Archivo de la categoría: Anarquismo en la historia

Apropiaciones indebidas

Los primeros usos en castellano de la palabra libertario como sinónimo de anarquista pueden rastrearse en la prensa peninsular de la última década del siglo XIX. El 20 de marzo de 1892, La Correspondencia de España publicó una nota firmada por R. Blasco y titulada «Conversación con un anarquista» en la que se mencionaba una agrupación parisina llamada «los Libertarios». Es muy posible que existan apariciones anteriores en periódicos o, quizás, en traducciones. Al parecer, el primer diccionario en castellano que consigna el término es el Nuevo diccionario enciclopédico ilustrado de la lengua castellana de Miguel de Toro y Gómez, publicado en 1901: «Libertario: Partidario de la libertad absoluta, anarquista».

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El anarcosindicalismo frente a los malos tiempos

Ha llegado pues el momento de concretar y definir el sindicalismo
de nuestro tiempo situándolo en la posición exacta que le
corresponde frente a su adversario el capitalismo.”
Pierre Besnard, Los sindicatos obreros y la revolución social, 1930.

Cuando finalizó la Segunda Guerra Mundial, el anarcosindicalismo era poco menos que una reliquia histórica, testimonio de los mejores días de un proletariado orgulloso y ajeno a la normativa de la sociedad capitalista. Su reaparición en el Estado español durante los pasados años setenta fue consecuencia del desarrollo durante el tardofranquismo de un movimiento obrero autónomo, que se organizaba en asambleas, nombraba delegados con mandato imperativo y empleaba piquetes para informar y defenderse. Ignorando toda la legislación antilaboral de la dictadura, ejercía sus derechos mediante la acción directa, la ocupación de fábricas, los piquetes de extensión y la huelga salvaje. A pesar de todo, la contraofensiva conjunta del Estado, los partidos políticos y el empresariado, mediante elecciones sindicales, logró imponer un nuevo sindicalismo de concertación vertical que heredó tanto las estructuras laboralistas del franquismo, como su función neutralizadora e inmovilista. Precisamente, con el fin de evitar que las centrales burocráticas legalizadas, apoyadas por la patronal y los partidos, acapararan y usurparan la representación de la clase obrera, la mayoría del movimiento asambleario se organizó en sindicatos independientes, parte de los cuales adoptaron las tácticas y los fines de la ideología anarcosindicalista. Las causas del fracaso de esta jugada estratégica habría que buscarlas en el trabajo de zapa de las susodichas centrales, en la reconstrucción fallida de la CNT y, sobre todo, en el propio proletariado.

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Como resolvía la Revolución el tema de los menores no acompañados

LA REVOLUCIÓN QUE SE PUSO EN MARCHA a partir del 19 de julio de 1936 atendió muchas necesidades poco conocidas y que forman parte de lo que hoy denominamos «cuidados» colectivos.

Tiempo habrá para hablar de las colonias que la CNT-FAI y Mujeres Libres pusieron en marcha y lo que estas colonias supusieron desde el punto de vista revolucionario. Cuando se afirma que otros mundos son posibles, lo son porque lo fueron y, además, en plena Guerra Civil, es decir, en las peores condiciones posibles.

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El concepto de libertad en las ideas anarquistas

La libertad es, para la filosofía anarquista, su tema central; de ahí que se haya dado en llamar libertaria. Para el anarquismo, la libertad constituye una conquista vital y social; la cuestión no es tanto que el ser humano sea libre de forma innata, sino que precisamente encuentra los caminos para ejercer su libertad porque es la característica primordial de su existencia. Seguir leyendo El concepto de libertad en las ideas anarquistas

Pensar el materialismo anárquico

I. Introducción: Hablar de la cosa misma

Podríamos quedar para hablar de Platón y sus teorías sobre el mejor gobierno, podríamos entonces leer y comentar la tesis de los filósofos-reyes de la República, luego leeríamos El Político, donde habría cambiado y sostiene que el gobernante es un hombre común y no un sabio, para terminar, leyendo Las Leyes, donde volvió a cambiar y ya defiende que no han de gobernar los seres humanos sino las leyes, porque tienen algo de divino. Leeríamos y comentaríamos entonces tres diálogos, dos de ellos sus más extensos, unas 2.000 páginas quizás en total, viendo como a lo largo del tiempo el filósofo cambiaba de opinión. Y aun después de eso no habríamos empezado a hablar de la cosa misma, es decir, sobre cuál sea el mejor gobierno que podamos nosotros pensar.

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Redes Libertarias entrevista al CIRA de Marsella

Sabemos que el Centro Internacional de Investigaciones sobre el Anarquismo (CIRA) Marsella fue creado en 1965 como una sucursal del Centro de Ginebra. ¿Cuáles eran sus objetivos al fundar este Centro?

En 1965, el historiador René Bianco (1941-2005) creó el CIRA de Marsella. Frecuentaba desde algún tiempo el CIRA de Ginebra (que luego se trasladará a Lausana). Enviaba a Suiza todo lo que encontraba. Después de un cierto tiempo, tenía numerosos documentos duplicados. Decidió entonces, con algunos compañeros, crear un CIRA en Marsella. Su objetivo era salvar todos los documentos anarquistas y evitar que las familias de los compañeros los tiren a la basura cuando sus padres habían fallecido.

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El Centro Internacional de Investigación sobre el Anarquismo de Marsella

El CIRA (en sus siglas en francés) fue fundado en Marsella en 1965 por un puñado de activistas anarquistas entre los que se encontraba René Bianco (1941-2005).

Originalmente era una sucursal del CIRA de Lausana, fundado en 1957. Luego el CIRA de Marsella se hizo autónomo.

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Luigi y Luce Fabbri, dos generaciones de personas libres

«La anarquía, en el significado más amplio de la palabra, es realizable siempre, con diversidad de grado, y se realiza tanto más cuanto menos se contenta uno con la realidad ya adquirida», así se expresaba Luigi Fabbri para tratar de alentar a las personas de su entorno en un pésimo momento, después del primer gran conflicto bélico en el siglo XX. Fabbri (1877-1935), como tantos anarquistas, tuvo múltiples facetas a lo largo de su vida para contribuir al ideal, principalmente la de escritor y educador, además de ser un incansable militante; fue un habitual colaborador de la prensa anarquista en Europa y, también más tarde, en Sudamérica: director de Umanità Nova, coeditor de L’Agitazione, colaborador de Universitá popolare… Muy joven, conoció las prisiones italianas, en las cuales pasará muchos años, como tantos otros militantes anarquistas. En diversos momentos de su vida, se negó a asumir el papel de líder revolucionario manteniéndose con ello fiel a sus ideas libertarias. Desde 1897, año en que conoció a Malatesta, le unió a él una gran amistad y una confluencia de pensamiento dedicando una de sus últimas gran obras al estudio de la vida y las ideas del que llamaba su maestro. De hecho, al parecer, el propio Fabbri se consideraba un divulgador del pensamiento malatestiano, aunque hay quien le considera un pensador original distanciado de su maestro en algunos aspectos. Ambos, en cualquier caso, tras vivir el fascismo, el nazismo y la deriva de la Revolución rusa, les unió una repugnancia sobre los medios violentos, los cuales identificaban con la metodología autoritaria. A partir de 1922, con el ascenso del fascismo en Italia, la situación para los anarquistas fue muy complicada; en 1926, se obligó a los docentes a jurar fidelidad al régimen fascista y Fabbri, como profesor de escuela primaria, se negó, algo que le obligó al exilio a Francia. Tras ser expulsado también del país galo y pasar por Bélgica, se dispuso a partir para Sudamérica. En Uruguay, se dedicó sobre todo a la actividad periodística, pero destaca su labor en el periódico anarquista La Protesta, de Argentina, aunque también siguió ejerciendo de profesor. En septiembre de 1930, un golpe militar llevó a la dictadura en Argentina y toda actividad obrera fue prohibida, especialmente la anarquista, por lo que las instalaciones de La Protesta fueron clausuradas y destruido su material. Será Uruguay, un país donde se respiró un aceptable aire de libertad hasta el golpe de Gabriel Terra en 1933, donde pasará los últimos años de su vida.

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Hacerse uno mismo con los demás: ética y estética anarquista

«No nos debería concernir en absoluto la pregunta de por qué el ser humano existe, por qué ‘el ser humano’ existe: ¡pero pregúntate a ti mismo por qué existes tú: y si no encuentras respuesta, entonces construye tus propias metas para ti mismo, elevadas y nobles metas, ¡y sucumbe en el intento de alcanzarlas! No conozco mejor propósito en la vida que el de perecer en el intento de alcanzar algo grande e imposible»1.

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El diablo y la anarquía

El anarquismo ha sido vinculado a cuanta maldad en el mundo se haya podido encontrar, por un proceso curioso de inversión, quienes han tenido los mejores y mayores ideales de emancipación y libertad para la humanidad han sido tenidos por los más malos desde el mundo del Orden, de Dios y del poder dominante de cada momento. Tanto que incluso se le ha acusado de ser un movimiento satánico.

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