Archivo de la etiqueta: Individualismo

PERSONA INDIVIDUO ANARQUISMO

Sobre las nociones de persona e individuo con una perspectiva libertaria

Individuo, como la propia etimología de la palabra indica, alude a lo indiviso e indivisible. Porfirio, con una visión muy influyente en la época medieval, dio una definición de individuo como entidad singular e irrepetible, que posee unos atributos propios. En la era moderna, ha habido visiones más dispares sobre la noción de individuo, pero en general ha existido la tendencia a considerarlo como algo singular. Por ejemplo, Leibniz destacó la singularidad de cada individuo de forma extrema, aunque encontramos otra visión en Spinoza al querer ver que los entes singulares son modos de una sustancia única.

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VOLTAIRINE DE CLEYRE

Voltairine de Cleyre

Voltairine de Cleyre (1866-1912), una mujer estadounidense algo olvidada dentro del rico universo libertario, una activista y escritora de gran talento. Su nombre, por cierto, se debe a que su familia era de origen francés y su padre era un gran admirador de Voltaire. En un primer momento, si bien coqueteó con otras ideas, sería por ejemplo admiradora de Thomas Paine, uno de los representantes más progresistas del liberalismo en Estados Unidos, pero sería la ejecución de los llamados mártires de Chicago uno de los factores que la llevó al anarquismo y a colaborar con Benjamin Tucker en su periódico Liberty; como muestra de su visión libertaria amplia, fue también una gran admiradora de Thoreau. De 1889 a 1910, permanecería durante la mayor parte del tiempo en Filadelfia y allí conocerá a James B. Elliot, librepensador, con el que tendrá un hijo. Ejerció de profesora, traductora y propagandista anarquista en los círculos judíos, con innumerables escritos, una labor que se ha comparado a la de Rudolf Rocker.

Se ha señalado a Voltairine como la otra gran mujer, junto a Emma Goldman, dentro del anarquismo estadounidense. Sin embargo, no podían ser personas más diferentes y, podemos aceptar a priori, pero más adelante veremos que el asunto tiene muchos matices, que ambas representen dos tendencias dentro del anarquismo, aparentemente antagónicas, pero obligadas a entenderse, como son el anarcoindividualismo y el comunismo libertario. Emma escribió un artículo donde describió a Voltairine como “la mujer anarquista más dotada y brillante que ha producido América”, describió sus vidas y esfuerzos como unidas a menudo por la causa libertaria, a veces en armonía y otras en oposición.

A su vez, Voltairine defendió a Emma Goldman de manera enérgica aun aceptando sus diferencias; de hecho, como podemos observar en la entrada de Wikipedia, algo tendenciosa, frente al comunismo de Goldman, ella se definió como defensora de la propiedad individual, algo muy propio de la tradición estadounidense, pero donde tal vez pueden hallarse ecos de Max Stirner. Al mismo tiempo, consideró Voltairine que la competencia no sería nunca anulada del todo por la cooperación e incluso sería bueno que así fuera, algo que recuerda a la filosofía de Proudhon y sus antinomias en equilibrio permanente sin una instancia superadora (como en la dialéctica hegeliana y marxista). A pesar de todas esas afirmaciones, como veremos más adelante, el pensamiento de Voltairine irá oscilando hacia otros derroteros dentro del universo libertario; lo que sí puede decirse, de esta autora y del anarquismo en general, es que no creía en nada preconcebido a nivel social y que los diferentes modelos libertarios, en ausencia de una autoridad coercitiva, deberían ser puestos en práctica y demostrarse así cuál es más efectivo.

Habrá quien esté tentado de incluir a la figura de Voltairine de Cleyre en esta tradición ultraliberal, ese supuesto individualismo norteamericano que llega hasta la actualidad con esa aberración de los libertarians y esa falacia del anarcapitalismo; desgraciadamente, hay toda una apropiación actual de lo libertario, en incluso del anarquismo, pero por supuesto poco o nada que ver. Volviendo a la figura que nos ocupa, Voltairine puede catalogarse de anarquista sin ninguna duda, ya que apostaba por la libertad en sentido amplio y estuvo al lado siempre de los más humildes y oprimidos, creyó siempre en la emancipación de las clases más baja a través de la cultura; como veremos, enseguida, tendrá además una evolución ideológica que dificulta etiquetarla sin más.

Bien es cierto, tal y como aclara David Martín Sánchez, autor del reciente libro Voltairine de Cleyre. La perla del anarquismo, es que si con frecuencia se considera esta figura dentro del individualismo es por haber considerado siempre que al comunismo le faltaba la intimidad; como es lógico, criticaba toda concepción socialista paternalista y burocrática, que anulara el desarrollo y la libertad individuales.

Como buena anarquista, Voltairine defendía la igualdad y la emancipación femenina por cauces diferentes a los de las sufragistas de su época. Coincidía con Emma Goldman en concebir el matrimonio como una prisión para la mujer, aunque al parecer fue más allá todavía y acabó criticando incluso la unión libre, ya que consideraba que la convivencia en ese sentido anulaba el desarrollo vital e intelectual del individuo. No obstante, insistimos, aunque se podría calificar a esta mujer como partidaria del anarcoindividualismo en un primer momento, proclive a un mutualismo proudhoniano que dio tanto juego en el siglo XIX en Estados Unidos, ya hemos dicho que sufrió una considerable evolución y luego, sin tal vez abrazarlos, comprendió también los postulados del comunismo libertario. Puede decirse que se adhirió finalmente a un anarquismo sin adjetivos del estilo de Ricardo Mella o Tarrida del Mármol combatiendo toda etiqueta.

De hecho, algo primordial en su evolución, en 1897 Voltairine hará un viaje a Gran Bretaña donde permanecerá durante cuatro meses y se entrevistará con Louise Michel, Rudolf Rocker, Max Nettlau y Kropotkin, que definirá como uno de los grandes hombres que había dado Rusia al igual que Tolstói. Otro hecho, semejante al de los mártires de Chicago, que le impresionó enormemente y que provocará quizá otro giro en su pensamiento fue conocer a anarquistas españoles que habían sido torturados en Montjuic. Era así hasta el punto que pasará de un anarquismo tolstoiano, más bien radicalmente pacifista, a ser partidaria de una acción directa y, si no a justificar, a comprender a veces ciertos actos violentos desesperados por parte de los libertarios. En 1911, conoció también la Revolución Mejicana, y el pensamiento de Ricardo Flores Magón, entusiasmándose con todo ello, iniciando una gran campaña de apoyo y escribiendo de manera regular en el periódico Regeneración del propio Magón.

Hay que decir que en 1902 sufrió un atentado por parte de un antiguo alumno, donde al parecer entraron en juego temas personales de celos, por lo que quizá hoy lo catalogaríamos de crimen machista o de género. El atentado debilitó aún más su frágil salud, con diversas enfermedades crónicas, y Voltairine murió joven en junio de 1912. Desconocemos como hubiera seguido evolucionando, a diferencia de Emma Goldman, que vivió la Revolución rusa y la revolución española durante la guerra civil. Aun así, creemos que su figura merecer ser recordada dentro del rico universo anarquista.

Capi Vidal

ANARQUISMO PHILIPPE CORCUFF

Los espacios plurales de diálogo libertario de Philippe Corcuff

Resulta poco habitual que alguien evolucione desde espacios de la socialdemocracia hasta el anarquismo, mucho más frecuente es la evolución contraria. Solo por eso ya me interesó leer a Philippe Corcuff [1] y no me ha decepcionado. Escribe desde la sociología y la filosofía política pero no esquiva el activismo político, en 2013 ingresó en la Féderation Anarchiste en Francia, se define como «activista altermundista y libertario». Forma parte de un espacio online interesante: http://www.grand-angle-libertaire.net/

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Stirner, sobre el único y su propiedad

Recuperamos unos textos sobre un autor, tan incómodo, como fascinante: Max Stirner y su espectacular obra El único y su propiedad; los anarquistas, de forma lúcida en nuestra opinión, han reivindicado a un pensador que nunca se consideró como tal, y que incluso en algunos aspectos puede considarársele opuesto a algunas de las propuestas libertarias, pero que apostó por algo muy valioso: el máximo desarrollo personal, criticando toda abstracción que lo entorpeciera.

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Anarquismo individualista en España durante la Dictadura de Primo de Rivera y la Segunda República.

Banderas e identidades colectivas

Uno posee una profunda aversión por las banderas, los himnos y toda suerte de símbolos de identidad colectiva; soy consciente de que exagero, pero es más fuerte que yo, y creo que nunca mejor dicho. Esto es extensible, ya que uno es coherente hasta la extenuación en sus manías, a la cuestión ácrata. Es más, hace muchos años, cuando el que suscribe era joven e ingenuo (sigo siendo ambas cosas, por supuesto), participó en la creación de una publicación libertaria y no se me ocurrió otra cosa que proponer el bonito nombre Sin bandera. El caso es que la revista duró unos cuantos números, con esa misma denominación de cabecera, pero el asunto no estuvo exento de polémica, ya que hay quién afirmó con rotundidad que, por supuesto, los anarquistas también tienen bandera. Leo un artículo reciente, en la imprescindible publicación libertaria actual Todo por hacer, en el que se sostiene que es un pensamiento erróneo muy extendido creer que los ácratas no entienden de banderas ni estandartes, ya que sencillamente son símbolos que representan a una comunidad de personas organizadas con unos intereses comunes, pero no necesariamente a Estados-nación ni a ningún tipo de idea autoritaria o grupo basado en alienantes identidades colectivas. Para exponer su argumentación, el texto abunda en dispares ejemplos más o menos libertarios y no solo en la bandera negra o rojinegra: la Comuna de París, la Makhnovia en Ucrania, Rojava en el Kurdistán, comunidades zapatistas en México o las mismísimas colectividades españolas de 1936.

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Anarquismo social o anarquismo como «estilo de vida»

Anarquismo social o anarquismo personal. Un abismo insuperable es un libro de Virus, que recupera un texto de Murray Bookchin de 1995. El ensayo fue escrito en un momento, tal y como el autor considera, en el que el anarquismo se encontraba en un punto de inflexión dentro de su larga y agitada historia. Aunque discrepemos con algunas de las cosas que Bookchin sostiene, estaremos de acuerdo en esencia en que las ideas anarquistas son, y deben ser, eminentemente sociales.

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Socialismo e individualismo en Oscar Wilde

Que Oscar Wilde es un gran escritor no creo que lo dude nadie, pero que no es tan conocido su pensamiento tan cercano al anarquismo parece también un hecho. En su texto El alma del hombre bajo el socialismo comienza realizando una declaración de intenciones en contra de la explotación del trabajo ajeno («esa sórdida necesidad de vivir para los demás», lo expresa Wilde con retórica propia). Pero el atrevimiento del irlandés va más allá, y resulta de plena actualidad su análisis, denunciando una sociedad en la que no solo se permite la pobreza, sino que se la mantiene viva con supuestos actos Sigue leyendo

Ayn Rand, el anarquismo, lo libertario y la confusión política

Leyendo a Ayn Rad, uno se pregunta cómo es posible que alguien la haya querido acercar, aunque sea mínimamente, a lo libertario; la cuestión resulta jugosa en una sociedad actual en que no se favorece, precisamente, el conocimiento filosófico y político.

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Anarquismo: Organización vs. autoridad

La organización, elemento siempre considerado en la filosofía anarquista como imprescindible para la revolución, ha tenido también su contraparte en quienes piensan que todo tipo de organización afecta la libertad del individuo haciendo de él un ente que no cuenta en la organización. No ha sido poca la tinta que ha Sigue leyendo