1ª Como historiadora no me gustan los héroes, ni los mitos, puesto que implican desarrollar una historia imaginaria que altera las cualidades de una persona para darles más valor del que tienen. Me pueden interesar como hecho sociológico que explica la necesidad de mitos y héroes.
2ª Como feminista me gustan menos los héroes y los mitos puesto que parecen una cualidad masculina, es excepcional en las mujeres.
3ª Como anarquista redundo en lo dicho, los mitos y héroes establecen categorías y jerarquías que no son de mi gusto.
Para ser libre hay que carecer de deudas y lazos y, sin embargo, estamos atados al Estado, a la comunidad, a la familia; nuestros pensamientos están sometidos a la lengua que hablamos. El hombre aislado, completamente libre, es un fantasma. Es imposible vivir en el vacío. Consciente o inconscientemente, somos por educación esclavos de las costumbres, de la religión, de las ideologías; respiramos el aire de la época. Stefan Zweig, Montaigne, p. 77.
Tres ministerios (Igualdad, Justicia e Interior) andan confusos, perplejos, frustrados y asombrados ante el aumento de asesinatos de mujeres en el mes de diciembre de 2022 (trece mujeres asesinadas y un caso más que todavía se está investigando) y en el de enero de 2023 (a día 11 debemos contabilizar cuatro mujeres asesinadas). Y es que desde el Estado se confía en que, con recursos, leyes, ministras feministas en Igualdad y labor policial se puede atajar la violencia de género.
Tomando como pretexto el libro de Tomás Ibáñez: Anarquismos en perspectiva. Conjugando el pensamiento libertario para disputar el presente, el autor nos convocó para establecer un diálogo en torno a tres cuestiones de carácter bastante general sobre las cuales intervendríamos unos cinco minutos.
Voy a recoger mi participación en el acto empezando por la primera pregunta:
1ª Nuestra valoración de los problemas, desajustes o insuficiencias de los anarquismos en el momento actual.
Me ha costado mucho decidirme a escribir sobre el tema de la guerra en Ucrania y la actitud de la izquierda, incluidos sectores libertarios, hacia este conflicto bélico (no caeré en el justificante ideológico de decir «guerras» cuando quiero decir guerra en Ucrania). Asumo el riesgo que conlleva esta reflexión a contracorriente, busco el debate y el intercambio de pareceres.
No es mi intención intervenir en la polémica que está copando espacios en los medios de comunicación estos días de noviembre: me refiero a la reducción de penas para algunos agresores sexuales como consecuencia de la entrada en vigor el mes pasado de la conocida como «Ley del solo sí es sí». La Ley impulsada por Irene Montero desde el Ministerio de Igualdad ha propiciado estos días silencios y comentarios diversos dentro y fuera del Gobierno de coalición y declaraciones de la titular de Igualdad en el sentido de que había jueces que «estaban incumpliendo la ley por machismo».
Es ya tradicional que el domingo más cercano al 20 de noviembre se celebre en el cementerio de Montjuïc, en Barcelona, un sencillo homenaje a Buenaventura Durruti (y con él a Francisco Ascaso y Francisco Ferrer y Guardia). Tras este homenaje anual que viene celebrándose desde hace más de veinte años hubo un trio de mujeres: Concha Pérez, Joaquina Dorado y Antonina Rodrigo. La iniciativa surgió cuando Concha y Antonina estaban despidiendo a Joaquina, que todavía vivía en París, en un restaurante de la Vía Layetana de Barcelona. Mientras charlaban de sus cosas las tres mujeres vieron pasar a un grupo de falangistas con su parafernalia de uniformes, boinas y correaje, preparando la conmemoración del 20 N para recordar a Franco. Antonina les dijo a sus compañeras: “Mira, estos preparando ya el aniversario del dictador y de José A. Primo de Rivera y ¿nosotras qué hacemos por Durruti, que murió ese mismo día?”. Y de ahí salió la propuesta de celebrarlo como “Mujeres Libres”. Tras las muertes de Concha y Joaquina, Antonina Rodrigo continúa manteniendo este homenaje.
Este libro es una lectura apasionada de una de nuestras fuentes de inspiración: Emma Goldman. No es nuestra intención convertirla en un mito, sino recordarla, y pensarla en presente. Tras los ochenta y dos años transcurridos desde su muerte, nos gustaría hablar de ella desde su vida y desde su pensamiento. El reconocimiento de Emma Goldman se fundamentaba en su vida, en la heroica aventura de una mujer judía, inmigrante y anarquista que ajustó su vida a sus ideales. La mitificación de su vida redundó en subestimar su pensamiento y su contribución al anarquismo en el plano teórico.
La lectura del testimonio de Antoine Gimenez, titulado: Del amor, la guerra y la revolución. Recuerdos de la guerra de España del 19 de julio de 1936 al 9 de febrero de 1939, resulta deslumbrante. Antoine Gimenez, italiano, resulta ser Bruno Salvadori, un anarquista que vivió el nacimiento y la actividad de las milicias anarquistas desde el inicio de la Guerra Civil en el Frente de Aragón.
Conocí a Tomás Ibáñez con la lectura de su primera compilación de artículos (¿Por qué A? Fragmentos dispersos para un anarquismo sin dogmas) publicado en 2006. Le acompañé en la presentación en Barcelona de su segunda compilación publicada en 2017 (Anarquismos a contratiempo) y reseño con sumo placer esta tercera (Anarquismos en perspectiva. Conjugando el pensamiento libertario para disputar el presente). Entre medio de estas recopilaciones hemos compartido redacción de la revista Libre Pensamiento y unas cuantas conversaciones, a menudo en trayectos de tren.
Un espacio en la red para el anarquismo (o, mejor dicho, para los anarquismos), con especial atención para el escepticismo, la crítica, el librepensamiento y la filosofía en general