Hay historiadores e historiadoras que leo por placer o con fines utilitarios (para alguna investigación en marcha) o por ambos motivos a la vez. Tony Judt forma parte del primer grupo, algo que quizás me replantee a partir de ahora. Cualquier persona dedicada a la investigación histórica tiene ideología, no existe una persona que no tenga su subjetividad, su visión del mundo, su manera de comprender la realidad. Pretender ser objetiva y no estar influida por todos esos componentes (y muchos otros como el género, la raza, la etnia, la clase social, la nación en la que ha nacido, su religión, etc.) es engañoso y sospechoso (quienes lo pretenden llaman historiadores/as «militantes» al «otro u otra» como insulto).
Seguir leyendo El anarquismo, la única ideología que mataArchivo de la etiqueta: Anarquismo
Sexualidad y Anarquismo
La sexualidad es un componente esencial del ser humano que integra tanto los aspectos, características, comportamientos y conductas puramente biológicas/naturales como las culturales, ideológicas, socioeconómicas, políticas, sentimentales, emocionales, afectivas y psicológicas (normas sociales, creencias, valores morales y éticos, roles de género, identidad y orientación sexual…). Su desarrollo, maduración y ejercicio precisan de una relación armónica entre todos esos aspectos diferentes para que la construcción de nuestra identidad, existencia y vida personal y social sea saludable, libre, autónoma y nos conduzca al placer y la felicidad.
Seguir leyendo Sexualidad y AnarquismoCentenario de la Rebelión de Kronstadt
Seguir leyendo Centenario de la Rebelión de Kronstadt«Con la decisión de destruir a los marineros de Kronstadt y con la acción a sangre fría del gobierno para hacerlo, los líderes comunistas habían cambiado el movimiento del socialismo benevolente al fascismo maligno»
Whittaker Chambers, escritor estadounidense, antiguo espía soviético y ex-militante del Partido Comunista de Estados Unidos
Redescubrir Bakunin. De cómo la filosofía trascendental alemana alumbró el pensamiento revolucionario
La crisis presente del sistema parlamentario, en manos de una casta política profesional aquejada de cesarismo y al servicio de intereses económicos espurios, vuelve sorprendentemente actual la figura de Mijaíl Bakunin, un personaje histórico del socialismo obrero cuya vida casi novelesca, su amor por la libertad, su ejemplo de perseverancia y su original análisis de la realidad social de su tiempo, convierten en una atractiva referencia del radicalismo contemporáneo. Por encima de los consabidos tópicos como el de “padre” del anarquismo, conspirador empedernido o acérrimo contrincante de Marx, a poco que se le estudie con objetividad, se abandonarán los estereotipos y se le situará en el lugar prominente del pensamiento revolucionario que le corresponde.
Seguir leyendo Redescubrir Bakunin. De cómo la filosofía trascendental alemana alumbró el pensamiento revolucionarioBakunin y la emancipación de la religión
Mijaíl Bakunin fue un hábil devastador del pensamiento religioso, y lo hizo en nombre de la libertad, la dignidad y la emancipación humanas; apartando definitivamente la costumbre, la resignación y la sumisión, tan propias de la religión, el ser humano debe emplear renovadas energías para, mediante la razón y el conocimiento, llegar a la liberadora revolución social.
El anarquismo español y la acción revolucionaria (1961-1974)
Reseñamos este libro, por un lado para comprender la oposición libertaria a la cruel Dictadura de Franco en los años 60 y 70, por otro, para aprender de la historia sobre posibles tácticas y estrategias transformadoras, en las que el anarquismo debe tener mucho que decir, huyendo de toda tentativa dogmática e inmovilista.
El fin de la Segunda Guerra Mundial, todavía con la esperanza de una intervención de las potencias occidentales para acabar con la Dictadura franquista, llevó a las organizaciones clásicas del anarquismo a cierta espera e inmovilismo renunciando a la acción revolucionaria. La situación parecía que iba a ser muy diferente con el Congreso de la CNT en Limoges, en 1961, que supondrá la reunificación de la CNT. Como Luis Andrés Edo aclara en el prólogo, la base de este libro está en un Dictamen elaborado en dicho Congreso, que promulga la creación de un organismo conspirativo que iba a recibir el nombre de Defensa Interior (D-I); se pretendía romper con el inmovilismo y fomentar la acción directa radical contra la Dictadura de Franco.
Este Dictamen contemplaba la participación, no solo de la Confederación Nacional del Trabajo, también de la Federación Anarquista Ibérica y de la Federación Ibérica de Juventudes Libertarias. En el Congreso de CNT de 1963, en Toulouse, se inicia un proceso orgánico de disolución del D-I, que culminará dos años más tarde en el Congreso de Montpellier. Se denuncia que este proceso «oficial» de disolución del D-I, que no aceptará la FIJL, y continuará respaldado además por sectores de base de la CNT, iniciado además después de un momento clave como es la ejecución de Granado y Delgado, crea una falsa polémica sobre la «ilegalidad orgánica» de la organización de Defensa Interior. Sea como fuere, estamos hablando del testimonio clave de dos personas, protagonistas históricos, firmantes de un libro, que ya conoció una primera edición en 1975.
El Movimiento Libertario sufrió en España, tras la Guerra Civil, una ruptura generacional provocada por la cruel represión y por el forzado exilio de cientos de miles de militantes; a ello se une el trágico suceso de la Segunda Guerra Mundial, que supondrá la muerte de unos cien millones de personas. El anarquismo necesitaría, ya en la segunda mitad del siglo XX, una reactualización urgente. El contexto será, en los años 50, el del nacimiento de la Guerra Fría con el temor constante de un tercer conflicto mundial; ese miedo llevará al paralizamiento de la actividad política y sindical de los partidos y organizaciones clásicos produciéndose un profundo inmovilismo, ello a pesar de que continúen produciéndose situaciones conflictivas cuyos protagonistas serán ya otros.
Este inmolivismo tendrá una especie de «mar de fondo» en Occidente protagonizado por una juventud de diferente calado ideológico (marxistas, comunistas, cristianos…); el anarquismo, como no podía ser de otra manera, también será protagonista en gran medida a través de la la llamada Internacional Situacionista. Sin embargo, habría una organización española en el exilio, la FIJL, que no romperá con la estructura del movimiento clásico, pero sí con su estrategia inmovilizadora. Será la FIJL, siempre dispuesta a colaborar en acciones radicales contra la Dictadura, la que promueva la creación de ese organismo conspirativo que recibirá el nombre de Defensa Interior. Del seno de la FIJL nacerá el Grupo Primero de Mayo que, con el apoyo de algunas figuras experimentadas en el movimiento libertario, llevarán el anarquismo a las luchas obreras y estudiantiles producidas en el país.
El discurso central del libro es que la D-I supondrá, no solo una ruptura con el inmovilismo imperante en la organizaciones clásicas, también una impugnación ideológica a cualquier forma de dogmatismo que pudiera producirse en el movimiento anarquista; por supuesto, es un antidogmatismo que no adopta la forma de ningún tipo de posibilismo, sino la acción directa y radical contra el autoritarismo de la Dictadura y del capitalismo. No se trataba de entronizar la violencia, es más, se otorgó dignidad a las actividades al no producir ni una sola víctima mortal. Los autores del libro consideran que ha faltado objetividad crítica sobre la actividad del activismo anarquista, en los años que abarca la obra. Esa impugnación que un movimiento anarquista renovado, gracias en gran medida al ímpetu de la juventud, realiza al enclaustramiento de gran parte de las organizaciones clásicas supuso un cambio notable en los planteamientos y estrategias de las diversas corrientes revolucionarias.
Ese activismo anarquista contra la dictadura, en los años 60 y 70, recibirá a su vez la influencia de otros grupos revolucionarios surgidos en Occidente, poniendo así evidencia la crueldad de la Dictadura franquista aliada con las democracias occidentales. Si en América Latina ya estaba pronunciándose una juventud rebelde en los años 60 cuya máxima era «La revolución es obra de todos los revolucionarios», será la condición indudablemente antiautoritaria de Mayo del 68 junto al activismo revolucionario anarquista en Europa la que lleve la situación a su máximo apogeo. El fracaso de todas estas tentativas revolucionarias, resultado de diversos factores, es digno de análisis; el orden autoritario irá perfeccionando sus formas de manipulación y su nivel de eficacia. Para el futuro, quedará la estrategia anarquista de adecuación de medios a fines bien lejos de ese «terrorismo» de quienes tienen como objetivo conquistar el poder y no tardan en convertirse ellos mismos en represores.
Hoy, bien entrado el siglo XXI, cuando el orden autoritario adopta forma más sutiles y perfeccionadas, pero no menos alienantes, irracionales y también violentas, es más necesaria que nunca una nueva renovación de las tácticas y acciones verdaderamente transformadoras en el movimiento anarquista. Al margen de la forma que adopte ese movimiento, hoy sin una gran organización de masas, no cabe duda del importante legado de unas ideas libertarias que han impregnado la acción auténticamente revolucionaria de las últimas décadas: crítica a la familia, a la escuela, a la empresa capitalista, al Estado; negación de todo paternalismo, de la burocracia, el nacionalismo o el militarismo; reclamación de espacios autogestionarios, profundización democrática, solidaridad comunitaria…
Octavio Alberola y Ariane Gransac terminan su libro a mediados de los años 70, en un momento en que el orden autoritario tenía dos caras, la liberal y la dictatorial; la tesis de su obra es que lo que condujo, en cierta medida, a una sociedad más libre e igualitaria no fue una izquierda tradicional subordinada al juego político, finalmente en España integrada en el sistema dentro de esa farsa que fue la Transición democrática, sino la actividad revolucionaria de una juventud decididamente revolucionaria y antidogmática. La revolución auténticamente emancipadora, aquella que elimine la alienación y la explotación, y funde una sociedad libre y fraterna, es un objetivo por el que los anarquistas en el siglo XXI deben trabajar, influyendo en los movimientos sociales y en el conjunto de la sociedad, huyendo de nuevo de todo sectarismo.
En palabras de los propios Gransac y Alberola como colofón a su libro:
Para los anarquistas, lo esencial no es reconquistar un lugar entre las organizaciones sindicales o los movimientos políticos, sino reforzar y radicalizar todas las formas de «contestación» antijerárquica y de afirmación de la solidaridad revolucionaria en el seno de las sociedades en que viven y en el mundo.
Esa es la lección que hemos aprendido a lo largo de este testimonio.
Capi Vidal
Seguir leyendo El anarquismo español y la acción revolucionaria (1961-1974)
¿Ciencia anarquista?
El anarquismo – o mejor: los anarquismos – rara vez se abre paso en la discusión pública, sus posiciones son consideradas «reaccionarias» en la izquierda autoritaria y el término sinónimo de caos es utilizado por un gran número de personas. Es probable que muchos estén de acuerdo con los principios del anarquismo, especialmente si se describen de manera tan vaga como el «rechazo de todas las relaciones de dominación innecesarias», como creo que dijo una vez Noam Chomsky.
Seguir leyendo ¿Ciencia anarquista?El legado de Kropotkin 100 años después de su muerte
Hoy en Rusia Kropotkin es un famoso científico y revolucionario ruso; entre los antropólogos contemporáneos la teoría del apoyo mutuo desarrollada por Kropotkin se sigue valorando contra las ideas de selección de los seres humanos de o atribuidas a Darwin; para los ecologistas Eliseo Reclus y Pedro [Piotr para algunos] Kropotkin son referentes. Y para los antiautoritarios y anarcosindicalistas, La Conquista del Pan, El Apoyo mutuo, Campos, fábricas y talleres, La Comuna de París, El Estado y su papel histórico, etc., son libros y folletos conocidos o leídos.
Seguir leyendo El legado de Kropotkin 100 años después de su muerteKropotkin y la infancia
A pesar de su título, las Memorias de un revolucionario del príncipe anarquista Piotr Kropotkin no dicen mucho de la revolución propiamente dicha. La actividad revolucionaria que lo hizo famoso está despachada en algunas decenas de páginas, al final y de forma apresurada. El grueso de esa autobiografía, que fue justamente saludada por Tólstoi como una de las grandes obras literarias de su época, está dedicada a narrar la infancia y juventud de Kropotkin.
Seguir leyendo Kropotkin y la infanciaPiotr Kropotkin. Centenario de la muerte del abuelo del anarquismo y del apoyo mutuo
«Somos ricos, muchísimo más de lo que creemos. Ricos por lo que poseemos ya; aún más ricos por lo que podemos conseguir con los instrumentos actuales; infinitamente más ricos por lo que pudiéramos obtener de nuestro suelo, de nuestra ciencia y de nuestra habilidad técnica, si se aplicasen a procurar el bienestar de todos»
Este año viene repleto de aniversarios conmemorativos para la memoria social; de hecho nosotras mismas este mes cumplimos una década como periódico, y nos enorgullece coincidir en aniversario con el homenaje en el centenario de Piotr Kropotkin. Hace cien años que nos dejase para siempre el abuelo del anarquismo, uno de los principales pensadores de esta filosofía entre los siglos XIX y XX. Además, geógrafo y naturalista, que nació en el seno de una familia aristocrática rusa, por lo que se le conoció como el Príncipe, título otorgado a un noble emparentado con la familia imperial zarista.
Seguir leyendo Piotr Kropotkin. Centenario de la muerte del abuelo del anarquismo y del apoyo mutuo