Archivos de la categoría Anarquismo en la historia

El ateísmo de Emma Goldman

En un breve ensayo, recopilado por Christopher Hitchens en el libro Dios no existe (The Portable Atheist), Emma Goldman nos habla de su filosofía del ateísmo. Echemos un vistazo a las magníficas píldoras contra la religión, la creencia teísta y contra todo absolutismo que contiene el texto.

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ANARQUISMO ACRACIA DEMOCRACIA

La acracia como profundización democrática

No hay forma de vida más democrática, de acuerdo con los conceptos de libertad, igualdad y fraternidad, que la anarquista. La anarquía es una profundización en la democracia, por lo que el movimiento libertario debe insistir en la penetración en el imaginario social para otorgar un verdadero contenido a ambos términos. Si la palabra democracia ha sufrido el añadido de diversos apelativos perversos para encubrir su naturaleza autoritaria (popular, orgánica..), ahora es importante aprovechar el paulatino descrédito de la llamada democracia parlamentaria para que la idea no acabe sucumbiendo a los intereses del poder.

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MAGONISMO ANARQUISMO MÉXICO

Magonismo, anarquismo en México

El magonismo es una corriente de pensamiento que se ha definido como indígena-libertaria, y que inició como su nombre indica Ricardo Flores Magón, la cual impulsa al pueblo mexicano a hacer la revolución social. El propio Flores Magón, nacido en 1874 en San Antonio de Eloxochitlán (Estado de Oaxaca, México), tenía un origen indígena y humilde; sigue sus estudios en México D.F., donde se iniciará en la política a través de la lucha contra el dictador Porfirio Díaz junto a sus hermanos Enrique y Jesús.

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ANARQUISMO REVOLUCIÓN ESPAÑOLA

Hablemos sobre un libro: ¡A Zaragoza o al charco!’

Nada en los libros de Los Gimenólogos, recorre la senda habitual de la Historia hegemónica avalada por la Academia (todo con mayúsculas). Para empezar, no es habitual la autoría colectiva, tampoco lo es la manera de enlazar materiales proporcionados por «amigos» que se han ido reuniendo a lo largo de los años, su manera de entender la historia también es peculiar.

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MUJERES LIBRES ANARQUISMO

Aquellas mujeres que revolucionaron la existencia

Miles de mujeres libertarias (28.000 en agosto de 1937) reinterpretaron su papel y pusieron en marcha una revolución de la vida, de la existencia. Una revolución entendida como mutación cultural que no pretende dar un vuelco a todo como sus compañeros. Además de que, no se consideran sujeto político, ficción dominante de la modernidad patriarcal y que supone una teoría de la soberanía, una representación del poder, un relato individualista acerca del sujeto y de su autonomía. Ellas encaran la revolución practicando la escucha de lo que sucede (no de lo que quisieran que sucediera) con enfoques prácticos y de eficacia que supone poner el cuerpo en las cosas para solucionar problemas. Sus objetivos parecen pequeños, humildes, rechazan (porque no están impregnadas) los eslóganes ideológicos y realizan un ejercicio de emancipación cognitiva, una contranarrativa que busca modificar la perspectiva de lo que está sucediendo, cambiando las preguntas para poder proponer nuevas respuestas. Inventan una nueva gramática, un nuevo lenguaje para entender la mutación social, la transformación de la sensibilidad y la conciencia que estaba teniendo lugar.

Su revolución no empezó asaltando palacios, ni el cielo, ni los cuarteles del enemigo, empezó en las guarderías, en los comedores colectivos, en las maternidades, entre las personas refugiadas, entre huérfanos y huérfanas, entre las criaturas, en los cafés de las colectividades rurales donde no podían entrar, entre las prostitutas, etc. Mostraron que una revolución no es únicamente una suplantación de modos de gobierno, sino, y, sobre todo, un colapso de los modos de representación, una sacudida del universo semiótico, una reordenación de cuerpos y voces, una redistribución de espacios y de gestos. No resulta fácil decir exactamente cómo comienza un proceso de emancipación colectivo. Pero ellas sintieron la vibración que produce en los cuerpos que son atravesados por dicho proceso. Expresaron con palabras la energía mágica de la resistencia y de la lucha[1].

Los cuidados. Un ejemplo: las guarderías en las ciudades

Los cuidados son todo lo necesario para que la vida funcione como ya hemos dicho; el capitalismo los obtiene gratis y los invisibiliza. Como sabemos, en la economía capitalista, la vida no es responsabilidad colectiva, sino que es responsabilidad individual de las mujeres (los hombres nunca han cuidado, al igual que las mujeres de clase alta), el sistema siempre necesita de esa cara B de la economía basada en el expolio de la vida, de la gente y del planeta[2].

En tiempos de guerra se incrementa el daño a la vida y repararlo queda, como siempre, en manos de las mujeres. Así fue en la Guerra Civil, especialmente en la retaguardia donde las mujeres organizaron de otra manera los «cuidados» que la Revolución mantuvo en sus manos, ocupándose de solucionar un sinfín de problemas cotidianos. La sociedad vivió un terremoto en la retaguardia, espacio que se feminizó.

Además, las mujeres quisieron vivir una vida plena en medio del desbarajuste de la guerra, de los bombardeos, de la proximidad del frente de batalla, de las personas heridas o muertas que había que cuidar o enterrar. En ese contexto, tomaron la palabra y la agencia, enunciaron y actuaron sobre sus problemas, sus deseos, sus tristezas, sus sueños y sus temores.

Los problemas para que las mujeres pudieran reunirse antes de la guerra eran numerosos al recaer sobre ellas el cuidado de la casa y de los hijos/as tras su jornada de trabajo. Mujeres anarquistas buscaron algunas soluciones antes de la guerra sin contar con los hombres, Sara Berenguer indicaba que, para asistir a las reuniones de los sindicatos (CNT), «de común acuerdo, una de ellas, por turno riguroso, guardaba los hijos de las demás para que las madres pudieran ausentarse»[3]. Soledad Estorach también habló de otra solución parecida que puso en marcha el Grupo Cultural Femenino de Barcelona y que llamó: «guarderías volantes». Ofrecían un servicio de guardería (miembros del grupo se desplazaban a los hogares de las mujeres para cuidar de sus criaturas) a las mujeres interesadas en hacer de delegadas sindicales en CNT. Cuando volvía a casa de la reunión, las mujeres que habían cuidado de sus criaturas les explicaban más cosas sobre la importancia de que las mujeres pudieran desarrollar actividad sindical[4]. Pocas veces se ha valorado esta dificultad añadida que las mujeres tenían para la militancia y el activismo sindical.

Ya durante la Guerra Civil, era habitual que en las páginas de Mujeres Libres aparecieran artículos y textos breves en que se afirmaba que todas las mujeres eran necesarias y que todos los trabajos eran igualmente importantes. Estas afirmaciones tenían su razón de ser, Mujeres Libres consideraba que las mujeres tenían que trabajar en la producción, y mucho, para ganar la guerra y asegurar las transformaciones revolucionarias. Para ello, era necesario que los Comités revolucionarios primero y posteriormente los gobiernos se involucraran y facilitaran esta incorporación al trabajo asumiendo el cuidado de las criaturas y otras personas dependientes. Aurea Cuadrado[5] propuso varias soluciones para resolver el problema de las criaturas: hacer turnos en las escuelas que coincidieran con los turnos de trabajo, creación de parques infantiles, guarderías para criaturas de 2 a 4 años y casas cuna para lactantes. Algo se hizo, pero no lo suficiente.

Las secciones de trabajo de MMLL estaban interesadas también en resolver el cuidado de las criaturas y por eso abogaron en su primer Congreso por la creación de guarderías en fábricas y talleres con dependencias para amamantarlas[6]. Igualmente se pusieron en marcha guarderías bajo protección de SIA (Solidaridad Internacional Antifascista)[7]. Estas guarderías especiales estaban destinadas a niñas y niños hasta los 15 años y también a los huérfanos/as de guerra.   

¿Es más revolucionaria la toma del Palacio de Invierno en Rusia (1917), el asalto al cuartel de Atarazanas en Barcelona (1936) que solucionar el cuidado de las criaturas a través de guarderías autogestionadas por ellas mismas?

Estamos hablando de cambios culturales que no era fácil introducirlos, por ello, no sorprende que Hanneke Willemse[8] señalara que, ninguna mujer entrevistada (años después de la revolución), a excepción de una, se acordara de haber intervenido en nada que tuviese que ver con la organización de algo. Ellas le contaron que «en el lugar de los hombres no se sentían en su sitio»[9]. Esta afirmación identifica «organizar algo» con «el lugar de los hombres»; ellas organizaron muchas cosas en otros espacios que por su escaso valor patriarcal olvidaron o no lo consideraron importante.

La revolución puede ser una reordenación de cuerpos y voces, una redistribución de espacios y de gestos (por ej.: mujeres dando soluciones a los cuidados). Es clave capturar la singularidad de cada uno de los acontecimientos, pluralizar las perspectivas y construir un calidoscopio de verdades precarias capaces de mantenerse leales a la singularidad de las experiencias. Se trata de un descenso en lo ordinario que se aleja de las universalizaciones. Lo precario de sus verdades no lo consideramos como debilidad sino como potencia, en tanto que se resiste a la totalización y a la clausura del sentido[10].
 
¿Aquellas mujeres revolucionaron la existencia? Depende de nuestra manera de entender la revolución

 Laura Vicente

——–                                                        
[1] Algunas reflexiones sobre la revolución proceden de Paul B. Preciado (2022): Dysphoria mundi. Barcelona, Anagrama
[2] Planteamientos de Amaia Pérez Orozco.
[3] Sara Berenguer (1988): Entre el sol y la tormenta. Treinta y dos meses de guerra (1936-1939). Barcelona, Seuba, p. 217.
[4] Martha A. Ackelsberg, (2000, 2ª ed.): Mujeres Libres. El anarquismo y la lucha por la emancipación de las mujeres. Barcelona, Virus, p. 160.
[5] Áurea Cuadrado, “Adaptación profesional de la mujer”, Mujeres Libres, nº 11 (sin referencia cronológica), noviembre de 1937.
[6] Martha A. Ackelsberg, Mujeres Libres. p. 193.
[7] Berenguer, Entre el sol y la tormenta, p. 154.
[8] Hanneke Willemse (2002): Pasado compartido. Memorias de anarcosindicalistas de Albalate de Cinca, 1928-1938. Zaragoza, Prensas Universitarias de Zaragoza.
[9] Willemse: Pasado compartido, p. 320.
[10] Catalina Trevisacce y Cecilia Varela, “Los feminismos entre la política de cifras y la experticia en violencia de género”, pp. 108-109 en Deborah Daich y Cecilia Varela (2020): Los feminismos en la encrucijada del punitivismo. Buenos Aires, Biblos.

ANARQUISMO EDUARDO GUZMÁN

Eduardo de Guzmán, periodista y escritor libertario

Recientemente, he tenido oportunidad de disfrutar de nuevo de la emotiva, y espeluznante a veces por los temas trágicos que trata, prosa periodística de Eduardo de Guzman: es el caso de su crónica del crimen de Estado de Casas Viejas y de algunos artículos sobre la guerra incivil, así como de las transformaciones revolucionarias llevadas a cabo de forma paralela al enfrentamiento con el fascismo.

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TRANSICIÓN CNT ANARQUISMO

La Transición española, la visión anarquista

Aunque algunas voces, y de manera muy matizada, quieren ahora ser críticas en los medios generalistas con la llamada Transición española a la democracia, es necesaria una profundización mayor recordando la visión anarquista también en la memoria histórica. Sin perder la autocrítica, siempre necesaria, hay que recordar los factores de silenciamiento y criminalización que llevaron al declive del único movimiento que no quiso participar en el domesticamiento político y sindical.

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ANARQUISMO UTOPÍA LIBERTARIA

Entrevista al equipo organizador de «Utopía libertaria»

Por Iván Fernando Mérida Aguilar **

A inicio del siglo XXI, surgió la colección “Utopía Libertaria”, sus miembros provenían de la militancia anarquista y varios fueron miembros de la revista UTOPÍA. La colección se propuso como una apuesta libertaria del nivel de la mítica Editorial Proyección y Americalee, sellos que dejaron un importantísimo legado anarquista en las estanterías de todos los estudiosos de las ideas libertarias. Así, a mediados de los 2000 los libros de Utopía Libertaria circulaban en ferias autogestionarias, contraferias del libro y otros espacios a los que llegaban anarquistas viajeros con un paquete de libros. Muchos jóvenes bolivianos pudieron por primera vez tener en sus manos libros de autores tan emblemáticos como Mijaíl Bakunin, Piotr Kropotkin, Pierre Proudhon, Murray Bookchin, entre otros. Además, la apuesta de la editorial por liberar los libros y hacerlos disponibles para su descarga digital, permitió que muchos se inspiraran a sacar copias para su difusión.

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CORNELIUS CASTORIADIS ANARQUISMO

Cornelius Castoriadis y la conquista de la autonomía

Cornelius Castoriadis (1922-1997), que desempeñó en la Segunda Guerra Mundial un papel activo en la resistencia griega contra el Ejército alemán, quedará marcado por los acontecimientos posteriores al conflicto bélico: la Guerra Fría, el estalinismo, las guerras coloniales en Francia (Indochina, primero, y después Argelia), la desobediencia civil, las revueltas del 68… Si Castoriadis fue en sus inicios un marxista de pro, evolucionará hacia una crítica furibunda del mismo.

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Bookchin, la historia y la civilización

No se andaba con rodeos Murray Bookchin y lanzó en más de una ocasión un ataque furibundo contra los que denomina «intelectuales posmodernistas» y las convenciones culturales creadas por ellos, derivadas de un relativismo social, político y moral. Abunda Bookchin en epítetos sobre las características de este conjunto relativista, aunque el que subscribe no desea reproducirlos sin más, por requerir de las debidas matizaciones. Los autores posmodernos critican una visión teleológica de la Historia, mientras que Bookchin sigue reclamando un sentido histórico (lo cual, no supone una reivindicación de ningún proceso) en aras de una sociedad racional.

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