Anselmo Lorenzo es una de las personalidades más destacadas del proletariado europeo, un pionero de las luchas por la emancipación social que, como anarquista consecuente, ni tuvo cargos, ni disfrutó honores, ni gustó del éxito individual. Por eso mismo, constantemente hay que rescatarlo de ese olvido interesado de las clases dominantes y de sus cómplices académicos. Como prueba de su lucidez, reproducimos el que, seguramente, sería su último artículo, en el que disecciona el trasfondo de la Gran Guerra mundial y se mantiene firme en la defensa del ideal libertario. Publicado en 1915 en un número especial de Tierra y Libertad, le acompañaba esta breve nota: “Este artículo lo escribió pocos días antes de morir para publicarlo en la prensa burguesa, lo que no pudo conseguir a pesar de los esfuerzos que hizo”.
Herbert Read, para la administración en una sociedad anarquista, hablaba de sistema equitativo, más que de un sistema legal, y al igual que éste demanda un arbitrio que no implique dominación; habría que dejar a un lado todo prejuicio legal y económico y recurrirá a los principios universales de la razón, determinados por la filosofía o el sentido común.
En la historiografía todavía no está bien resuelto el problema del origen de la definición de “anarquismo” y de “anarquía” en la historia política y cultural de la Europa contemporánea. Si bien el pensamiento anarquista tiene raíces que se hunden en la antigüedad y su relativa definición encuentra un uso frecuente en el debate político en Francia ya en la primera mitad del siglo XIX, es cierto que Seguir leyendo La Comuna de París y los orígenes del pensamiento anarquista: la experiencia de los hermanos Reclus→
José Martínez Ruiz, más conocido por su seudónimo literario de Azorín, fue uno de los escritores más famosos y reconocidos de su tiempo, aunque con el paso de los años su obra haya ido quedando en el olvido popular y cada vez esté más recluida en el ámbito académico; lejos de la popularidad que aún gozan Antonio Machado, Ramón del Valle Inclán, Miguel de Unamuno o Pío Baroja. Como el resto de sus compañeros de la llamada «generación del 98», Azorín tuvo en su juventud una identidad política muy acusada; él fue rabiosamente anarquista aunque en su madurez se convirtiera al más rancio conservadurismo. De ese pásado ácrata, rescatamos este artículo, que se publicó originariamente en La Tribuna de Barcelona el 28 de diciembre de 1906 y que fue reproducido por el semanario libertario Tierra y Libertad en su primer número del año 1907.
Uno de los grandes cambios que veremos en este siglo XXI, que afectará no sólo a la organización social y política de los tiempos por venir sino a la misma concepción del ser humano, es el referido al trabajo y al lugar de la noción de trabajo entre nuestros valores. El estatus del trabajo ha sido central en las sociedades occidentales (medievales, industriales y post-industriales) llegando a constituir Seguir leyendo El trabajo: Una idea-fuerza debilitada→
Hablar de socialismo a estas alturas en la jerga política, es algo que no conlleva una transformación social verdadera. Voy a obviar las dos corrientes estatalistas del socialismo, el llamado «socialismo real», que conllevó desastrosas consecuencias, y la socialdemocracia, o «cara amable» de un siempre dañino capitalismo (al que algunos solo se le ven sus males, como a ciertas enfermedades, cuando afecta al bienestar del primer mundo).
Entre los días 8 y 16 de octubre de 1906 se celebró en la ciudad francesa de Amiens el XV Congreso Nacional de la Confédération Générale du Travail. La CGT francesa era una organización sindical fundada en Limoges en septiembre de 1895, en la que ejercían una destacada influencia los anarquistas, entre los que destacaba Fernand Pelloutier, inspirador en 1892 de las Bourses du Travail. Esa orientación se puso de manifiesto en 1906, cuando el citado congreso aprobó una resolución, conocida popularmente como Charte d’Amiens (Carta de Amiens), que sentaba los principios del sindicalismo revolucionario de inspiración anarquista: el anarcosindicalismo. Animadas por estos mismos principios, en diciembre de 1922, organizaciones sindicales europeas y americanas reconstruyeron en Berlín la Asociación Internacional de Trabajadores (AIT), continuadora de la Primera Internacional bakuninista.
A las puertas de unas nuevas elecciones, donde todo, poco o nada cambiará para que todo siga igual, algunos políticos se llenan la boca de la palabra «socialdemocracia»; ¿sabemos verdaderamente qué significa el término de marras?, ¿tenemos una verdadera cultura política?, ¿alguien se lee, más allá de algún titular, los programas de las fuerzas políticas? (sí, ya sabemos que no los cumple ni el tato, pero ya que tantos insisten en participar en la farsa, que lo hagan a conciencia)
En ocasiones, los planteamientos libertarios o anarquistas y los planteamientos liberales pueden llegar a ser tan similares que se podría llegar a pensar que el anarquismo es una forma de liberalismo sin propiedad privada. Aunque el liberal no solo vela por sus posesiones, sino también por su intimidad, su pensamiento y cualquier otro ámbito de su individualidad. Seguir leyendo LOS ISMOS Y LA EDUCACIÓN→
Dimela Nieuwenhuis es una personalidad peculiar en la tradición libertaria. Nacido en 1846, pastor luterano en la década de los 70, su evolución hacia el anarquismo no puede considerarse gradual. Al parecer, fue cierta crisis de conciencia lo que le hizo cambiar y acabó fundando una revista llamada Reecht vor Allen, desde la que propugnaba un socialismo de carácter ético, fraternal, antibelicista y antiautoritario. No resulta complicado ver ciertos principios cristianos fusionados con el socialismo moderno.
Un espacio en la red para el anarquismo (o, mejor dicho, para los anarquismos), con especial atención para el escepticismo, la crítica, el librepensamiento y la filosofía en general