Archivo de la categoría: Opinión

Legalizar la corrupción para salvar al Gobierno Que Sea

A ver, otra cosa: en España hay casos de corrupción. Los jueces investigan a la mujer del Presidente, al hermano del Presidente, a altos cargos del Gobierno… Centrándonos en los casos que afectan al PSOE, y que harán que pierda las elecciones:  ¿Los dos primeros tuvieron enchufe? No me cabe la menor duda. El currículum musical de David Sánchez es extraordinario. El tío sabe de música. Tra la rá la rá larita. Pero el puesto no se lo dieron por ser un buen músico, me temo. Lo mismo que Begoña Sánchez (esposa del mandatario) impartió ese cursillo de «Transformación social competitiva» (capitalismo guay y chachi), pues por la red de contactos que manejaba1. O sea:

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Hablemos de dictaduras

Pues sí, hay que hablar de dictaduras, ya que la confusión actual (no sé si decir, «posmoderna»), llega hasta límites que rayan la falta de oxigenación cerebral. Cómo es posible que el facherío, con total desvergüenza, tenga ahora púlpitos de notable asistencia (me temo que por un personal de naturaleza acrítica y poco o nada dotado intelectualmente) donde afirmen que lo del militar golpista genocida Franco no fue una dictadura. Donde aseguren que lo que hubo en realidad fue algo así como un «régimen de autoridad», pues lo dice entonces un ácrata de tendencia nihilista, verdadero amante de la libertad: ¡maldita sea la autoridad! Como parece que hemos vuelto a una edad preescolar, hagamos una rápida definición de un régimen dictatorial: ese donde el poder se concentra en un solo fulano o grupo reducido (es decir, una centralización exacerbada), donde las libertades elementales (expresión, asociación, política en general…) no existen y donde, consecuentemente, la disidencia está reprimida y no existe pluralidad. Habrá dictaduras más o menos crueles, aunque todas lo son ya solo por arrebatar a las personas su capacidad de elección en todos los niveles de la vida, y habrá idiotas que les gusten las dictaduras o las consideren necesarias, pero convendremos al menos en esa somera explicación. Aclararé, antes de continuar, dos cosas. Primero, que incluso al margen de mi lúcida condición libertaria, considero de forma evidente que de un régimen autoritario no puede derivar nada nuevo, como han insistido siempre las y los anarquistas y como creo que ha demostrado la historia: solo de la libertad puede surgir la libertad (creo que a buen entendedor debería bastar y para una concepción compleja de libertad, relacionada con lo social, ya empleamos otros espacios).

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Hablemos de China

Caminando por la Gran Vía madrileña, en una capital del Reino de España colonizada en algunas zonas por la población inmigrante china, me topo con un solitario tipo con un pancarta de protesta. En la misma, se alude a la persecución de algo llamado Falun Gong en el régimen chino y como mi ignorancia no tiene límites, le interrogo al respecto. Al parecer, se trata de una enseñanza espiritual, que creo que algo tiene que ver con el budismo, y por algún motivo el régimen chino lleva más de un cuarto de siglo reprimiendo, incluso de manera brutal, a sus practicantes. Me pregunto si existe alguna creencia o ideología ajena al todopoderoso Estado que no esté reprimida en China y también el hecho de que esta en particular lo sea de manera tan despiadada. Si alguien se pregunta sobre por qué, al margen de algunas organizaciones de defensa de los derechos humanos, no se levanta con fuerza la voz denunciando la represión en el régimen totalitario chino, la respuesta puede ser evidente. Hablamos del primer exportador mundial y no sé si la segunda potencia económica, ya que creo que se encuentra muy cerca de los Estados Unidos. Los acuerdos comerciales de China con las grandes potencias «democráticas», al margen de derechos fundamentales de los trabajadores, creo que son un hecho, lo cual hace que vuelva la vista ante ciertas cosas, al igual que ocurre con tantos regímenes despóticos en el mundo. No puedo evitar acordarme de la frase que pronuncio el maléfico empresario Juan Roig: «Tenemos que imitar la cultura del esfuerzo con la que trabajan los chinos en España».

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A vueltas sobre liberalismo y socialismo

Un lúcido anarquista, ahora mismo no recuerdo quién, dijo algo así como que el anarquismo era la síntesis de las dos grandes corrientes modernas de pensamiento político: socialismo y liberalismo. Estoy muy de acuerdo e, incluso, yo que tengo unos resabios nihilistas bastante agudizados, me esfuerzo en repetirlo asiduamente. A día de hoy, cuando ya llevamos dós décadas del siglo XXI, esta tensión entre esas dos teorías ideales de la sociedad humana se sigue produciendo. Un socialismo, casi Seguir leyendo A vueltas sobre liberalismo y socialismo

Cambio social y derechos legales

El auge de la extrema derecha y del totalitarismo están poniendo en peligro los derechos humanos, los derechos constitucionales y las legislaciones sobre derechos de las mujeres. Sin embargo, esta seria amenaza no es por donde encaminaremos este texto. Los derechos hace tiempo que hacen aguas por otros motivos que nada tienen que ver con las posiciones políticas de la extrema derecha, sino con su propia naturaleza.

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Orgullo (crítico)

De higos a brevas, uno tiene la insana costumbre de departir, incluso de forma cordial, con el vulgo. Consecuentemente, uno tiene que escuchar un volumen nada desdeñable de estupideces. Todos esos comentarios acerca de si es o no necesaria la celebración del Orgullo, además de irritantes per se , esconden una actitud repugnantemente reaccionaria a poco que profundicemos. Y, ojo, lo digo yo que soy extremadamente crítico con la festividad del Orgullo, pero debido a lo que se ha convertido, más folclórica y acomodaticia, que reivindicativa. En cualquier caso, no hace falta aclararlo, bienvenido sea que las personas pueden expresarse libremente por su condición como les salga de sus órganos sexuales. Volvamos a los comentarios imbéciles de los reaccionarios. Hace no tantos años, el poder se dignó reconocer ciertos derechos a las personas gais, entre los que se encontraba el del matrimonio. Uno, feroz opositor a toda atadura como buen ácrata nihilista, se pregunta quién puede a estas alturas ejercer semejante derecho, pero ese es otro tema. Algo tan elemental como esto, que todos, no importan nuestros gustos ni ideas, tengamos los mismos derechos, suscitó la reacción inmediata de nuestros nada queridos reaccionarios. Los abiertamente fachas, por supuesto, pero también de aquellos que forman parte de la masa gris, que torcían levemente el gesto o soltaban algún irritante chascarrillo. Seguir leyendo Orgullo (crítico)

Reflexiones sobre las propuestas anarquistas (o libertarias o autogestionarias o como queramos llamarlas)

Lanzo algunas reflexiones sobre las propuestas anarquistas en el siglo XXI, tratando de huir de tópicos y distorsiones, y recordando la visión libertaria sobre una autogestión social en la que, como no podría ser de otra manera, la solidaridad es un valor innegociable. Nunca esta de más, visto lo visto, aclarar muchísimas cosas acerca del anarquismo, por supuesto sin que mis palabras se tomen de modo definitivo (simples reflexiones basadas en un conocimiento, por supuesto limitado, pero siempre realizadas ante un horizonte libertario). Hay que aceptar que, si somos estrictos con la etimología de la palabra anarquismo («ausencia de principio»), el tema parece invitar de entrada a la polémica. Como es lógico, el anarquismo no niega en ningún caso el poder, sino la concentración del mismo; ni siquiera puede decirse que se esté en contra del poder político, sino del Estado, es decir, de aquella concentración de poder que supone una división tajante entre el que manda y el que obedece. Lo mismo ocurre con la idea de autoridad, que no es negada por el anarquismo, ya que reconoce una autoridad natural basada en el saber y en la capacidad de los individuos.

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¿Superioridad moral?

n tipo apellidado Rufián espeta en el Congreso, a propósito de los casos de corrupción recientemente desvelados en torno al Gobierno, algo así como que «la izquierda no puede robar». Cuando lo dice, de forma evidente, señala a la bancada de la derecha y viene a significar que lo lógico es que ellos sean los únicos corruptos. Esto, además de un maniqueísmo pueril, contradice la más elemental evidencia empírica: los casos de corrupción de la izquierda parlamentaria no son nada nuevo en este inefable país como señalé en la entrada anterior de este magnífico blog. Se me dirá que qué clase de izquierda es esa que roba, junto a todas las justificaciones habidas y por haber para demostrar que los malos son los otros, pero lo cierto es que las simplistas palabras de Rufián aludían, me temo, a dos bloques prácticamente monolíticos en el arco parlamentario. Por un lado, pretendiendo ser muy crítico con el presidente del Gobierno y su partido («resulta intolerable que vosotros, que formáis parte de nuestro bando progresista, robéis también», quiero entender yo), y por otro tratando de evidenciar la ya manida supuesta superioridad moral de la izquierda. Esta actitud saca de quicio a algunos elementos de derecha, algo que no termino de entender y más bien demuestra su pobreza moral evidenciando tal vez que los otros tienen algo de razón. Me explico. En primer lugar, como ya he apuntado en no pocas ocasiones, diré que urge hoy en día, bien entrado el siglo XXI, actualizar los conceptos izquierda y derecha; no obstante, vamos a aceptar que existe todavía, aunque sea como residuo de un mundo de antaño, un imaginario político a uno u otro lado.

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¿Nuevos casos de corrupción? ¡Qué extraño!

Podría decir que la corrupción es inherente al poder, sobre todo a nivel moral, pero temo generalizar en exceso. Podría decir que la corrupción es inherente al Estado y ya la evidencia empírica me ayuda bastante. Podría decir, de forma obvia, que el sistema capitalista es eminentemente corrupto y… ¡qué queréis que os diga! ¿Estoy diciendo que todos los políticos y grandes detentadores del capital roban?, obviamente no; al menos, maticemos, al menos no lo son por lo que se entiende por latrocinio de forma ilegal (el otro, el legal, me temo que es mucho más dañino). Lo que sí digo es que, desde esa transacción tan maravillosa hacia la democracia hace casi 50 años, no ha habido ninguna fuerza política parlamentaria que haya denunciado claramente, y mucho menos combatido, la corrupción. Es posible que la misma, pasada además por casi cuatro décadas de cruenta dictadura, sea una herencia histórica, pero como mayor motivo para desenmascarar los entresijos corruptos del sistema rompiendo con el pasado. Y esto no lo va a hacer ningún partido en el poder, ni clase dirigente alguna. Como parece que en este inefable país no tenemos ni un asomo de memoria histórica, y gran parte de la población es sumamente manejable en función de cuáles sean nuestras simpatías políticas, pues alguien se echa las manos a la cabeza con los nuevos casos de corrupción del gobierno (comisiones y financiaciones ilegales, ¡qué sorpresa!). Oxigenemos el cerebro y hagamos un poquito de historia. Cuando el falsario e inicuo Felipe González llega al poder en 1982 anuncia medidas contra la corrupción de los que le precedieron, algo de las que por supuesto nunca se supo demasiado como de tantas otras promesas vacías. Dejaremos hoy un lado todas las cabronadas que los supuestos socialistas hicieron en el poder, aunque mencionaremos brevemente para los que quieran seguir pensado que fue una creación de la derecha, la reconversión industrial, la entrada en juego de las multinacionales y el comienzo de las privatizaciones de bienes públicos, y vamos a centrarnos en la corrupción (aunque, por supuesto, todo esté relacionado).

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Miedos y temores, con razón o sin ella

Me cuentan que Rusia se vio obligada (1) a invadir Ucrania, ante la agresión de la OTAN que se expandía hasta sus fronteras, y me vienen a decir que la OTAN y sus aliados, planeaban una agresión a gran escala contra la Federación Rusa, y Rusia tuvo que defenderse. Y ante esto yo pensé… ¿Es posible una guerra napoleónica, teniendo en cuenta que la Federación Rusa posee el arsenal de armas nucleares estratégicas y tácticas más grande del mundo?

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