Un concepto clave de la modernidad política es, sin duda, el de la libertad y, más en concreto, el de una libertad individual que ha sido objeto de preocupación, tanto para la filosofía liberal, como para la libertaria. Karl Polanyi, autor de una obra primordial que critica el desarrollo del liberalismo económico en la modernidad, La gran transformación; curiosamente, publicada en el mismo año 1944 que otra obra con conclusiones opuestas, Camino de servidumbre, de Hayek. Polanyi consideraba dos lados contradictorios de la libertad en las sociedades complejas; una negativa, que explotaba a los supuestos iguales, buscaba ganancias ilimitadas sin contrapartidas sociales e impedía los beneficios públicos gracias a la innovación tecnológica, y otra positiva concretada en libertades elementales (de conciencia, expresión, asociación, libre elección…), pero consideradas subproducto del mismo sistema económico que producía las libertades perversas.
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La indomable rebeldía de Claire Auzias
Conocí a Claire Auzias en 2017 cuando me llegó por casualidad su reseña sobre el libro Mujeres Libertarias de Zaragoza en A Contretemps.1 No hablamos mucho, pero lo suficiente para darme cuenta de que estaba ante una compañera que pensaba por sí misma y que transmitía calidez y afecto. Después la entrevisté en 2019 tomando como excusa su estupendo libro: Gitanas.2 Durante varios meses estuvimos intercambiando correos y hablando de muchas cosas que no tuvieron espacio en los dos textos que fueron publicados.3 Hicimos planes para vernos en Barcelona, ciudad a la que viajaba, me dijo, con cierta frecuencia. Luego vino la pandemia y todo quedó suspendido. Me llegó la triste noticia de su muerte acaecida el 6 de agosto de 2024 y fue inevitable retornar a los folios en que tenía la información de aquellas conversaciones. Sirva este texto para recordarla y para homenajearla.
Seguir leyendo La indomable rebeldía de Claire AuziasApolítica, ¿qué diablos es eso?
No poca gente me he encontrado a lo largo de mi agitada vida, que se ha definido como «apolítica» y uno no puede evitar que un escalofrío de irritación le recorra el cuerpo. Dejaremos a un lado, al menos de momento, el hilarante comentario de la gran película Patrimonio nacional (¡gracias por tanto, Azcona y Berlanga!), de un tipo interesado que asegura ser apolítico, es decir, «¡De derechas de toda la vida, como mi padre!«. Tampoco atenderemos, de entrada, la urgente necesidad hoy en día de actualizar los conceptos de izquierda y derecha, descerebradamente simplificados y polarizados, cuya única variable es más o menos Estado (variable falaz, ya que en ambas posturas, profesionalizadas, se aspira a conquistar el poder estatal para asegurar el mando político y económico). Muy probablemente, lo que quiere decir el que se define como «apolítico» es que muestra rechazo o desinterés hacia lo que entiende como posturas políticas. De acuerdo, pero qué demonios entiende el susodicho por esas posturas, me temo que sencillamente votar a unos u otros. Y, ojo, esto es más intuición que otra cosa, ello no significa que no acuda el supuesto desinteresado a meter el papelito en la urna cada tanto para elegir a los que mandan. Es posible que definirse de esa manera, sencillamente, aluda a que se consideran neutrales o imparciales respecto a lo que consideran los posionamientos habituales políticos en función de unas supuestas ideologías. Sería algo semejante a esa majadería llamada ser de centro, ya que si no están nada claros, al margen de irritantes reduccionismos, los dos lados del espectro ideológico, que alguien nos explique donde se encuentra el término medio.
Seguir leyendo Apolítica, ¿qué diablos es eso?Sobre algunas perspectivas libertarias y el anarcocapitalismo
Nos lamentamos mucho las y los anarquistas, de manera quizá pertinazmente reiterada, pero la mayor parte de las veces con razón, de las muchas falsedades que se han vertido sobre nuestras ideas y prácticas. De hecho, la Real Academia Española, por decirlo con delicadeza, no resulta muy afortunada en su definición de anarquismo. Dejaremos a un lado la segunda acepción, una suerte de pleonasmo que plasma un absurdo como «Movimiento social inspirado por el anarquismo», y nos centraremos en la primera. En la misma, se asegura lo siguiente: «Doctrina que propugna la supresión del Estado y del poder gubernativo en defensa de la libertad absoluta del individuo». Resulta imposible en la insigne institución lingüística mayor imprecisión, por no hablar de mera mistificación, con tan escasas palabras. No queda clara la sociedad a la que aspiran los anarquistas, hubiera sido tan sencillo como aclarar que desean «una sociedad exenta de cualquier forma de dominación» (por lo tanto, no se oponen solo al Estado y sus instituciones coactivas), ni podemos subscribir desde ninguna perspectiva libertaria, incluso yo diría que tampoco desde la tradición más ferozmente individualista, ese despropósito filosófico de una «libertad absoluta del individuo». Nos sirve la errada e irritante acepción de la RAE, al menos, para profundizar en unos cuantos conceptos libertarios en la actualidad, más que nunca, extremadamente confusos.
Anarquía y anarquismo
Acotaciones al libro: Anarquismo no fundacional de Tomás Ibáñez.
En el excelente libro de Tomás Ibáñez, el anarquismo no fundacional, parece ser, la exposición clara de una transfusión filosófica que se les está aplicando a los anarquismos, para revitalizarlos y dotarlos de mayor energía. También es calificado el anarquismo no fundacional de «antídoto» (p.15) contra el fundacionalismo, contra toda lógica de poder y es considerado, efectivamente, como un fármaco o un reconstituyente. Pero como la palabra pharmakon en griego quiere decir tanto remedio como veneno, lo cual depende de la dosis, hay que aplicarlo: «tratando de no reproducir en la lucha aquello mismo que se pretende combatir» (p.15). El anarquismo requiere una renovación, pero no tal que destruya, sino que amplíe y renueve sus perspectivas integrando lo ya alcanzado con anterioridad.
Seguir leyendo Anarquía y anarquismoCristina Morales: “El anarquismo es un liberalismo radical y perfeccionado”
No ha sido fácil ‘cocinar’ esta entrevista. A Cristina Morales (Granada, 1985) le mandas un mail y te lo puede responder diez días después, algo inaudito en la época de la hipercomunicación acelerada. Del whatsapp prefiere no saber nada. Y de las llamadas… No parece que haya ni descortesía ni cálculo en su blindaje sino simplemente una inspiradora manera de estar en el mundo, que no comulga con muchas de nuestras interiorizadas rutinas y que, con valiente coherencia, lo hace saber.
Seguir leyendo Cristina Morales: “El anarquismo es un liberalismo radical y perfeccionado”Pueblo y Estado, un antagonismo permanente
La ineptitud y la negligencia de que han hecho gala la mayoría de administraciones públicas frente a la DANA del 29 de octubre (en realidad solo se podría excluir parcialmente a algunos ayuntamientos que, teniendo pocas responsabilidades en el tema de alarmas y menos medios para responder a ellas, han actuado mucho mejor que los gobiernos de Valencia y Madrid) en contraposición con la generosidad y espontaneidad con que la ciudadanía ha reaccionado desde las primeras horas de la tragedia ha provocado que el viejo y casi olvidado lema de «solo el pueblo salva al pueblo» se recupere en manifestaciones y pintadas callejeras.
Seguir leyendo Pueblo y Estado, un antagonismo permanenteLa revolución de Rojava en la encrucijada siria
Resulta incomprensible que haya quien no se alegre del fin de una dictadura en cualquier lugar del mundo, con seguridada, solo inicuos botarates amantes de políticas autoritarias centralizadoras. En el caso que nos ocupa, en Siria, de más de medio siglo, y con una guerra que ha durado la friolera de 13 años. El que estaba al frente del régimen autocrático, Bashar Al Alshad, se encuentra al parecer refugiado en Rusia, mientras salen a la luz los enormes crímenes, además de la falta de libertades que ha sufrido la población siria, cometidos durante ese periodo. Dicho esto, resulta incierta la situación ante lo que representa la fuerza que entró en Damasco tras la caída, la denominada Hayat Tahrir al-Sham, ya que se ha señalado su naturaleza islamista, y que ya ha anunciado que no tardará en formar gobierno. Las diversas potencias extranjeras, monstruosos Estados-nación con aspiraciones imperalistas (todas nocivas) siempre han tratado de influir en Siria; si Al Assad tenía aliados tan poderosos como Rusia e Irán, la cosa ahora ha cambiado radicalmente y la fuerza que puede finalmente encabezar el Estado tiene a Turquía, que parece que quiere resucitar el imperio otomano, como uno de sus principales socios. Erdogan, inicuo presidente turco, ha sido uno de los azotes del pueblo kurdo, que ha llevado a cabo una encomiable revolución en el noreste del país conocida como Rojava.
Seguir leyendo La revolución de Rojava en la encrucijada siriaBanderas e identidades colectivasBanderas e identidades colectivas (tuerzo el morro)
Uno posee una profunda aversión por las banderas, los himnos y toda suerte de símbolos de identidad colectiva; soy consciente de que exagero, pero es más fuerte que yo, y creo que nunca mejor dicho. Esto es extensible, ya que uno es coherente hasta la extenuación en sus manías, a la cuestión ácrata. Es más, hace muchos años, cuando el que suscribe era joven e ingenuo (sigo siendo ambas cosas, por supuesto), participó en la creación de una publicación libertaria y no se me ocurrió otra cosa que proponer el bonito nombre Sin bandera. El caso es que la revista duró unos cuantos números, con esa misma denominación de cabecera, pero el asunto no estuvo exento de polémica, ya que hay quién afirmó con rotundidad que, por supuesto, los anarquistas también tienen bandera. Leo un artículo en una publicación libertaria (ojo, anarquistas de verdad, no esos que se apropian miserablemente del término en la actualidad), en el que se sostiene que es un pensamiento erróneo muy extendido creer que los ácratas no entienden de banderas ni estandartes, ya que sencillamente son símbolos que representan a una comunidad de personas organizadas con unos intereses comunes, pero no necesariamente a Estados-nación ni a ningún tipo de idea autoritaria o grupo basado en alienantes identidades colectivas. Para exponer su argumentación, el texto abunda en dispares ejemplos más o menos libertarios y no solo en la bandera negra o rojinegra: la Comuna de París, la Makhnovia en Ucrania, Rojava en el Kurdistán, comunidades zapatistas en México o las mismísimas colectividades españolas de 1936.
Seguir leyendo Banderas e identidades colectivasBanderas e identidades colectivas (tuerzo el morro)Comunicado de Tekoşîna Anarşîst, organización anarquista pro Kurda: “El régimen ha caído, la guerra continúa”
Los sueños revolucionarios de millones de sirios que inundaron las calles en 2011 finalmente se han hecho realidad: el régimen ha caído. Tras décadas de la dinastía de Asad, hoy nos despertamos en una Siria sin un gobierno central funcional. El Estado sirio se ha derrumbado.
Nosotros, como anarquistas y como revolucionarios, no podemos hacer otra cosa que celebrar un tirano menos. ¡Salud por eso! Pero después de más de 7 años de vivir la revolución, aprendimos una lección impopular: la victoria es solo un primer paso hacia la transformación social que necesitamos. Porque cada victoria es simplemente un paso hacia la siguiente lucha.
Afortunadamente, el Movimiento de Liberación Kurda tiene décadas de experiencia en sus bolsillos y está más que feliz de compartirla con nosotros. Y no sólo eso, también tienen 12 años de lecciones prácticas liderando una sociedad revolucionaria en el noreste de Siria, con la liberación de las mujeres, la ecología social y la confederación de gobiernos locales como su brújula para construir el socialismo libertario. No sin defectos, no sin errores, pero ya es más de lo que muchas otras revoluciones libertarias han logrado jamás.
Al mismo tiempo, los éxitos militares de Hayat Tahrir al-Sham -Yihadistas apoyados por Turquía- (HTS) contra el régimen, así como su gobierno islamista autoritario en Idlib, abrieron una oportunidad para que su líder influyera en los titulares de las agencias de noticias mundiales. La sociedad de la información del siglo XXI olvida tan rápido como se desplaza hacia abajo en la pantalla, por lo que tal vez tengamos que refrescarle la memoria. Hoy, ¿quién recuerda la liberación de Manbij de las garras del ISIS? ¿Quién habla de los yihadistas que secuestraron y traficaron con mujeres yazidíes de Senegal por todo el mundo salafista? ¿Y quién recuerda a las mujeres que declararon la victoria de las SDF sobre Raqqa, antaño la capital del califato?

Para quienes lo hayan olvidado, les recordamos que las YPJ siguen luchando, liderando el frente de la revolución de las mujeres en Rojava. Un frente que está siendo atacado una vez más por fuerzas aliadas del Estado turco, agrupadas bajo el irónico nombre de Ejército Nacional Sirio (SNA), una coalición de bandas criminales controlada por Turquía. Hoy amenazan la ciudad multicultural de Manbij, un gran ejemplo de pluralismo y gobernanza local integrada en el sistema de la Administración Autónoma Democrática del Noreste de Siria (DAANES).

La revolución de Rojava no sólo alcanza a los kurdos, sino también a los árabes, así como a los armenios, asirios, siríacos, turcomanos, circasianos y muchos otros grupos étnicos presentes aquí. Las fuerzas árabes del Consejo Militar de Deir Ezzor fueron aplaudidas por la población local cuando entraron en la ciudad de Deir Ezzor, ocupando el vacío de seguridad que dejaron atrás los soldados del régimen que huían. El sistema confederal del noreste de Siria es un modelo probado que puede servir como base para una Siria revolucionaria. Omar Aziz, un destacado anarquista de Damasco, trabajó para una alianza confederal de consejos locales, proponiéndolos como columna vertebral de la revolución siria. Fue arrestado y murió en las cárceles del régimen de Assad en febrero de 2013. No lo hemos olvidado, y atesoramos sus palabras y su experiencia como anarquista y como revolucionario aquí, en Siria.
Todos los sirios revolucionarios en el exilio, árabes, kurdos y muchos otros, tienen la responsabilidad de garantizar el éxito de su revolución. También los anarquistas, comunistas, feministas, ecologistas y otros revolucionarios internacionalistas deben sentirse responsables de defenderla. Tenemos una hermosa oportunidad de dar ejemplo a los movimientos revolucionarios de todo el mundo, desde el Kurdistán hasta Myanmar, desde Chiapas hasta Palestina. Los Estados-nación son la piedra angular de la modernidad capitalista, y sólo una confederación mundial de movimientos revolucionarios populares puede desafiarlos. La alternativa es un descenso al autoritarismo, la ocupación imperialista y el odio fundamentalista. No permitiremos que eso suceda.
¡Hacia una nueva revolución siria!
Como anarquistas, también debemos dar respuestas a la cuestión del Estado-nación. Al tiempo que reclamamos el fin de los estados y las fronteras, debemos impulsar no sólo nuestras críticas, sino también nuestras propuestas y soluciones. Tenemos que hacerlo no sólo en teoría, sino en la práctica, organizándonos con las comunidades locales y los movimientos sociales para construir el poder popular.
Las fuerzas autoritarias, como HTS o la Turquía de Erdogan, siempre usarán la fuerza para imponer su control en tiempos de inestabilidad. La única manera de contrarrestarla es la organización popular, una sociedad civil ética y política fuerte, la construcción de la autodefensa de los pueblos y una cultura revolucionaria. Con la solidaridad internacional, para desafiar el nacionalismo y el chovinismo que nos divide y que engañosamente sirve para legitimar el sistema de estado-nación de la modernidad capitalista. Con la gobernanza local y los modelos confederales, para desafiar los sistemas centralizados y las fronteras de los estados-nación, que solo generan opresión y violencia contra la diversidad. Con las mujeres y la organización queer al frente, para desafiar la opresión patriarcal de donde surgen todos los modelos autoritarios.
Desde la primavera árabe de 2011 hemos visto muchos intentos revolucionarios en Oriente Medio, pero ninguno de ellos ha conseguido una solución liberadora, hundiéndose una y otra vez en nuevas formas tiránicas de opresión. ¿Qué hacemos tras la caída de un tirano para impedir que otro lo sustituya? Cuando un régimen se derrumba, existe una pequeña ventana de oportunidad, un breve período revolucionario en el que el pueblo puede retomar el poder e impedir que se imponga una nueva autoridad centralizada. Tenemos que estar preparados para aprovechar esas oportunidades cuando se presenten.
¡Hagamos que la revolución siria, así como el movimiento de liberación kurdo que ha encabezado la resistencia democrática en la región, se conviertan en un ejemplo para muchas más revoluciones por venir! ¡Luchemos juntos para construir el nuevo mundo que llevamos en nuestros corazones!
Centro de prensa Têkoşîna Anarşîst, 7 de diciembre de 2024