Uno de los pilares del anarquismo de Proudhon se asienta en el mutualismo, basado en sus experiencias directas con la clase trabajadora con el objetivo de adelantar un futuro de bienestar y justicia social; puede considerarse como la primera escuela económica anarquista, y así se reflejará en los seguidores de Proudhon en la Primera Internacional; según esta teoría, el Estado será sustituido por la organización de individuos según acuerdos voluntarios sobre una base de igualdad y reciprocidad.
«La lucha actual no puede tener más resultado que el triunfo de la causa popular… París no retrocederá porque porta la bandera del porvenir. La hora suprema ha llegado… ¡paso a los trabajadores, fuera sus verdugos!…» – Comité de la Comuna de París (1871)
La naturaleza histórica de la Comuna: La revolución de todos o de ninguno
La Comuna de París fue un suceso histórico obrero inédito, pues los trabajadores actuaron autónomamente y generaron una importante resonancia internacional tanto en su época como posteriormente por la manera en que se practica una ruptura tanto con el poder estatal como con la Iglesia.
La crisis presente del sistema parlamentario, en manos de una casta política profesional aquejada de cesarismo y al servicio de intereses económicos espurios, vuelve sorprendentemente actual la figura de Mijaíl Bakunin, un personaje histórico del socialismo obrero cuya vida casi novelesca, su amor por la libertad, su ejemplo de perseverancia y su original análisis de la realidad social de su tiempo, convierten en una atractiva referencia del radicalismo contemporáneo. Por encima de los consabidos tópicos como el de “padre” del anarquismo, conspirador empedernido o acérrimo contrincante de Marx, a poco que se le estudie con objetividad, se abandonarán los estereotipos y se le situará en el lugar prominente del pensamiento revolucionario que le corresponde.
Aunque no siempre lo veamos expresado de esa manera, no podemos estar más de acuerdo con Rudolf Rocker, el anarquismo es la gran síntesis entre liberalismo y socialismo. Las dos grandes corrientes producidas a partir de la Revolución francesa confluyen en el ideal libertario. Ello se produjo cuando determinados autores observaron que «la cuestión social» no se resuelve con cambios de constitución ni de gobierno, y sí llegando al fondo del problema.
Que Oscar Wilde es un gran escritor no creo que lo dude nadie, pero que no es tan conocido su pensamiento tan cercano al anarquismo parece también un hecho. En su texto El alma del hombre bajo el socialismo comienza realizando una declaración de intenciones en contra de la explotación del trabajo ajeno («esa sórdida necesidad de vivir para los demás», lo expresa Wilde con retórica propia). Pero el atrevimiento del irlandés va más allá, y resulta de plena actualidad su análisis, denunciando una sociedad en la que no solo se permite la pobreza, sino que se la mantiene viva con supuestos actos Sigue leyendo →
Proudhon consideraba que el progreso de la sociedad llevaría a la superación del principio de autoridad, el cual delega a determinados dirigentes el derecho a la verdad. Su confianza en la ciencia social, entendida como acumulación y ordenamiento del material empírico encontrado, además de como cierta visión histórica, le hacía ver una incompatibilidad entre ella y ese principio de autoridad (según expone en Révolution sociale).
Un lúcido anarquista, ahora mismo no recuerdo quién, dijo algo así como que el anarquismo era la síntesis de las dos grandes corrientes modernas de pensamiento político: socialismo y liberalismo. Estoy muy de acuerdo e, incluso, yo que tengo unos resabios nihilistas bastante agudizados, me esfuerzo en repetirlo asiduamente. A día de hoy, cuando ya llevamos dós décadas del siglo XXI, esta tensión entre esas dos teorías ideales de la sociedad humana se sigue produciendo. Un socialismo, casi Sigue leyendo →
El anarquismo solo puede ser social o no será. El socialismo solo puede ser libre o no será. Reivindicamos con este texto, germen de uno más extenso, el componente social de las ideas anarquistas; lo hacemos de manera conscientemente provocativa, ya que el término «socialismo» está en una crisis evidente, provocada precisamente por su deriva autoritaria o, en el caso de las democracias electivas, por su sumisión al capitalismo. Es así hasta el punto de que fuerzas supuestamente progresistas, viejas o nuevas, de intenciones meramente electoralistas, se niegan hipócritamente a utilizar, ni siquiera en sus propuestas, la idea socialista. No vivimos en el pasado, no somos meros soñadores, tenemos en cuenta el fracaso de la modernidad en tantos aspectos, pero no obstante propugnamos un conocimiento amplio de la historia del anarquismo, precisamente para construir un horizonte en el siglo XXI que acepte ese rico bagaje.
Bertrand Russell (1872-1970) tuvo diferentes intereses, siendo los primeros los matemáticos, y combinándolos después con los filosóficos, históricos y sociales. La evolución filosófica de Russell fue compleja, aunque ello no impide trazar las líneas principales del pensamiento del autor, ya que los cambios fueron debidos seguramente al miedo a llegar a vías muertas o congestionadas.Sigue leyendo →
Históricamente han existido dos tendencias generales en los movimientos socialistas, que se pueden describir grosso modo como los “de arriba” y los “de abajo”. Ambos lados están dedicados a la abolición del capitalismo, pero difieren significativamente en su visión de la sociedad futura y cómo se debe alcanzar. La diferencia clave entre estas tendencias es su enfoque con Sigue leyendo →
Un espacio en la red para el anarquismo (o, mejor dicho, para los anarquismos), con especial atención para el escepticismo, la crítica, el librepensamiento y la filosofía en general