Karl Polanyi (1886-1964), judío nacido en Viena y de origen húngaro, reconocido economista, antropólogo y filósofo, escribió La gran transformación. Crítica del liberalismo económico a mediados del siglo XX, siendo el autor consciente de que la utopía liberal del siglo XIX, basada en organizar la sociedad alrededor del mercado, había dado a su fin. El contenido del libro puede sintetizarse en tres puntos: el determinismo económico, fenómeno propio del siglo XIX, solo funcionó en un sistema de mercado a punto de desaparecer; dicho sistema de mercado había deformado considerablemente nuestra manera de entender el ser humano y la sociedad, y esas percepciones distorsionadas resultaban las principales trabas para resolver los problemas de la civilización. La feroz crítica de Polanyi a la economía de mercado está enfocada más bien en sus consecuencias, en su impacto sobre la condición humana, su tesis resulta en que es imposible sostener una sociedad basada en un supuesto mercado autorregulado. La tierra, el dinero e incluso los seres humanos se vieron absorbidos por el mercado transformándose en simples mercancías para ser compradas y vendidas. La economía fue cobrando cada vez más autonomía hasta convertirse en figura de autoridad, quedando estrictamente separada de lo social, a la que el conjunto de los seres humanos quedaron subordinados.
Seguir leyendo A propósito de dos obras sobre el capitalismoArchivo de la etiqueta: Liberalismo
Apropiaciones indebidas
Los primeros usos en castellano de la palabra libertario como sinónimo de anarquista pueden rastrearse en la prensa peninsular de la última década del siglo XIX. El 20 de marzo de 1892, La Correspondencia de España publicó una nota firmada por R. Blasco y titulada «Conversación con un anarquista» en la que se mencionaba una agrupación parisina llamada «los Libertarios». Es muy posible que existan apariciones anteriores en periódicos o, quizás, en traducciones. Al parecer, el primer diccionario en castellano que consigna el término es el Nuevo diccionario enciclopédico ilustrado de la lengua castellana de Miguel de Toro y Gómez, publicado en 1901: «Libertario: Partidario de la libertad absoluta, anarquista».
Seguir leyendo Apropiaciones indebidas«Anarquismo versus liberalismo. ¿Un abismo infranqueable?» (prólogo del libro)
Suelen mencionarse como dos las corrientes políticas y filosóficas que marcan el desarrollo de la modernidad, socialismo y liberalismo; sin embargo, el engaño de tal aseveración estriba en la marginación de una que, aunque ello precise de muchos matices, puede observarse como una síntesis de ambas. De esa manera, como afirma el sociólogo Christian Ferrer, podrían ser tres las filosofías modernas con aspiración emancipatoria: liberalismo, marxismo y anarquismo; particularmente, creo que son muchas las diferencias que separan las ideas libertarias de las marxistas, mientras que de las ideas liberales no podían aceptar bajo ningún concepto que la libertad política y la justicia económica fueran irreconciliables. Es por eso que, una de las tesis de este libro, es que la anarquista es la más compleja concepción de la libertad que ha dado la modernidad. Es cierto que las ideas libertarias, proudhonianas o bakuninistas en origen, nacen o al menos se desarrollan inicialmente como una corriente socialista en la Asociación Internacional de Trabajadores, pero pensamos que van mucho más allá y una muestra de ello sería la temprana ruptura con la rama marxista, por incompatibilidad entre medios y fines, por realizar la doctrina de Marx demasiado hincapié en la liberación obrera, pero también por la fe que depositaban los libertarios en la autonomía individual y en el criterio y la responsabilidad personales.
Seguir leyendo «Anarquismo versus liberalismo. ¿Un abismo infranqueable?» (prólogo del libro)Reflexiones sobre la propiedad (con perdón)
Como a día de hoy, todavía, es posible escuchar de boca de algunos anarquistas que están en contra de la propiedad privada, esta aseveración me suscita no pocas preguntas y reflexiones. Uno es así de terco. Hay quien afirma que el anarquismo moderno nació como una corriente socialista, que a diferencia de otras no consideraba la libertad como algo dispensable y que proponía la colectivización de los medios de producción para participación y disfrute de todas y todos. Niego la mayor, uno considera desde su alabada ingenuidad que las ideas anarquistas (mejor en plural) son también herederas del liberalismo. Se me ocurrió, recientemente en cierto evento libertario, recordar aquella declaración del bueno de Rudolf Rocker, cuando sostuvo que se trataba el anarquismo de la síntesis de las dos grandes corrientes de la modernidad, socialismo y liberalismo, y observé con estupor cómo se torcieron varios morros entre aquel granado público. Recordemos, está muy bien indagar en la historia y aprender un poquito de ella sin ese detestable dogmatismo anclado en el pasado, algunas de las propuestas ácratas sobre el trabajo y la propiedad. Así, una de ellas es la que recibió el nombre de colectivismo, según la cual el productor debía tener todo el derecho a la propiedad de los bienes de consumo, ya que los mismos serían un garante de la libertad individual. Una vez escuché hablar de un anarquista de primera generación, no recuerdo el nombre, que ante el enfrentamiento con los marxistas, afirmó que esa gente, con sus prácticas autoritarias, iban a conseguir que las personas odiaran el término comunismo.
Seguir leyendo Reflexiones sobre la propiedad (con perdón)Explotación y gobierno: El contrato social y la bondad o maldad humana
«Por lo demás, no me quedo ocioso y trabajo mucho. En primer lugar, estoy escribiendo mis memorias, y en segundo —si las fuerzas me lo permiten— me preparo a escribir las últimas palabras sobre mis convicciones más profundas. Y leo mucho. Actualmente estoy leyendo tres libros a la vez: la Historia de la Cultura Humana de Kolb, la Autobiografía de John Stuart Mill y a Schopenhauer… Ya estoy harto de enseñar. Ahora, viejo amigo, en nuestros días de vejez queremos comenzar a aprender de nuevo. Es más entretenido» (M. Bakunin Carta a Nikolai Ogarev. 11 de noviembre de 1874).
Seguir leyendo Explotación y gobierno: El contrato social y la bondad o maldad humanaAnarquismo y liberalismo: propiedad, mercado y competencia
John Locke afirmó: “El grande y principal fin que lleva a los hombres a unirse en Estados y a ponerse bajo un gobierno es la preservación de su propiedad”. La propiedad privada, para el liberalismo, es un derecho sagrado, pero nos preguntamos si su concepción de la misma no deja de estar directamente vinculada a la desposesión de gran parte de la sociedad. De hecho, Proudhon, al que se atribuye con ¿Qué es la propiedad? (1840) haber realizado el primer estudio científico en el ámbito de la economía política, pivotará toda su obra en torno a esta pregunta. Si Locke estableció los principios del liberalismo en vincular la propiedad privada a la libertad, Proudhon quebrará el altar sobre el que se colocó ese ídolo y, como es sabido, concluirá que se trata de una apropiación indebida. Pero el filósofo francés no pretendía ser lapidario en su conclusión, ni demonizar sin más el concepto, sino profundizar en algo que consideraba contradictorio. Con su oxímoron, pretendía señalar que la propiedad es una institución que se niega a sí misma, fundada en la contradicción y símbolo de la desigualdad social y política. Gaston Leval afirmará al respecto: “Proudhon negaba el derecho romano de la propiedad, la forma que permite a unos hombres usufructuar indebidamente el trabajo ajeno. Pero la consideraba indispensable en su forma generalizada”. Eso es algo que hay que poner delante de los liberales y su sacralización del concepto de propiedad, la gran premisa moral del anarquismo es su negación de la explotación, de “usufructuar indebidamente el trabajo ajeno”, por lo que está muy claro lo que quiso señalar el francés.
Un falso concepto “libertario” recorre nuestro frágil mundo
Comunicado informativo del CEDALL – año 2025
(Aviso urgente para los recién llegados, notas para los caducos y besos para las perennes…)
1 El CEDALL, es un centro de documentación destinado principalmente a la difusión de la historia del movimiento libertario y antiautoritario del estado español. Quien nos conoce desde hace cierto tiempo o quizás nos consulte en un futuro es consciente de los materiales de información histórica que ofrecemos a los curiosos e interesados en la extensa historia del anarquismo ibérico español durante los siglos XIX y XX.
Seguir leyendo Un falso concepto “libertario” recorre nuestro frágil mundoSocialismo libertario e individualismo solidario
Resulta curioso que, si bien existe una manera de observar la historia del anarquismo en la que está claro que es una corriente socialista, los primeros anarquistas no dudaban en hacer suyos a autores que, tal vez, hoy consideraríamos más cerca del liberalismo (si bien, su crítica furibunda al Estado y a cualquier forma de dominación o, lo que es lo mismo, su naturaleza antiautoritaria se hace muy atractiva). Hay que considerar al anarquismo mucho más que un tipo de socialismo o colectivismo, una especie de filosofía vital que busca la emancipación en todos los ámbitos de la vida y el desarrollo de los valores más nobles del ser humano; por su propia idiosincrasia hace que tenga necesariamente que apostar por un modelo social y económico cooperativo y por dar predominancia a la solidaridad por enciman de cualquier otro valor.
Seguir leyendo Socialismo libertario e individualismo solidario
Libertad liberal versus libertad anarquista
Un concepto clave de la modernidad política es, sin duda, el de la libertad y, más en concreto, el de una libertad individual que ha sido objeto de preocupación, tanto para la filosofía liberal, como para la libertaria. Karl Polanyi, autor de una obra primordial que critica el desarrollo del liberalismo económico en la modernidad, La gran transformación; curiosamente, publicada en el mismo año 1944 que otra obra con conclusiones opuestas, Camino de servidumbre, de Hayek. Polanyi consideraba dos lados contradictorios de la libertad en las sociedades complejas; una negativa, que explotaba a los supuestos iguales, buscaba ganancias ilimitadas sin contrapartidas sociales e impedía los beneficios públicos gracias a la innovación tecnológica, y otra positiva concretada en libertades elementales (de conciencia, expresión, asociación, libre elección…), pero consideradas subproducto del mismo sistema económico que producía las libertades perversas.
Liberalismo radical, individualismo y «anarquismo de derechas»
Para evitar la confusión, recordamos la tradición individualista dentro del anarquismo, muy emparentada con el liberalismo radical norteamericano del siglo XIX; otras ideas recientes en aquella potencia política y económica, que usan falazmente el nombre del anarquismo, para nada tienen preocupaciones sociales ni son verdaderamente antiautoritarias.
Seguir leyendo Liberalismo radical, individualismo y «anarquismo de derechas»