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SERVIDUMBRE VOLUNTARIA ANARQUISMO

La servidumbre voluntaria

Ya habréis adivinado por el título que voy a hacer referencia al texto de Étienne de La Boétie[1], un texto que he leído muchas veces, la última hace un par de semanas. Volví a leerlo porque me asombra ver a partidos políticos que dicen que la política es negociación y pacto y que eso justifica el decir sí a lo que ayer dije que no, haciendo de «la necesidad virtud». No importan las promesas hechas en campaña electoral, se dicen muchas cosas para atraer el voto y todo el mundo lo sabe y lo comprende.

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SARTRE CAMUS ANARQUISMO

El lamentable efecto Sartre

A mediados del baqueteado siglo XX, los filósofos Jean Paul Sartre y Albert Camus se enzarzaron en una polémica irresoluble, que alcanzó su momento álgido cuando la revista Les Temps Modernes, que al parecer reflejaba el pensamiento y las intenciones políticas del inefable Sartre, publicó una crítica devastadora y maledicente sobre la gran obra de Albert Camus El hombre rebelde. En dicha reseña, firmada por un tal Francis Jeanson, pero auspiciada por la tantas veces valorada Simone de Beauvoir, se negaba hondura intelectual a un libro que hoy, afortunadamente, se considera uno de los grandes de su tiempo. Hay que decir que Camus, que se acercaría paulatinamente a los valores libertarios, provenía igualmente del comunismo, pero nunca justificó los desmanes del socialismo autoritario. Sartre, conocedor por supuesto de las atrocidades del estalinismo, sobre las que él mismo acabó reconociendo que mintió en alguna ocasión, no creía en tercera vía alguna y ponía su foco crítico en un capitalismo que sumía a la mayor parte de la humanidad en la pobreza, la ignorancia y la explotación. Según una lógica atroz, sería necesario el sacrificio de innumerables personas en los llamados regímenes socialistas en aras de un supuesto paraíso futuro sin clases. Camus, junto a los anarquistas, se mantuvo fiel a unos principios morales y nunca justificó medios inicuos ni dictadura alguna, fuera fascista o comunista, cuyos resultados represivos y totalitarios fueron muy similares.

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Lo imprevisible

Los medios y los fines constituyen una unidad. Alguien se preguntará: «¿para qué luchar si ya soy libre?» .Y la respuesta es «Sólo es libre quien lucha. La muerte es el cese de toda necesidad, de todo conflicto». Pero la finalidad nunca se alcanza, puesto que la fuente fluye constantemente, empujando al concepto a nuevos horizontes. Si la libertad de la que se parte, no contiene ya la libertad a la que se aspira, el viaje es inútil, queda frustrado. Lo admisible ayer u hoy, no tiene por qué ser admisible mañana. En caso contrario, se impugnará totalmente la autonomía y capacidad de decisión e influencia de los individuos en la historia. La «disciplina» del libertarioa nace de la convicción interior, no de las soflamas o consignas de un ente político jerárquico situado en un «afuera» y presuntamente provisto de una clarividente perspectiva de conjunto de la realidad. Lo que la izquierda no puede entender y lo que jamás le perdonará a la anarquía es que ésta pretenda derrocar a toda autoridad por roja que se proclame. La lección más interesante de la revolución española de 1936 desencadenada por el estallido de la guerra civil son las comunas campesinas y, en sentido inverso, la burocratización y el gubernamentalismo de los que se postularon como dirigentes y representantes de la CNT. Surge así la cuestión de si, indefectiblemente, cualquier movimiento de masas, los espoleados por la lucha contra el poder inclusive, no acaba siendo partícipe de la lucha por el poder. Una lucha por el poder para la que la CNT no estaba aleccionada, porque esa es el ámbito de acción específico de toda organización jerárquica (los partidos políticos y su pugna por el dominio del estado). De esta manera, la CNT quedó en tierra de nadie, con unas bases revolucionarias y reacias a la colaboración y unos líderes poco aptos, pese al empeño que pusieron, para la lucha política tradicional, lo que quedó trágicamente expuesto en los hechos de mayo del 37 en Barcelona.

Puesto que, al margen de derrocar a toda autoridad, la anarquía no es un programa político. No dice como ha de ser la sociedad ni en cuatro años ni en veinte. La imprevisibilidad del futuro es la fuerza motora libertaria y a la vez, el aspecto más desconcertante para las gentes, acostumbradas a delegar su voluntad política y, por lo tanto ,su capacidad de influir en acontecimientos venideros. Toda una estirpe de especialistas -políticos, economistas, científicos, banqueros, burócratas- programan y planifican basándose en la pasividad de las masas y en la apropiación ilegítima de la autonomía individual y colectiva. Pero en una hipotética sociedad libertaria, ¿quién se atreve a afirmar que fórmulas organizativas van a desarrollar los individuos y los pueblos cuando todo el mundo tenga la posibilidad de participar en su construcción? Dentro de los  anarquismos, existe desde el clásico obrero del anarcosindicalismo intentando infructuosamente concienciar a las masas, al individualismo solidario insurreccional, pasando por el -para mí, ilusorio- municipalismo libertario (propugnando una participación limitada en el sistema para socavarlo desde dentro, se obtiene que  la participación en las elecciones municipales refuerzan el sistema democrático y forzarían mayormente al apoyo a partidos de izquierda como «mal menor») o el anti tecno-industrialismo de un Theodore Kaczynsky , el anarcoprimitivismo o el anarquismo postizquierda. Todas las corrientes tienen en común su antiautoritarismo, pero difieren bastante en sus teorías, medios y métodos. Hay quien piensa que la ciencia y la tecnología son básicamente neutrales y que bien orientadas pueden servir a la causa de la emancipación y quien las  encuentra intrínsecamente nocivas para el ser humano, causantes de su esclavitud. Desde por lo menos los ludditas, que en los albores de la civilización industrial destruían las máquinas y las fábricas que los forzaban a convertirse en proletarios hasta la exaltación del trabajo como bien preciado y orgullo del individuo que podemos encontrar en el anarquismo decimonónico, estas contradicciones se han ido actualizando y agudizando hasta el presente. Lo apasionante del presente es el futuro, o lo apasionante del futuro es el presente.

V.J. Rodríguez González

Tomado de https://www.portaloaca.com/opinion/lo-imprevisible/

Marx y los anarquistas

El anarquismo, aunque tenga una extensa prehistoria, nace en la primera mitad del siglo XIX; por lo tanto, al igual que el marxismo, es consecuencia de la Revolución francesa, del triunfo de la burguesía, de la formación de la clase obrera y del desarrollo del capitalismo industrial. Por muchos precedentes que podamos señalar, no podemos hablar de anarquismo explícito antes de Proudhon; dejaremos para más adelante, la primera y significativa controversia que tuvo este autor con Marx.

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ACRACIA ANARQUISMO NIHILISMO

Hablando de libertad (con cierta ira)

Resulta ya extremadamente preocupante, y será cosa de la «involución intelectual» que diría una amiga mía, cómo calan los discursos abiertamente simplistas y grotescos. Es posible que uno de los años colaterales que ha hecho el socialismo estatista, una de cuyas variantes en versión totalitaria es lo que el imaginario popular entiende por comunismo a estas alturas, está en el hecho de que gobernantes que deberían ser vistos como lo que son, inicuos e irrisorios, se llenen la boca de libertad sin asomo alguno de vergüenza. Comunismo o libertad, que dijo la indescriptible tipa que preside la capital de este inefable país, llamado Reino de España, y es la libertad que repite sin sonrojo un esperpento como el nuevo presidente de la pobre Argentina. Libertad, para esta gente, es todo lo que no guste a su liberalismo insolidario, usando el subterfugio constante de rechazar la opresión estatal, ellos que están al frente de gobiernos, y alabando el esfuerzo individual sustentado en sálvate tú mismo explotando a los demás. Es especialmente terrible que infinidad de jóvenes, que acabarán siendo carne de cañón en sociedades basadas en la explotación laboral, compren sin rubor el discurso de esa libertad basada en el emprendimiento, en la acumulación de riqueza y en una meritocracia, que también resulta falaz en la práctica.

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Entrevista a Rafael Buhigas: «Queda mucho por saber para poder afirmar en qué medida los gitanos aportaron al movimiento anarquista algunos de sus saberes y conocimientos»

Rafael Buhigas es graduado en Historia por la Universidad Complutense de Madrid y Máster Interuniversitario en Historia Contemporánea por este mismo centro. Recientemente ha publicado el ensayo Una reflexión sobre el anarquismo gitano (Calumnia Edicions, octubre 2023), que aborda la relación entre los gitanos y el anarquismo.

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Este es el jodido camino

De resultas de mis despotriques contra la religión, la religiosidad, la espiritualidad y cualquier cosa que no sea física pura, un colega muy querido y que está como una puñetera cabra, me manifiesta que no puedo entender la Pachamama, porque es un concepto muy profundo. Mucho profundo… Según he conseguido entender de lo que me cuenta, los ríos, montañas, mares, la tierra, son seres vivos (sagrados, divinos, santos). Pachamama representa la idea de una madre tierra fértil y benevolente que provee sustento y vida a todas las criaturas… Menos a las que son comidas, o  mueren en el parto (digo yo). Y yo, cuando se me inflama la próstata (también santa –supongo–), lo tengo que ver como un desajuste en mi espíritu, probablemente por actividades poco sanas. La enfermedad es una manera que tiene la Pachamama, de decirme que estoy haciendo algo mal, o sea, demasiada droga me dice el tío. El desequilibrio natural.

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El poder político y el desarrollo cultural

Aunque no siempre lo veamos expresado de esa manera, no podemos estar más de acuerdo con Rudolf Rocker, el anarquismo es la gran síntesis entre liberalismo y socialismo. Las dos grandes corrientes producidas a partir de la Revolución francesa confluyen en el ideal libertario. Ello se produjo cuando determinados autores observaron que «la cuestión social» no se resuelve con cambios de constitución ni de gobierno, y sí llegando al fondo del problema.

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ACRACIA ANARQUISMO NIHILISMO

¿Marxismo cultural?

La posmodernidad es una época peculiar que nos ha traído cosas buenas y algún que otro disparate; entre estos últimos, repliegues de fundamentalistas de diversa índole, reaccionarios o modernos proclives al dogmatismo, junto a otras cretineces varias. Mencionaré a los comunistas originados en Marx, y filtrados por Lenin, que se empecinan una y otra vez en acudir a las sagradas escrituras para llevar a la práctica algo que, sencillamente, ha sido un fracaso. Ni asomo de emancipación obrera, más bien una triste y cruel sociedad totalitaria. No seré yo el que niegue la brillantez en tantos aspectos del pensamiento marxista, pero tomado el mismo como doctrina «científica» y llevado a la praxis política ha sido un despropósito, con algunos logros, pero con demasiado coste humano. De hecho, los autores marxistas que más me han interesado han sido, en mi nada humilde opinión, los que se han acercado a las ideas libertarias en aras de la muy deseada liberación social. Pues sí, la crítica que los antiautoritarios hicieron a Marx y Engels en el siglo XIX era y es perfectamente válida; el ser humano necesita, al menos, un margen de libertad para llevar a cabo su proyecto de vida. Y sí, soy consciente de que la libertad es un concepto complejo, muy condicionado por demasiados factores, pero todos sabrán a lo que me refiero. No podemos observar la historia de modo lineal, ni marcada exclusivamente por la lucha de clases, las condiciones económicas y los modos de producción, algo que a estas alturas parece una obviedad. Mucho menos, que esa suerte de teleología nos conducirá al socialismo y, finalmente, al deseado comunismo con el fin de la explotación de unos sobre otros.

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PALESTINA GAZA ISRAEL

Hola ¿A cuántos muertos está el Estado hoy?

Leía hoy en la prensa que la ONU declara que ya van 25.000 muertos en la guerra del Estado de Israel contra Hamás, un 80% de ellos mujeres y niños. O sea, 20.000 mujeres y niños, que hay que suponer que no eran combatientes de Hamás, aunque lo mismo había algún bebé que ya estaba alistado en la milicia. Allá vamos. Es decir, que si el 80% de los muertos son no-combatientes, puedo suponer y supongo que el 80% de las 5.000 víctimas masculinas, es decir, 4.000 hombres eran también no-combatientes. Y eso nos lleva a concluir dos cosas: que los combatientes de Hamás son endiabladamente escurridizos, y que es mucho más seguro estar alistado en el ejército que ser un no-combatiente.

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