el reconocimiento que merece, a pesar de que representara en su momento a España en el Festival de Venecia y recibiera un premio en el Festival Internacional de Cine de Sevilla. Rocío fue la primera película secuestrada por nuestra gloriosa Transición, después de recibir una denuncia por recoger testimonios de vecinos de Almonte (Huelva) en los que se recordaba a los culpables de larepresión tras el alzamiento militar del 1936 y se daban detalles sobre los numerosos crímenes.
Lo que se narra en el documental resulta impagable, desde los orígenes de un cristianismo aspirante a fuerza institucional, pasando por los hechos históricos en los que se reafirma el poder eclesial, hasta analizar eventos religiosos de amplia participación popular, como la romería del Rocío, desde diversas perspectivas. Se cuenta que las hermandades religiosas se lucran con el evento sin ningún beneficio para el pueblo, y se recuerda además que su creación se realiza para anular a los movimientos sociales que cuestionan la estructura social.
Seguir leyendo El documental «Rocío», enajenación, represión y memoriaViernes 24 de junio, presentación del libro «La revolución de las palabras. La revista Mujeres Libres»
¿Qué?: Presentación del libro «La revoluci´ón de las palabras. La revista Mujeres Libres», con la intervención de Justa Montero, Ana Muiña y Laura Vicente.
¿Cuándo?: viernes 24 de junio de 2022
¿Dónde?: Fundación Anselmo Lorenzo – Calle de las Peñuelas, 41 – 28005 Madrid.
¿A qué hora?: 19:00 h.
¿Cómo contactar?: https://fal.cnt.es – infor@fal.cnt.es – Tlf.: 91 473 82 48.
¡A mí, el horror!
Hace un par de años, hubo el indignante proyecto de erigir en plena Plaza de Oriente madrileña una estatua de seis metros en homenaje al centenario de ese cuerpo militar de historial sangriento, que es la legión de este inefable país. Al parecer, el subterfugio para finalmente no hacerlo fue que los estudiosos del asunto pensaron que la castigada plaza, que tantas alegrías ha dado al fascismo patrio, no podría soportar semejante peso histórico forjado en piedra y bronce. Ahora, se ha anunciado ya que semejante monumento, que debería estar relegado a un museo donde se expliquen con detalle los desmanes del cuerpo fundado por MIllán Astray, irá ubicado en breve a las puertas del Cuartel General del Estado Mayor. El fundador del cuerpo legionario, admirador confeso de Hitler y Mussolini, amigo y compinche de Franco en sus crímenes, también da nombre a una calle madrileña, placa que fue repuesta hace no mucho con la mistificación histórica de que nada tuvo que ver el repulsivo Millán Astray con el cruento conflicto iniciado por el generalísimo y sus secuaces.
Seguir leyendo ¡A mí, el horror!Sobre historiadores y academicismos
Una de las cuestiones que resulta en volverse tarumba, en el contexto de este inefable país, son las diversas visiones contrapuestas sobre la historia contemporánea y, más en concreto, sobre el hecho convulso de una Guerra Civil provocada por el golpe de Estado del criminal Franco y sus secuaces. Así, y aunque la derecha política y mediática no apoye de forma explícita ya, aunque lo hiciera hace no tanto, a historiadores que justifican plenamente el alzamiento reaccionario, sí pretende establecerse un terreno ambiguo sobre el conflicto con el subterfugio de evitar un nuevo enfrentamiento fraticida, cuyas causas no tiene una explicación social y política, sino que escapan al común de los mortales. Esta imbecilidad, que ya fue agitada durante la llamada Transición con el fin de agitar el miedo y evitar la verdadera ruptura con la cruenta dictadura, no debería ser aceptada por nadie que tenga el cerebro mínimante oxigenado. Uno se pregunta cómo puede sostenerse, al día de hoy, este discurso si no es entre una población convenientemente aborregada hasta el mayor hastío banal y consumista. A poco que uno tenga algo de inquietud intelectual, está obligado a indagar en la historia y sacar una serie de conclusiones, y esto con la dosis suficiente de honestidad y dejando al margen, de forma algo razonable, las simpatías ideológicas que podamos tener. Uno de los libros que me hizo fascinarme por las ideas libertarias, allá por una temprana juventud intelectual, fue La ideología política del anarquismo español (1868-1910), de José Álvarez Junco, el cual nos da una idea de la complejidad y de lo avanzado de lo que pensaban los ácratas, nada que ver con las idioteces y falsedades sembradas a diestra y siniestra.
Seguir leyendo Sobre historiadores y academicismosAbandono del cristianismo
Según datos de los últimos años, España está a la cabeza en cuanto a abandono del cristianismo. Ese abandono de la religión en la edad adulta, no es un caso raro en la Europa Occidental, aunque más bien se produce el caso inverso en los países del este. Si echamos un vistazo a la convulsa historia contemporánea de este país, si en un momento pareció apartarse el cristianismo y la religión en general, luego llegó lo que llegó, cuatro décadas de dictadura en la que se primó el catolicismo como impuesta identidad nacional. Hoy, aunque en claro retroceso, todavía existe esa identificación, por parte de una número considerable de gente, de la nacionalidad española con la religión católica. Los fundamentalistas, y empleo esta palabra en sentido lato como algo inherente de forma obvia a la identidad religiosa, consideran esta situación de abandono de la creencia como un síntoma de la falta de valores, seguramente también como falta de unidad de la patria fundamentanda en esa dogmática identidad nacional e, incluso, con tono ya irrisoriamente apocalípticio con el desmoronamiento de la civilización. Unas líneas más abajo, entraremos en esa controversia entre esa supuesta falta de valores y, tal y como también puede entenderse, una lógica concepción del progreso en el que se deja atrás el dogma religioso. Primero, habría que señalar lo que parece una evidente correlación entre la creencia religiosa y ciertos regímenes autoritarios en los que se impone o se reprime.
La compleja guerra civil española
Vaya por delante que lamento el temprano fallecimiento de la escritora Almudena Grandes. Dicho esto, me resultan inevitables unas reflexiones sobre su visión de la guerra civil, y por extensión sobre su imaginario político; no por una cuestión personal, y ni siquiera por poner en cuestión su calidad literaria, sino por resultarme dicha visión harto peculiar y ser el conflicto de una enorme complejidad, que llega hasta nuestros días de forma irresoluble y que siempre acaba por sorprender. Aclaro, también, que todos tenemos simpatías, las mías son los libertarias, aunque trato de mantenerlas lejos de idealización ni maqueísmo algunos; las de Grandes parecía estar netamente con los comunistas oficiales, dedicando gran parte de su obra a su memoria. Era así hasta el punto que no parecía tener fisuras su admiración por Juan Negrín, último presidente gubernamental de la República durante el conflicto, muy vinculado a los comunistas; efectivamente, Negrín ha sido ensalzado o demonizado, esto último por parte de la propaganda reaccionaria, pero también desde el bando republicano por su supuesta sumisión a la URSS, junto a su obcecación en extender una guerra ya perdida con el consecuente sacrificio de más vidas. Una muestra de la complejidad del conflicto con los enfrentamientos dentro del mismo bando republicano compuesto por muchas tendencias, por lo que difícilmente podemos observarlo de forma simplista y maniquea. Volvamos a Almudena Grandes. Por una parte, la escritora consideraba que, tras la muerte del dictador Franco, tenía que haberse restaurado la democracia en base a su propia tradición; en otras palabras, sobre la memoria de la Segunda República y, hasta ahí, podemos estar de acuerdo, aunque siempre aceptando las limitaciones y fraudes de una democracia parlamentaria y supuestamente liberal, tanto ahora como en los años 30, que viene a suponer una forma amable de dominación. No obstante, recordemos que los terribles anarquistas, tras el alzamiento militar, se lanzaron a combatirlo situándose al lado de los que defendían el sistema republicano e incluso terminaron por participar en sus instituciones. No obstante, nunca diría que los libertarios eran partidarios de esa forma de Estado que era la república, ni por supuesto tampoco de la democracia representativa, más allá de circunstancias históricas muy concretas, que les obligaron a combatir el fascismo de la forma más razonable y pragmática.
Seguir leyendo La compleja guerra civil españolaEnmiendas a la ley de memoria democrática. La última oportunidad…
Más allá de si la enmienda, a la Ley de Memoria Democrática propuesta por los socios del gobierno de coalición progresista para conseguir el apoyo o la a abstención de ERC, es solo “humo” -como lo afirma Xavier Rufián- o “la vía más clara para conseguirlo” -como lo pretende Enrique Santiago, secretario de Estado- lo único que ha quedado claro es que esta enmienda, calificada de “ultima oportunidad para hacer justicia en España” por uno de sus promotores (1), “no cambia nada”, como acaba de precisarlo el ministro de Presidencia, Relaciones con las Cortes y de Memoria Democrática Félix Bolaños (2).
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