Howard Zinn, fallecido en 2010 a los 87 años, fue un historiador social y un radical próximo al anarquismo. Una de sus grandes obras fue A People’s History of the United States (edición en castellano con el título La otra historia de los Estados Unidos). Fue, además, autor de infinidad de conferencias y artículos, así como un dramaturgo con obras como Marx en el Soho (reciente versión en Madrid con el título de Marx en Lavapiés) o Emma, que recoge hechos de la vida real de Emma Goldman.
Director: Jonathan Millet Francia-Alemania-Bélgica 2024
La brutal represión en Siria por la dictadura de Bashar-al-Assad, el exilio masivo de población hacia Turquía, Líbano y Europa, las guerras internas con islamistas y kurdos, el tablero geopolítico con Turquía, Rusia, USA, Irán e Israel jugando sus bazas e influencias, han constituido un paradigma trágico durante los últimos 10 años. Esta situación se ha visto sorprendentemente alterada por el paseo militar de los sublevados islamistas (conjunción de Al-Qaeda, ISIS y otros grupos afines) hasta conquistar Damasco y provocar el derrumbamiento del régimen con su máximo dirigente huido a Rusia y un ejército y cuerpos represivos dislocados.
Bertrand Russell (1872-1970) tuvo diferentes intereses, siendo los primeros los matemáticos, y combinándolos después con los filosóficos, históricos y sociales. La evolución filosófica de Russell fue compleja, aunque ello no impide trazar las líneas principales del pensamiento del autor, ya que los cambios fueron debidos seguramente al miedo a llegar a vías muertas o congestionadas.Seguir leyendo La saludable lectura de Bertrand Russell→
La llamada izquierda, sea lo que sea lo que signifique eso a estas alturas, siempre ha tenido una confianza exacerbada en la cultura como herramienta emancipadora. Esta afirmación, que corresponde más bien a la llamada modernidad, hoy que dicen que estamos en una sociedad posmoderna, es digna de ponerse en cuestión. Y no lo digo porque no haya infinidad de militantes progresistas, sea lo que se lo que eso venga a significar, que no crean honestamente que el enriquecimiento cultural genera una nueva conciencia en las personas, lo cual dará lugar a la nueva sociedad y bla, bla, bla. Veamos por qué digo lo que digo. Yo mismo, aunque hubiera sido mucho más feliz de otro modo, que he sido un ingenuo izquierdista y he tenido una serie de descacharrantes inquietudes intelectuales desde temprana edad, muy vinculadas encima a la reflexión política, me he encontrado con un muro de hormigón cuando he tratado de profundizar en según que cosas y he corrido alborozado a mostrarles la luz a los demás. Cuando digo los demás, no me refiero a un minoría a modo de vanguardia intelectual, no, me refiero al pueblo llano (que uno ha tratado a veces).
Redes Libertarias (RRLL): ¿Cuándo surge el ateneo Al Margen?
Ateneo al Margen (AAM): Aunque el Ateneo empieza a programar actividades abiertas al público a partir de 1986, lo cierto es que el proyecto se va materializando ya en los años previos. Como primera referencia se puede citar la realización de la Semana Cultural de CNT (cine Alameda, 1980) por un grupo de militantes anarcosindicalistas de Valencia, cuyo núcleo organizativo también estaría en el nacimiento de Radio Klara en 1982. Los impulsores de estas iniciativas toman contacto con otras personas del ámbito libertario valenciano (unas de CNT, otras no) con el propósito de fortalecer el colectivo y dotarlo de un local estable y amplio, donde se puedan desarrollar el máximo de actividades de tipo cultural y artístico, al mismo tiempo que sirva de espacio para la difusión de las ideas anarquistas.
Paul Goodman insistía en las condiciones «deshumanizadoras» de la sociedad moderna, ya que la presión social y tecnológica acaba determinando nuestra conducta; es lo que denominaba un proceso (negativo, claro está) de socialización. Si la ciencia social se ocupa de la tensión entre la condición humana y las instituciones, esforzándose por lo tanto en ser siempre práctica y política, en la sociedad ideal existirá poca ciencia social, ya que las instituciones realizarán y promoverán las facultades humanas.
La obra de Ursula K. Le Guin (1929-2018) es reconocida por sus aportes literarios en la ciencia-ficción, como es el caso del llamado ciclo de Ekumen (a la que pertenece la famosa novela Los desposeídos).
Son conocidas las simpatías de Le Guin por las ideas anarquistas, a las que ha definido como las más humanas, complejas e interesantes de todas las teorías políticas.
No ha sido fácil ‘cocinar’ esta entrevista. A Cristina Morales (Granada, 1985) le mandas un mail y te lo puede responder diez días después, algo inaudito en la época de la hipercomunicación acelerada. Del whatsapp prefiere no saber nada. Y de las llamadas… No parece que haya ni descortesía ni cálculo en su blindaje sino simplemente una inspiradora manera de estar en el mundo, que no comulga con muchas de nuestras interiorizadas rutinas y que, con valiente coherencia, lo hace saber.
La salud y la enfermedad no están distribuidas de manera uniforme en la población, ni en la dimensión de lo físico ni en la dimensión de lo mental. Hay una disparidad considerable entre las clases sociales y también entre los géneros. Alguien que nace en la clase social más alta vive una media de siete años más, aproximadamente, que alguien que nace en la clase social más baja.1 La falta de educación (sobre todo sanitaria), trabajar muchas horas y hacerlo en condiciones estresantes o peligrosas, el aislamiento y la exclusión social, la contaminación, la alimentación basura, el desempleo, la pobreza energética, la falta de aplicación de las normas de seguridad en el trabajo, el consumo excesivo de tabaco, alcohol, drogas, la asistencia médica insuficiente, todo ello evidentemente afecta a la salud, no solo física sino también mental. Las personas sometidas a carencias y desventajas necesitan tener una constitución más sólida de base, una capacidad mucho más elevada de tolerar la frustración, para conservar su equilibrio psíquico.
A propósito del reciente éxito, de crítica y público, de la película La infiltrada, cuya crítica abordaré más adelante, resulta interesante analizar, aunque sea de manera somera y sin ánimo de exhaustividad, cómo ha tratado el cine la temática del terrorismo de ETA relacionado con el contexto político de cada época. Como no podía ser de otra manera, es con la muerte del dictador Franco y la llegada de la denominada Transición cuando se produce cierta libertad, no sin problemas, para producir films políticos controvertidos. No puede dejar de mencionarse Operación Ogro (1979), coproducida con Italia y dirigida por Gillo Pontecorvo -que ya nos había regalado un estupendo film político como La batalla de Argel– sobre el atentado que acabó en 1973 con la vida de Carrero Blanco, presidente del gobierno en el tardofranquismo, y que tantas teorías alternativas sobre su verdadera autoría ha producido -así como sobre especulaciones sobre la continuidad del franquismo, o no, si no hubiera desaparecido esta figura-. Sin duda, se trata Operación Ogro de una producción importante, que recoge, no solo la reconstrucción del atentado, también el debate entre aquellos que abandonaron la lucha armada tras el fin de la dictadura y los que decidieron continuarla al considerar que poco había cambiado, pero he de reconocer que en su momento se me atragantó lo que quise ver como una loa al nacionalismo vasco. No obstante, merece una revisión.
Un espacio en la red para el anarquismo (o, mejor dicho, para los anarquismos), con especial atención para el escepticismo, la crítica, el librepensamiento y la filosofía en general