No se andaba con rodeos Murray Bookchin y lanzó en más de una ocasión un ataque furibundo contra los que denomina «intelectuales posmodernistas» y las convenciones culturales creadas por ellos, derivadas de un relativismo social, político y moral. Abunda Bookchin en epítetos sobre las características de este conjunto relativista, aunque el que subscribe no desea reproducirlos sin más, por requerir de las debidas matizaciones. Los autores posmodernos critican una visión teleológica de la Historia, mientras que Bookchin sigue reclamando un sentido histórico (lo cual, no supone una reivindicación de ningún proceso) en aras de una sociedad racional.
A lo largo de la historia, creo que puede decirse así, ha habido una tensión permanente entre una actitud racional y otra, digamos, apasionada. La primera podría corresponder a la ciencia y la segunda, aunque obviamente no solo, a la religión; por supuesto, la cosa necesita de matices en ambos polos.
Es un hecho indudable que vivimos en la era de la comunicación de masas, incluso puede decirse que lo que define a nuestro tiempo es el continuo intento de «persuadir» a las masas. Lo que define a la sociedad de consumo y a la democracia representativa es tratar de convencer a las personas de que tal producto es el mejor, de que un determinado candidato va a ser el mejor dirigente (parece que la condición de «electo» lo acaba justificando casi todo) o, incluso, de otorgarnos una visión de la vida o de la verdad.
Para explicar por qué un Estado (país o gobierno) hace aquello o lo otro, a nivel internacional, los analistas internacionales recurren a diversas teorías o paradigmas.
El anarquismo es la tendencia moderna más radical en lo que atañe a una educación que otorgue un mayor horizonte para la razón y la ética; es por eso que, a pesar de la confusión posmoderna, hoy en día las ideas libertarias siguen teniendo su gran oportunidad.
Según la teoría clásica de la democracia concebida por los pensadores liberales del siglo XIX, la sociedad está compuesta de una comunidad de públicos de opinión. Cada comunidad de opinión, forma su criterio bajo un proceso de discusión entre sus miembros. Algo que debe ocurrir de manera autónoma y racional. Según estas ideas, el individuo culto, leído e informado conversa libremente y Seguir leyendo La gran masa→
Insistiremos, una vez más, en que existen mecanismos que explican que gente inteligente (y empleamos este apelativo de manera generalizada) crea en cosas absurdas y acabe realizando, de una manera u otra, actos más bien necios. Cómo es posible que existan tantas estupideces en la sociedad, al alcance de cualquiera y que las personas las acaben consumiendo. Se dice que inteligencia y racionalidad son cosas diferentes; es decir, uno puede ser extremadamente racional y no ser especialmente inteligente, y vicecersa.Seguir leyendo Aprendiendo la racionalidad→
Un espacio en la red para el anarquismo (o, mejor dicho, para los anarquismos), con especial atención para el escepticismo, la crítica, el librepensamiento y la filosofía en general